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Sara Sendino
Miércoles, 22 de enero 2025, 18:14
Las monjas cismáticas de Belorado, concretamente dos de ellas, han reaparecido en sus redes sociales para explicar cómo se sienten y cuáles son los pormenores de la deuda de 400.000 euros contraída con una hipoteca para el arreglo del monasterio de Orduña. Siguiendo la estrategia de darse a conocer y de dar visibilidad a su versión para mejorar su imagen pública, las exclarisas han compartido en su perfil de Instagram varios vídeos grabados desde el propio monasterio de Orduña, donde explican cómo asumieron la reparación del tejado y por qué no pudieron pagarlo. Lo hacen in situ desde el tejado recién reformado donde incluso se ven algunos cubos que recuerdan «dónde había alguna gotera».
«Teníamos bastante a la vista la venta de Derio», recuerdan sor Miriam y Sor Berit que aseguran que se embarcarons «en la aventura del tejado porque era de primera necesidad, los especialistas dijeron que no hubiese aguantado dos años». Sin embargo, la venta de Derio se paralizó, según estas religiosas fue la Conferencia Episcopal quien les hizo saber que lo estaban vendiendo «demasiado bajo» y que Roma «no lo iba a aceptar».
En ese momento, paralizada la venta de Derio y por tanto la entrada de un dinero con el que supuestamente contaban para hacer frente a las reparaciones de Orduña, tuvieron que solicitar una hipoteca de 400.000 euros. Con este préstamo debían afrontar tanto la obra del tejado, como la obra del taller y la adecuación del caserío contiguo donde, explican, vivía el chico que trabaja las huertas.
«El monasterio está tasado en 3 millones, por ejemplo, pero solo nos dan 2. Necesitamos poder vivir, necesitamos comprar esto, arreglarlo, qué hacemos. Pues ante la necesidad lo vendes pues no, nos han dejado, ahí empezó un problema», explican las dos religiosas.
«El centro del problema es que estuvimos a punto de vender». Una venta que al no consumarse, les dejó una importante deuda de 400.000 euros. «El tema de la hipoteca me trae a maltraer, que por qué te metes en un tejado, por qué sin tener dinero y por qué pides una hipoteca, me trae a maltraer», confiesa una de las cismáticas. «Creo que muy poca gente puede permitirse una obra de más de 400.000 euros sin pedir una hipoteca, a menos que tengas otra venta. Y pensábamos que teníamos otra venta, pero nos dijeron que no», concluyen en el vídeo.
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