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Viernes, 14 de febrero 2020, 17:55

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«Nos gustábamos desde niños, pero no hablábamos»

Sebas es colombiano y tiene 30 años y Adriana nació en Bilbao hace 29. Se conocían «de vista» desde pequeños, pero no fue hasta años después cuando él la invitó a entrenar Jiu Jitsu brasileño. «Ahí empezó todo», cuentan. La pareja regenta un gimnasio de artes marciales en Deusto desde hace casi tres años, pasión que comparten y les ha unido más: «Queremos crecer juntos y llegar a ser referentes en este mundo». Tienen en mente irse a vivir juntos y formar una familia. «Siempre fantaseamos con que nuestros peques llegarán a entrenar con nosotros y compartirán nuestra pasión». No celebran San Valentín en concreto, pero sí su aniversario, que cae por estas fechas, «así que decidimos que fuera el día 14».

YVONNE ITURGAIZ
Sebas es colombiano y tiene 30 años y Adriana nació en Bilbao hace 29. Se conocían «de vista» desde pequeños, pero no fue hasta años después cuando él la invitó a entrenar Jiu Jitsu brasileño. «Ahí empezó todo», cuentan. La pareja regenta un gimnasio de artes marciales en Deusto desde hace casi tres años, pasión que comparten y les ha unido más: «Queremos crecer juntos y llegar a ser referentes en este mundo». Tienen en mente irse a vivir juntos y formar una familia. «Siempre fantaseamos con que nuestros peques llegarán a entrenar con nosotros y compartirán nuestra pasión». No celebran San Valentín en concreto, pero sí su aniversario, que cae por estas fechas, «así que decidimos que fuera el día 14».
Sebas es colombiano y tiene 30 años y Adriana nació en Bilbao hace 29. Se conocían «de vista» desde pequeños, pero no fue hasta años después cuando él la invitó a entrenar Jiu Jitsu brasileño. «Ahí empezó todo», cuentan. La pareja regenta un gimnasio de artes marciales en Deusto desde hace casi tres años, pasión que comparten y les ha unido más: «Queremos crecer juntos y llegar a ser referentes en este mundo». Tienen en mente irse a vivir juntos y formar una familia. «Siempre fantaseamos con que nuestros peques llegarán a entrenar con nosotros y compartirán nuestra pasión». No celebran San Valentín en concreto, pero sí su aniversario, que cae por estas fechas, «así que decidimos que fuera el día 14».

«Nos gusta querernos, nos llevamos fenomenal, nunca discutimos»

Ana y Alberto, de 34 años, tienen sídrome de down y viven en Vitoria. Se conocieron detrás de un árbol durante un curso de informática en Mendizabala. «Yo le dije a Ana si quería salir conmigo y me dijo que sí». Y desde entonces ya han pasado16 primaveras. Siempre celebran San Valentín, pero en esta ocasión, como Alberto está en Málaga, lo han pospuesto para el día 21, «con regalos y esas cosas». Les encanta ir a danza y baloncesto, e intentan pasar todo el tiempo libre que tienen jugando con sus sobrinos. Se han prometido amor eterno con una pedida de mano incluida. «Le dije que sí, pero en broma», cuenta Ana.

YVONNE ITURGAIZ
Ana y Alberto, de 34 años, tienen sídrome de down y viven en Vitoria. Se conocieron detrás de un árbol durante un curso de informática en Mendizabala. «Yo le dije a Ana si quería salir conmigo y me dijo que sí». Y desde entonces ya han pasado16 primaveras. Siempre celebran San Valentín, pero en esta ocasión, como Alberto está en Málaga, lo han pospuesto para el día 21, «con regalos y esas cosas». Les encanta ir a danza y baloncesto, e intentan pasar todo el tiempo libre que tienen jugando con sus sobrinos. Se han prometido amor eterno con una pedida de mano incluida. «Le dije que sí, pero en broma», cuenta Ana.
Ana y Alberto, de 34 años, tienen sídrome de down y viven en Vitoria. Se conocieron detrás de un árbol durante un curso de informática en Mendizabala. «Yo le dije a Ana si quería salir conmigo y me dijo que sí». Y desde entonces ya han pasado16 primaveras. Siempre celebran San Valentín, pero en esta ocasión, como Alberto está en Málaga, lo han pospuesto para el día 21, «con regalos y esas cosas». Les encanta ir a danza y baloncesto, e intentan pasar todo el tiempo libre que tienen jugando con sus sobrinos. Se han prometido amor eterno con una pedida de mano incluida. «Le dije que sí, pero en broma», cuenta Ana.

