Investigadores vascos abren la puerta a una terapia celular para las cardiopatías congénitas
Unos 200 niños nacen cada año en Euskadi con anomalías cardiacas, la malformación más común entre los bebés
Un grupo internacional con presencia vasca ha hallado una posible causa al más común de los defectos congénitos. Investigadores del CIC Biogune, en colaboración con ... científicos del Centro de Sistemas Biométicos de Luxemburgo (LCSB) y el Instituto Gladstone de California, han descubierto y descrito los factores moleculares que impiden el buen desarrollo del corazón del feto durante el embarazo. El hallazgo, de tal trascendencia que ha logrado su publicación en la reconocida revista científica 'Nature', abre la puerta al desarrollo de terapias celulares capaces de evitar o minimizar el daño cardiaco del futuro bebé. Unos 200 niños (4.000 en España) nacen cada año en el País Vasco con un corazón con algún tipo de problema.
La formación de un órgano tan complejo, aunque aparentemente básico, como el corazón requiere, según detallaron los investigadores, que diferentes tipos de células se agrupen y se organicen de una manera muy determinada. Las malformaciones cardiacas de nacimiento se producen porque, por alguna razón, ese proceso de maduración y migración de células se interrumpe. Los procesos que explican este mecanismo han sido hasta ahora un misterio, que el grupo vasco y sus colegas internacionales han logrado desenmarañar en parte.
Para conseguirlo, el grupo con sede en el parque tecnológico de Zamudio y el LCSB utilizaron su experiencia en lo que los investigadores llaman modelización de redes complejas, que consiste en el uso de la estadística y las matemáticas para la búsqueda de respuestas a problemas biológicos. Además de su conocimiento experimental, el equipo estadounidense se ocupó, por su parte, de la validación 'in vivo' de los avances que aportaban sus colegas.
El proceso
El primer paso que se dio fue determinar el papel de decenas de miles de células durante la formación del corazón, con el fin de averiguar cómo las mutaciones genéticas pueden dañarlo. El siguiente paso, una vez identificadas esas células, consistió en averiguar cómo se generan. Un grupo de biólogos liderado por el investigador de Biobasque Antonio del Sol lo logró mediante el uso de modelos computacionales, pura inteligencia artificial. Como resultado, se ha conseguido «elaborar un catálogo» de todos los genes que están activos en las diferentes fases del desarrollo del corazón e identificar las células en las que se encuentran».
El modelo utilizado, comprobado después en los laboratorios de EE UU se demostró útil para identificar los factores que intervienen en el proceso de diferenciación de células cardiacas. Antonio del Sol considera que los resultados de la investigación no sólo ofrecen «un nuevo marco» para el estudio de los defectos cardiacos congénitos, sino que -lo más importante- «abre además vías para la aplicación de protocolos de terapia celular». Todavía, sin embargo, no llegarán a la rutina clínica, porque aún quedan años de investigación por delante.
Las causas de las cardiopatías congénitas son múltiples y hasta ahora por completo desconocidas. Es posible que las respuestas halladas en Bizkaia, Luxemburgo y California, si llegan a convertirse en un tratamiento, sólo sirvan para el abordaje de una parte de ellas, aunque el paso dado es según los científicos muy importante. Un 1% de los bebés nace con cardiopatías congénitas.
Esperanza de vida
Las complicaciones que desencadenan se dividen en tres grandes grupos, que engloban patologías muy diferentes. Hay criaturas que nacen con defectos, mayores o menores, en las estructuras que separan el corazón del sistema circulatorio pulmonar; otras presentan problemas que dificultan la salida de la sangre del músculo cardiaco; y hay un tercer grupo de niños que sufren fallos que impiden la adecuada oxigenación de la sangre.
A pesar de desconocerse las causas de todas estas complicaciones, los avances en diagnóstico y tratamiento de las últimas décadas han mejorado notablemente la esperanza de vida de los afectados. En los años 70 y 80 del siglo pasado, hace unos 40 años, sólo el 20% de los niños afectados lograba llegar a la edad adulta. La situación ha experimentado, sin embargo, un auténtico vuelco. Ahora son casi el 90% los que aspiran a una supervivencia prácticamente idéntica al resto de las personas, según explica el especialista Alfonso Valle Muñoz, de la Sociedad Española del Corazón.
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