Un grupo israelí trabaja en el diseño de una «nueva y eficaz» terapia contra el alzhéimer

El mal ha alcanzado ya dimensiones de pandemia y las previsiones apuntan a que irá a más, si no se encuentra un remedio en los próximos años. Según los últimos datos difundidos por la organización internacional Alheimer's Disease International, referidos a 2020, en el mundo viven más de 55 millones de personas con este trastorno. Las proyecciones apuntan a que serán 78 en 2030 y 139 en 2050. La Organización Mundial de la Salud estima, además, que el abordaje de la demencia en el mundo cuesta ya casi 1.300 millones de euros al año. Para 2030 llegará a los 2.800.

El desafío que plantea la lucha contra el alzhéimer, más allá de todas estas cifras, es que la mayoría de los medicamentos desarrollados para tratarlo han fallado. Los biomarcadores contra los que se dirigen se eligieron mal.

Los científicos saben que hay dos sustancias estrechamente relacionadas con la enfermedad. Una de ellas es una proteína llamada beta-amiloide, que se transforma en placas que se depositan en el cerebro. La otra, tau, causa un fenómeno conocido como ovillos neuronales, que impide la comunicación entre neuronas. Lo que no se sabe es si ambas circunstancias son en realidad causa o consecuencia de la enfermedad.

El grupo del profesor Shai Rahimipor, del Departamento de Química de la Universidad bar-llan de Israel, ha desarrollado un nuevo enfoque con un tipo de moléculas llamadas péptidos cíclicos abióticos (inhibidores de vida) capaces de detectar la enfermedad en un momento temprano y detenerla. En consecuencia, si las investigaciones llegan a buen puerto, esta medicación serviría tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de la enfermedad. Los ensayos se han desarrollado con éxito no sólo a nivel celular sino también con animales, en concreto con gusanos y ratones.

Pruebas desarrolladas con PET, un tipo de resonancia magnética que sirve para verificar la acción de determinados tratamientos, demostraron la eficacia de la terapia. En ratones, la enfermedad pudo ser detectada antes de que se formaran las fibrillas y placas de beta-amiloide y, lo más interesante, «¡antes de la aparición de los síntomas del alzhéimer!», expresaron con júbilo los científicos.

La Sociedad Española de Neurología, sin embargo, pide calma. En la lucha contra el alzhéimer no sería la primera vez que se logran resultados esperanzadores con animales, que luego resultan imposibles de reproducir en humanos, según explicó el especialista Gurutz Linazasoro, en nombre de la asociación profesional. «Es algo que ocurre en toda investigación biomédica, pero sí es cierto que no tenemos buenos modelos animales de investigación de alzhéimer, como sí tenemos en párkinson», afirmó

El experto, aún así, puso en valor el trabajo firmado en Israel. Según dijo tiene «aspectos muy interesantes», como el desarrollo de una estrategia que combina diagnóstico y tratamiento, «que es algo muy deseable ante cualquier patología». El mecanismo de acción del péptido también juega a su favor. «Se pega a los oligómeros (moléculas) que preceden a la formación de fibrillas y placas, los identifica y luego impide su acción». La medicación cubre así los dos grandes retos pendientes en la lucha contra la enfermedad: «su identificación temprana y su tratamiento». Ahora, toca esperar, con tanta esperanza como cautela.