«Había una complicidad muy especial aún siendo muy dispares»

Gorka tiene 39 años y es vecino de Santurtzi. Conoció a Naiara, de 37, cuando se fue a vivir a Vitoria «para cambiar de aires». Llevan cuatro años juntos y esperan su primer hijo, Iulen. Entre sus muchas aficiones en común destacan la manualidades, la huerta, la música y la gastronomía. «Fue gustarnos a primera vista. Vimos que había una complicidad especial, a pesar de ser muy dispares».

YVONNE ITURGAIZ
Gorka tiene 39 años y es vecino de Santurtzi. Conoció a Naiara, de 37, cuando se fue a vivir a Vitoria «para cambiar de aires». Llevan cuatro años juntos y esperan su primer hijo, Iulen. Entre sus muchas aficiones en común destacan la manualidades, la huerta, la música y la gastronomía. «Fue gustarnos a primera vista. Vimos que había una complicidad especial, a pesar de ser muy dispares».
Gorka tiene 39 años y es vecino de Santurtzi. Conoció a Naiara, de 37, cuando se fue a vivir a Vitoria «para cambiar de aires». Llevan cuatro años juntos y esperan su primer hijo, Iulen. Entre sus muchas aficiones en común destacan la manualidades, la huerta, la música y la gastronomía. «Fue gustarnos a primera vista. Vimos que había una complicidad especial, a pesar de ser muy dispares».

«Me gusta todo de ella, hasta la mala leche»

Eduardo nació en Lugo hace 84 años y cuando llegó a Bilbao a trabajar siendo todavía un chaval no se imaginaba que se quedaría para siempre. Aquí conoció a la gallartina Adi, en «una casa de comidas» que regentaba junto con su madre, Rosa. «Me enamoré perdido nada más verla, pero ella no me hacía ni puñetero caso». Llevan 61 años casados y siempre han sido inseparables, hasta que en el año 2009 a ella le detectaron Parkinson. Aunque ha sido un golpe muy duro y «al principio no te lo crees», a él le gusta recordarla como ha sido siempre, «una mujer generosa y fuerte». Adi está ingresada desde hace cinco años en la residencia Aspaldiko de Portugalete, a donde Eduardo sube a verla junto con sus seis hijos, sus diez nietos y su biznieta.

YVONNE ITURGAIZ
Eduardo nació en Lugo hace 84 años y cuando llegó a Bilbao a trabajar siendo todavía un chaval no se imaginaba que se quedaría para siempre. Aquí conoció a la gallartina Adi, en «una casa de comidas» que regentaba junto con su madre, Rosa. «Me enamoré perdido nada más verla, pero ella no me hacía ni puñetero caso». Llevan 61 años casados y siempre han sido inseparables, hasta que en el año 2009 a ella le detectaron Parkinson. Aunque ha sido un golpe muy duro y «al principio no te lo crees», a él le gusta recordarla como ha sido siempre, «una mujer generosa y fuerte». Adi está ingresada desde hace cinco años en la residencia Aspaldiko de Portugalete, a donde Eduardo sube a verla junto con sus seis hijos, sus diez nietos y su biznieta.
Eduardo nació en Lugo hace 84 años y cuando llegó a Bilbao a trabajar siendo todavía un chaval no se imaginaba que se quedaría para siempre. Aquí conoció a la gallartina Adi, en «una casa de comidas» que regentaba junto con su madre, Rosa. «Me enamoré perdido nada más verla, pero ella no me hacía ni puñetero caso». Llevan 61 años casados y siempre han sido inseparables, hasta que en el año 2009 a ella le detectaron Parkinson. Aunque ha sido un golpe muy duro y «al principio no te lo crees», a él le gusta recordarla como ha sido siempre, «una mujer generosa y fuerte». Adi está ingresada desde hace cinco años en la residencia Aspaldiko de Portugalete, a donde Eduardo sube a verla junto con sus seis hijos, sus diez nietos y su biznieta.

