Expertos temen que la relajación social en las navidades resulte «devastadora»
Avisan de que la presión hospitalaria es todavía muy alta y se corre el riesgo de que llegue una tercera ola sin haber superado la segunda
Rosa Cancho e I. Martín
Martes, 1 de diciembre 2020
Investigadores y profesionales del ámbito sanitario no ocultan su inquietud ante la relajación de las restricciones contra el Covid prevista por el Gobierno vasco para ... las navidades, con medidas como la ampliación de seis a diez comensales en las comidas y cenas señaladas o el levantamiento del confinamiento entre comunidades para facilitar reencuentros familiares. La imposibilidad de calcular el impacto que pueden tener estas concesiones no impide a los especialistas consultados advertir de que «cada vez que hemos flexibilizado las medidas se han producido repuntes», como recuerda el microbiólogo Guillermo Quindós en alusión al aumento de contagios a últimos de agosto.
A juicio de este especialista, resulta «un poco precipitado» desde el punto de vista médico rebajar las limitaciones con los actuales datos de incidencia, 443,51 casos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas en Euskadi, cuando la OMS y los centros de control de enfermedades europeos recomiendan que esté por debajo de 50. No obstante, reconoce la necesidad de las administraciones de buscar el «equilibrio» entre la salud y la demanda social, por lo que pide que «las medidas que se mantengan, se hagan respetar».
Es lo que el epidemiólogo Pedro Gullón llama una «estrategia de reducción de daños»: establecer unos protocolos no demasiado «severos», que después de un año de sufrimiento «la gente no va a aceptar», pero subrayando el mensaje de que cuanta menos movilidad y menos contacto entre unidades convivenciales diferentes haya, menor riesgo de que surjan nuevas cadenas infectivas. Esa es la razón por la que Daniel López-Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y actualmente asesor del Gobierno de Asturias para la pandemia, defiende que en las reuniones familiares se tome como referencia la 'burbuja' convivencial y no el número de personas. Y él, desde un punto de vista exclusivamente médico, no recomendaría medidas como las defendidas por el Ejecutivo vasco hasta que la incidencia cayera a los 10 casos por 100.000 habitantes.
Responsabilidad individual
En la misma línea, la profesora e investigadora de la UPV Miren Basaras, responsable del Comité de Vigilancia Covid-19 de la institución académica, considera que «con los actuales datos epidemiológicos no parece que sean muy adecuadas las medidas de relajamiento que se nos plantean, ya que pueden llevar a un aumento de casos en enero y febrero». Apela por ello a la responsabilidad individual para mantener medidas como la mascarilla, la ventilación de los espacios y la higiene de manos. Igual argumento emplea la presidenta del Consejo de Farmacéuticos del País Vasco, Milagros López de Ocáriz: «No hay que olvidar que estamos en una pandemia, tenemos que hacer un uso razonable de estas medidas más laxas».
El mayor peligro de una relajación de las restricciones está en la presión sobre el sistema sanitario, todavía con una alta ocupación, sobre todo en las camas UCI. El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Álava, Kepa Urigoitia, da por hecho que «la tercera ola vendrá sí o sí», pero «cuándo y con qué carga viral, dependerá de las medidas que establezcan las administraciones y de la responsabilidad individual y social de la ciudadanía».
Urigoitia advierte de que «una tercera ola en enero sería devastadora para los profesionales sanitarios» cuando «no hemos salido de la segunda». Extremo este en el que coincide con la secretaria provincial del sindicato de enfermería SATSE en Bizkaia. Sin entrar a valorar las medidas concretas del Gobierno vasco, Amaia Mayor recuerda que el colectivo está «extenuado», pagando ya las consecuencias físicas y psicológicas de su lucha contra la pandemia y con una «falta de personal brutal», con lo que una nueva oleada a partir de enero «sería algo catastrófico, terrible».
También Hosanna Parra, presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Álava, apunta que «hasta que no se liberen las UCI y las plantas de hospitalización, hay que tener mucho cuidado». Desde su punto de vista, las medidas que se plantean no serían malas si los ciudadanos «fuéramos más responsables», pero no es optimista. Recuerda al respecto las aglomeraciones el pasado fin de semana y augura que «con las cenas de Navidad corremos el mismo riesgo. Donde pone diez van a ir quince, y si nos dicen que salgamos hasta la una nos van a dar las cuatro».
LOS EXPERTOS
Cated. Microbiología UPV-EHU
Guillermo Quindós
«Desde una perspectiva estrictamente médica la relajación es un poco precipitada, pero hay otras circunstancias sociales»
Pta. Col. de Enfermería de Álava
Hosanna Parra
«La población no es responsable. Donde pone 10 van a ir 15 y si nos dicen que salgamos hasta la una nos van a dar las cuatro»
Pte. Col. de Médicos de Álava
Kepa Urigoitia
«Una tercera ola en enero sería devastadora para los profesionales sanitarios. Seguimos en fase 3 del protocolo hospitalario»
Enfermería, SATSE Bizkaia
Amaia Mayor
«Hay una falta de personal brutal y estamos al límite, extenuados. Una tercera ola ahora sería catastrófica, terrible»
Responsable Covid en la UPV
Miren Basaras
«Con los actuales datos epidemiológicos, no parece que sea muy adecuado el relajamiento que se nos plantea»
Col. Farmacéuticos del País Vasco
Miren López de Ocáriz
«El virus sigue en la calle, su transmisión es muy fácil. Debemos hacer un uso razonable de estas medidas más laxas»
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