La tendencia a la baja del virus presiona al Gobierno vasco y a sus restricciones

La papeleta no parece sencilla. Los datos de contagios y presión hospitalaria hablan de que la pandemia va a la baja en los últimos días. Pero eso no significa que la situación sea mejor que la que había antes del 28 de diciembre, cuando se fijaron las actuales restricciones. Fijémonos en los datos. El 3 de enero, primer día en que se hicieron públicos los resultados de indicencia después de que el Tribunal Superior vasco diera el visto bueno a todas las medidas del Gobierno autónomo, se contabilizaban 67.573 vascos que habían dado positivo. Una cifra que el pasado jueves había bajado hasta los 43.246.

Si la mirada se pone en las UCI, en las mismas fechas el número de personas ingresadas ha bajado de 132 a 122. Otra cosa es lo que ocurre en planta. Entonces había 560 camas ocupadas por 718 en la actualidad, si bien es cierto que del domingo 16 al jueves 20 había 63 personas menos ingresadas.

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El Ejecutivo autónomo considera que la presión en los hospitales invita a mantener algunas restricciones. Así lo aseguró el portavoz del Gabinete, Bingen Zupiria. El dirigente nacionalista no fue del todo rotundo, lo cual deja la puerta abierta a que algunas de las medidas no se prolonguen a partir del viernes. Sobre la mesa están las restricciones impuestas a los locales hosteleros, como el cierre de toda actividad a partir de la una de la madrugada, o que no se pueda consumir ni de pie en la barra ni en el exterior si no es sentado, o que no pueda haber más del 60% ocupado tanto en bares, como restaurantes y tiendas. También deben revisarse los aforos en competiciones deportivas -en el caso del Athletic y del Bilbao Basket es del 75%-. Y en el caso del deporte escolar debe decidirse si se retoman las competiciones, cuestión esta que el Ejecutivo debe discutir con unas Diputaciones que no estaban de acuerdo en la suspensión que ha habido.

Si el Departamento de Salud apuesta por prorrogar alguna de estas restricciones, deberá volver a pedir autorización a los jueces. La última palabra siempre la tiene la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior, que después de varias decisiones en contra del Ejecutivo a final de año respaldó estas restricciones.

El Gobierno vasco, en todo caso, también estará muy atento a las medidas que se adopten en las comunidades limítrofes. Así lo hizo a finales de diciembre, cuando pactó con Navarra, Cantabria, La Rioja y Asturias para tener unas restricciones muy similares. Si lo que hacen los territorios limítrofes sirve como rasero, hay que recordar que el Gobierno cántabro y el asturiano han decidido, entre otras cosas, prescindir de la obligatoriedad del pasaporte covid. El Ejecutivo de Miguel Ángel Revilla considera que no es útil y que solo ha servido para acelerar la vacunación de aquellos que eran remisos.