«El regalo de San Valentín es nuestro hijo Aitor»

Álvaro, venezolano de 37 años, acababa de aterrizar en Bilbao para cursar un máster cuando un cruce de miradas en un bar le cambió los planes. El responsable es Luis, de 47, con quien se casó al de 9 meses. Se mudaron a Markina-Xemein, donde nació Luis y donde actualmente es alcalde por el PNV. «Siempre» han celebrado San Valentín, «aunque sea con un detalle», pero este año es especial: lo van a compartir con su hijo Aitor, de dos meses y medio.

YVONNE ITURGAIZ
Álvaro, venezolano de 37 años, acababa de aterrizar en Bilbao para cursar un máster cuando un cruce de miradas en un bar le cambió los planes. El responsable es Luis, de 47, con quien se casó al de 9 meses. Se mudaron a Markina-Xemein, donde nació Luis y donde actualmente es alcalde por el PNV. «Siempre» han celebrado San Valentín, «aunque sea con un detalle», pero este año es especial: lo van a compartir con su hijo Aitor, de dos meses y medio.
Álvaro, venezolano de 37 años, acababa de aterrizar en Bilbao para cursar un máster cuando un cruce de miradas en un bar le cambió los planes. El responsable es Luis, de 47, con quien se casó al de 9 meses. Se mudaron a Markina-Xemein, donde nació Luis y donde actualmente es alcalde por el PNV. «Siempre» han celebrado San Valentín, «aunque sea con un detalle», pero este año es especial: lo van a compartir con su hijo Aitor, de dos meses y medio.

«En Bilbao he conocido a la mujer de mi vida».

Jeremias nació en Angola hace 27 años y vive en Bilbao desde hace seis. Pero lo tiene muy claro: de aquí nadie le mueve, ha encontrado a la mujer de su vida. Se llama Alazne y tiene su misma edad. Se conocieron en una academia de baile a la que ella se apuntó con una amiga para aprender kizomba africano. «Fuimos amigos mucho tiempo y después, más que amigos». Viven juntos desde hace año y medio y entre sus planes de futuro está formar una familia. Para ellos, «las cosas bonitas se celebran todos los días».

YVONNE ITURGAIZ
Jeremias nació en Angola hace 27 años y vive en Bilbao desde hace seis. Pero lo tiene muy claro: de aquí nadie le mueve, ha encontrado a la mujer de su vida. Se llama Alazne y tiene su misma edad. Se conocieron en una academia de baile a la que ella se apuntó con una amiga para aprender kizomba africano. «Fuimos amigos mucho tiempo y después, más que amigos». Viven juntos desde hace año y medio y entre sus planes de futuro está formar una familia. Para ellos, «las cosas bonitas se celebran todos los días».
Jeremias nació en Angola hace 27 años y vive en Bilbao desde hace seis. Pero lo tiene muy claro: de aquí nadie le mueve, ha encontrado a la mujer de su vida. Se llama Alazne y tiene su misma edad. Se conocieron en una academia de baile a la que ella se apuntó con una amiga para aprender kizomba africano. «Fuimos amigos mucho tiempo y después, más que amigos». Viven juntos desde hace año y medio y entre sus planes de futuro está formar una familia. Para ellos, «las cosas bonitas se celebran todos los días».

«Le compré las hormigas de 'El Hormiguero' y así empezó todo»

Gio, de 34 años, y Belén, de 30, se conocieron en un bar de Portugalete «de fiesta» hace ya casi doce años. Para Gio fue un flechazo -«me metía fichas»-, en cambio Belén se fue enamorando poco a poco. Gio es de Muskiz y Belén de Barakaldo, pero viven junto a su hija Arane, de 20 días, en Portugalete. Les encanta viajar y a él le apasiona la fotografía y a ella que le hagan fotos. Todo encaja.

