Escrache de los hosteleros cántabros a Revilla al ir a vacunarse: «¡Viva Ayuso!»

A gritos de «fuera, fuera». Así ha recibido un grupo de hosteleros al presidente regional, Miguel Ángel Revilla, en las inmediaciones del centro de salud de El Astillero, donde ha acudido a las 12.00 horas de este martes para recibir la primera dosis de la vacuna. Alrededor de 20 empresarios del sector, entre los que no se encontraba ningún representante oficial, se han concentrado junto a los periodistas y han abucheado al presidente regional entre pitidos y cánticos, manifestando así su enfado tras el anuncio del cierre del interior de los establecimientos hosteleros, que entrarará en vigor a partir de mañana, miércoles 14 de abril, y que será el cuarto desde el comienzo de la pandemia.

«¿Donde están las ayudas?», «Nos vas a mandar a la ruina», «Demuestra que la hostelería es la culpable» y «¡Viva Ayuso!» han sido algunos de los gritos que se han podido escuchar. El alboroto ha sido tal que Revilla no ha podido realizar declaraciones a la prensa a la salida tras recibir el pinchazo.

A su salida del centro de salud, el presidente ha intentado hacer esa valoración, como estaba previsto, sobre la importancia de las vacunas tras ser el primer presidente regional al que se le ha inoculado la primera dosis. Incluso ha pedido 10 minutos a los hosteleros para poder hablar con los periodistas, pero estos le han contestado con abucheos y con frases como «nosotros llevamos un año esperando».

El presidente ha iniciado su intervención, convocada en el Gobierno de Cantabria a las 13.00 horas como alternativa, refiriéndose al «incidente» que le ha impedido realizar declaraciones. «Eran unos 16, entiendo que del sector de la hostelería, pero no la asociación como tal, sino personas que han sido convocadas por whatsapp», ha comenzado.

Ha explicado que entiende la «crispación» porque está situación es «terrible» para muchas personas, pero ha subrayado que también es difícil para «los que tenemos la responsabilidad de gobernar». Revilla ha definido lo acontecido como una concentración que tenía simplemente el objetivo de «boicotear» el acto y «hacerse notar».

Además, ha justificado el endurecimiento de las restricciones en la región amparándose en las recomendaciones de los expertos de la salud: «Estamos haciendo lo que dicen los expertos de Cantabria y de todo el mundo, y cuando llegamos a un tope de incidencia hay que limitar el movimiento y hacer cierres de determinadas actividades, no hay otra solución«, ha concluido en referencia al inminente cierre del interior de la hostelería tras pasar al nivel 3 de alerta sanitaria.