Los 'pisos patera' con inmigrantes ilegales complican el control de la tuberculosis
Euskadi confía en conseguir el próximo año el objetivo de reducción de casos que se propuso para hace ya una década
La existencia de 'pisos patera', donde se hacinan inmigrantes, con frecuencia en situación ilegal, complica el control de la tuberculosis en Euskadi. El número de ... casos desciende año tras año, pero el País Vasco acumula ya un retraso de una década en la consecución del objetivo de situar el alcance de la enfermedad en diez casos por cada 100.000 habitantes, previsto originalmente para 2010. Aún así, el Departamento de Salud confía en que esa cota se alcance el próximo ejercicio, dados los buenos resultados obtenidos en los últimos años.
La tuberculosis es uno de los tres grandes caballos de batalla en el mapa de la salud internacional, junto con la lucha contra la malaria y el sida, pero la situación en los países más castigados por la enfermedad poco tiene que ver con la del País Vasco. La infección causada por el bacilo de Koch está considerada como una de las 10 principales causas de muerte en el mundo. Cada año, afecta a 10 millones de personas y se lleva la vida de 1,6 millones, especialmente en la zona de India, China, Indonesia, Filipinas, Pakistán, Nigeria, Bangladesh y Sudáfrica. Aunque con margen de mejora, el panorama resulta radicalmente diferente en Euskadi.
El auge de la patología se registró en las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado, coincidiendo con el estallido de la epidemia de VIH/sida. La aparición de la triple medicación antirretroviral que salvó la vida de los afectados en 1996 permitió también reducir a menos de un tercio la incidencia de la enfermedad tuberculosa, que en aquellos tiempos superaba la tasa de los mil casos por cada 100.000 habitantes. Es un dato que permite situar el alcance del desafío actual. El registro de Euskadi, con datos referidos a 2017, último año del que se disponen, es de 10,6 por cada 100.000 habitantes, lo que supone un total de 231 casos a lo largo de todo el año. Uno cada dos días, aproximada mente.
«Nuestra situación es privilegiada, pero éste no es un problema resuelto»
Ricardo Franco | Medicina Interna
Cuestión de pobreza
La cifra ha dio cayendo paulatinamente desde 2012, cuando se contabilizaron 350 enfermos y una tasa de 15,83 por 100.000 habitantes, aunque todavía no ha alcanzado el objetivo de llegar a 10, que el Departamento de Salud del Gobierno vasco se marcó para 2010 y que espera cumplir el próximo año, en 2020. Euskadi, con estos números, figura como la cuarta comunidad autónoma con mayor incidencia por detrás de Galicia, que la encabeza, Cataluña y La Rioja, según explica el médico Ricardo Franco, especialista en Medicina Interna y responsable del servicio de observación de la tuberculosis de Bilbao, que lleva cuarenta años analizando la evolución de la patología.
«La tuberculosis está muy asociada a la pobreza. Lo vemos a escala internacional y se demuestra una y otra vez a nivel local, donde los barrios con mayor casuística –lo mismo en Bilbao, Vitoria o San Sebastián, que en todo el mundo– son siempre donde vive la gente más humilde», explica el experto. La situación de Euskadi es incluso algo peor que la media española, donde la tasa ya es de 9. «Es una patología que nunca hemos sabido erradicar, pero es imposible que desaparezca, porque se carece de una vacuna que funcione», detalla.
El hecho de que el País vasco se haya convertido en un polo de atracción para la población inmigrante influye de manera decisiva en los resultados obtenidos. Según detalla Leonor Acha Isasi, estudiante de Medicina que ha investigado la evolución de la dolencia entre los años 2004-2013 para su trabajo de fin de grado, los 'pisos patera', donde conviven inmigrantes en tan malas condiciones de salubridad, favorecen el desarrollo y la propagación de la enfermedad.
«Ocurre en todo el mundo, los casos se acumulan en los barrios más pobres»
Leonor Acha Isasi | Investigadora
Álava, el mejor resultado
Muy a menudo, llegan infectados de sus países de origen, aunque otras veces, las menos, contraen la enfermedad de sus compañeros de piso. «No todos los afectados son extranjeros, pero el 40% sí responde a un mismo perfil. Joven, generalmente de origen africano y, por norma, una persona fuerte, que son las que emigran», explica la investigadora.
Los inmigrantes vascos procedente algunas de las regiones del planeta donde más casos se detectan, en concreto del África subsahariana, los países del Este de Europa y América Latina. «La tasa de Bilbao – cita como ejemplo extrapolable al conjunto de Euskadi–, si se tiene en cuenta sólo a la población nativa, sería de 7; mientras que la de los inmigrantes como colectivo ascendería a 56 casos por cada 100.000 habitantes».
La mayor incidencia de la infección, según las memorias de 2017, se registró en Gipuzkoa, con una tasa de 11,1;y los mejores resultados se dieron en Álava, por debajo de 10 (9,58). «Vivimos en una situación privilegiada, desde el punto de vista epidemiológico, por la situación de la enfermedad y porque apenas aparecen casos con resistencias», se muestra satisfecho Ricardo Franco. «Pero que nadie se lleve a engaño:la tuberculosis no es un problema resuelto».
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