YVONNE ITURGAIZ
Gio, de 34 años, y Belén, de 30, se conocieron en un bar de Portugalete «de fiesta» hace ya casi doce años. Para Gio fue un flechazo -«me metía fichas»-, en cambio Belén se fue enamorando poco a poco. Gio es de Muskiz y Belén de Barakaldo, pero viven junto a su hija Arane, de 20 días, en Portugalete. Les encanta viajar y a él le apasiona la fotografía y a ella que le hagan fotos. Todo encaja.
Gio, de 34 años, y Belén, de 30, se conocieron en un bar de Portugalete «de fiesta» hace ya casi doce años. Para Gio fue un flechazo -«me metía fichas»-, en cambio Belén se fue enamorando poco a poco. Gio es de Muskiz y Belén de Barakaldo, pero viven junto a su hija Arane, de 20 días, en Portugalete. Les encanta viajar y a él le apasiona la fotografía y a ella que le hagan fotos. Todo encaja.

«Ella me dinamiza y yo la sereno un poco»

Jesús, de 57 años, y María, de 53, se conocieron hace casi cuatro décadas gracias a un amigo en común que les presentó. «Nos hicimos gracia» y empezaron a quedar. Después de tres meses de amistad, estos vitorianos formalizaron su relación y no dudaron en casarse al de cuatro años. Aunque son «palos opuestos totalmente», se complementan muy bien. «Ella me dinamiza y yo, de alguna forma, la sereno un poco». Confiesan no tener muchas aficiones comunes, aunque les apasiona leer y viajar juntos.

YVONNE ITURGAIZ
Jesús, de 57 años, y María, de 53, se conocieron hace casi cuatro décadas gracias a un amigo en común que les presentó. «Nos hicimos gracia» y empezaron a quedar. Después de tres meses de amistad, estos vitorianos formalizaron su relación y no dudaron en casarse al de cuatro años. Aunque son «palos opuestos totalmente», se complementan muy bien. «Ella me dinamiza y yo, de alguna forma, la sereno un poco». Confiesan no tener muchas aficiones comunes, aunque les apasiona leer y viajar juntos.
Jesús, de 57 años, y María, de 53, se conocieron hace casi cuatro décadas gracias a un amigo en común que les presentó. «Nos hicimos gracia» y empezaron a quedar. Después de tres meses de amistad, estos vitorianos formalizaron su relación y no dudaron en casarse al de cuatro años. Aunque son «palos opuestos totalmente», se complementan muy bien. «Ella me dinamiza y yo, de alguna forma, la sereno un poco». Confiesan no tener muchas aficiones comunes, aunque les apasiona leer y viajar juntos.

«Mi mayor locura ha sido ella»

Pilar y Josune, de 23 y 24 años, coincidieron en un festival de rock en Albacete, y desde que se miraron por primera vez ya no han podido separarse. «Nos buscábamos con la mirada, íbamos juntas a los conciertos». Pilar vivía en Benidorm y no podía con la distancia, así que apenas tardó un año en mudarse a Bilbao. «Desde que nos conocimos fue un no parar de hablar, planear y querer estar juntas». Llevan 3 meses compartiendo hogar y no pueden estar la una sin la otra. «Nos gusta contar nuestra historia, siempre nos ha parecido bonita».

YVONNE ITURGAIZ
Pilar y Josune, de 23 y 24 años, coincidieron en un festival de rock en Albacete, y desde que se miraron por primera vez ya no han podido separarse. «Nos buscábamos con la mirada, íbamos juntas a los conciertos». Pilar vivía en Benidorm y no podía con la distancia, así que apenas tardó un año en mudarse a Bilbao. «Desde que nos conocimos fue un no parar de hablar, planear y querer estar juntas». Llevan 3 meses compartiendo hogar y no pueden estar la una sin la otra. «Nos gusta contar nuestra historia, siempre nos ha parecido bonita».
Pilar y Josune, de 23 y 24 años, coincidieron en un festival de rock en Albacete, y desde que se miraron por primera vez ya no han podido separarse. «Nos buscábamos con la mirada, íbamos juntas a los conciertos». Pilar vivía en Benidorm y no podía con la distancia, así que apenas tardó un año en mudarse a Bilbao. «Desde que nos conocimos fue un no parar de hablar, planear y querer estar juntas». Llevan 3 meses compartiendo hogar y no pueden estar la una sin la otra. «Nos gusta contar nuestra historia, siempre nos ha parecido bonita».

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