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Jueves, 3 de enero 2019, 01:02

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El territorio filipino está compuesto por más de 7.000 islas en las que se distribuyen los 100 millones de habitantes del país. Su complicada interconexión insular ha facilitado la aparición en el tiempo de una enorme variedad de lenguas y comidas locales. Una de ellas es el lechón relleno con papaya y hojas de tamarindo, que se pone a la brasa y se sirve con arroz acompañado con salsa de hígado. Los lechoneros (los vemos en las fotos) se dedican a girar el asado durante horas y lo bañan de tanto en tanto con agua de coco.

Noel Celis - AFP
El territorio filipino está compuesto por más de 7.000 islas en las que se distribuyen los 100 millones de habitantes del país. Su complicada interconexión insular ha facilitado la aparición en el tiempo de una enorme variedad de lenguas y comidas locales. Una de ellas es el lechón relleno con papaya y hojas de tamarindo, que se pone a la brasa y se sirve con arroz acompañado con salsa de hígado. Los lechoneros (los vemos en las fotos) se dedican a girar el asado durante horas y lo bañan de tanto en tanto con agua de coco.
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Noel Celis - AFP
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El territorio filipino está compuesto por más de 7.000 islas en las que se distribuyen los 100 millones de habitantes del país. Su complicada interconexión insular ha facilitado la aparición en el tiempo de una enorme variedad de lenguas y comidas locales. Una de ellas es el lechón relleno con papaya y hojas de tamarindo, que se pone a la brasa y se sirve con arroz acompañado con salsa de hígado. Los lechoneros (los vemos en las fotos) se dedican a girar el asado durante horas y lo bañan de tanto en tanto con agua de coco.

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