De párroco moroso en Cantabria a 'okupa' en Palencia
El cura apartado por el Obispado de Santander por no hacer frente a la factura de la obra de la iglesia de Ucieda en 2011 ha sido denunciado ahora por no pagar el alquiler ni dejar el piso donde reside
D. MARTÍNEZ | R. RICO
Lunes, 1 de abril 2019, 09:13
Los vecinos del municipio cántabro de Ruente no habían vuelto a tener noticias de él desde principios de 2011, cuando abandonó de forma precipitada el ... municipio. José Pérez Bergara, que también tenía a su cargo las parroquias de Ucieda, Lamiña y Barcenillas, fue apartado por el Obispado de Santander después de que la institución religiosa comprobara que existían anomalías en la gestión de las cuentas que tenía a su cargo. El asunto se destapó cuando la empresa constructora que se había hecho cargo de la reforma de la iglesia de Ucieda denunció que no había cobrado por los trabajos. Entonces se descubrió también que habían desaparecido los 18.000 euros de los fondos de la parroquia de San Julián. Aquel episodio cayó en el olvido y también su protagonista, que ahora vuelve a ser noticia por otra denuncia, la de una mujer que afirma que Pérez Bergara no le paga el alquiler y además se niega a abandonar la vivienda de Palencia en la que reside actualmente. Es decir, que ha pasado de párroco moroso en Ruente a 'okupa' en la capital castellana, de donde es natural.
«Era un fenómeno y de buen trato. Allí estaban todos encantados con él hasta que pasó lo que pasó»
COSVER | CONSTRUCTORA A LA QUE DEJÓ UNA DEUDA DE 38.000 EUROS
La propietaria, una señora de 76 años, fue a la comisaría de la Policía Nacional para dar cuenta de esta situación. Afirma que el pasado 11 de febrero le entregó dos pares de llaves y que, desde entonces, no ha abonado dinero alguno ni ha dejado el inmueble, pese a sus continuos requerimientos. Ambas partes se pusieron en contacto a través de una agencia inmobiliaria a la que recurrió el religioso. A pesar de que el Obispado de Santander rompió relación con Pérez Bergara y el de Palencia tampoco le ha asignado ninguna tarea pastoral, afirmó que era cura y tenía nómina. Todo mentira.
«La realidad es que la condición de cura no se pierde, pero desde que pasó aquello no sabemos nada de José», afirman desde los despachos de la Catedral. El párroco habló entonces con este periódico y afirmó que ya había «dado las explicaciones oportunas a quien tenía que dárselas» y que ya había tratado el asunto con el obispo, que «me ha dicho lo que tenía que hacer y, si después hay cosas judiciales, o lo que sea, como todo hijo de vecino, me expondré a lo que dicten los jueces».
«No sabemos qué fue de él. Estuvo aquí pocos meses y la gente no tuvo tiempo de conocerle»
JAIME DÍAZALC | ALDE DE RUENTE
No tiene problemas en relatar el final de aquella historia el propietario de la constructora Cosver de Cabezón de la Sal, donde dejó el 'cañón' de 38.000 euros por el arreglo del templo hace ahora ocho años. Aunque inicialmente recurrieron a la Justicia, cuando Vicente Zamora (entonces al frente del Obispado) se enteró de lo ocurrido se puso en contacto con él a través de otro cura de la comarca y arreglaron el asunto de forma amistosa. Vamos, que asumieron el pufo y de Pérez Bergara en la empresa no volvieron a saber nada. Y los 18.000 euros no aparecieron.
«El hombre era un fenómeno y tenía un trato perfecto. En el pueblo estaban todos encantados con él hasta que pasó lo que pasó», recuerda el dueño de la empresa que asumió la reforma y que tuvo que reducir la plantilla a causa del perjuicio económico que supuso aquella situación. Además, subraya que ya anteriormente había tenido problemas similares en otras parroquias por las que había peregrinado como la de Caso, en Asturias.
El actual alcalde de Ruente, Jaime Díaz, confirma que en el pueblo nadie ha vuelto a tener noticias de él: «Estuvo aquí muy pocos meses y la gente apenas tuvo tiempo para conocerle».
«Aprovechó que era cura»
Según cuenta la denunciante, Pérez Bergara se aprovechó de su condición de cura para que confiara en él. El acuerdo entre el arrendador y el arrendatario era que a la entrada se realizara el pago de un mes de fianza (575 euros por el piso en Palencia y un garaje asociado) y de media mensualidad, pero el hombre se las arregló para retrasarlo. Se concertaron nuevas citas para aclarar el asunto, pero no acudió a ninguna. Fue ahí cuando la señora comenzó a sospechar y se puso a investigar.
Comprobó que el individuo ha estado inmerso en diversos procedimientos judiciales y también la repentina salida de las parroquias cántabras. Su excusa ahora ante la propietaria es que está pendiente de que le concedan un préstamo para poder hacer frente al pago, pero hasta la fecha no se ha efectuado ningún ingreso ni ha abandonado el inmueble. Para su desgracia, la mujer está convencida de que tampoco piensa hacerlo.
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