Las universidades vascas recortarán en calefacción para ahorrar en la factura eléctrica
La UPV/EHU, que aplicará las medidas más duras, encenderá hasta dos horas menos las estufas algunos meses
El desorbitado coste del gas y la electricidad y, sobre todo, la previsión de que se desboque aún más por la guerra de Ucrania, ha ... puesto en jaque a las universidades vascas. Sin llegar a los extremos de la Politécnica de Valencia, que la semana pasada anunció que este invierno no encenderá la calefacción, la UPV/EHU, Deusto y Mondragon Unibertsitatea han adoptado nuevas medidas energéticas para reducir el consumo y ahorrar en la factura eléctrica. El paquete de restricciones más estricto de cara a la época más fría del año lo implementará la Universidad del País Vasco: calentará hasta dos horas menos al día sus instalaciones durante algunos meses.
Según confirmó a este diario Lore Bilbao, gerente de la UPV/EHU, se ultima una resolución que se remitirá a todas las facultades en breve para comunicar las limitaciones. Afectarán a 35.000 estudiantes y a 5.500 profesores e investigadores, además de a los 1.900 empleados de administración y servicios. Las estufas se enchufarán en la fecha habitual, el 1 de noviembre, y se mantendrán en funcionamiento hasta el 30 de abril. Sin embargo, en función de la climatología, estos plazos se pueden adelantar o atrasar.
La estrategia de la universidad pública vasca para abaratar el coste de la energía se centra en ejercer más un mayor control sobre las horas diarias en las que se calientan las instalaciones que sobre el periodo concreto de encendido de los radiadores. La empresa, sin embargo, es compleja por las particularidades de cada campus o por la diversidad de horarios de cada grado o posgrado. Algunos edificios disponen de uno o varios sistemas térmicos, y en otros casos, como el recinto de Leioa, una única caldera, por lo que «el calor no llega igual a Medicina que a Bellas Artes y eso hay que tenerlo en cuenta», ejemplifica Bilbao.
A partir del próximo 1 de noviembre se encenderán los radiadores en las tres instituciones académicas
Además, en espacios con clases solo de mañana, se intentará apagar la calefacción por las tardes, una costumbre que hasta ahora no suponía una gran preocupación. La institución académica continúa con su ambicioso plan de eficiencia energética después de que el presupuesto previsto para las partidas de luz y gas para este ejercicio se agotara en junio. Hubo que aplicar medidas urgentes para afrontar el sobrecoste energético. Entre las más llamativas, el cierre de los campus de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa durante dos semanas en agosto y la petición a los docentes de limitar el uso de aparatos eléctricos personales en los despachos.
Medidas que han servido, a tenor de las previsiones de la gerencia de la universidad, de ahorrar «más de medio millón de euros». Sin embargo, no evitarán que el gasto eléctrico casi se triplique este curso con respecto al anterior.
El desfase en las cuentas será de 4,2 millones. El presupuesto para este 2022 se fijó en 8,8 y, finalmente, se estima alcanzar la cifra de 13 millones. El año anterior el coste de estos servicios básicos supuso un desembolso de 5 millones. «Es muy complicado de gestionar. Son muchos edificios y muchas sensibilidades, pero una cosa son los euros y otra el consumo y tenemos que pelear por reducir el consumo», deslizó Bilbao.
Asimismo, de cara a 2023 se cerrarán los sábados las bibliotecas de Álava y Gipuzkoa -se ha analizado el número de usuarios y no compensa mantener abiertas las instalaciones- y se estudia bajar la persiana de forma general en otros periodos vacacionales como Navidad o Semana Santa.
Por otro lado, la universidad sigue sustituyendo las bombillas por otras nuevas con sistema LED y, recientemente, ha recibido una subvención del EVE (Ente Vasco de la Energía) para continuar con la instalación de placas fotovoltaicas.
El tope de 19 grados
Lo que está claro es que, en función de las temperaturas, si el frío invernal aprieta fuerte o se presenta más moderado, alumnos y profesores quizá tengan que ir más abrigados de la cuenta. A la reducción de las horas de la calefacción hay que añadir las exigencias del Real Decreto que en agosto aprobó el Gobierno central, que obliga a caldear las instalaciones a no más de 19 grados.
Normativa que también recuerdan en las universidades privadas de la comunidad. Deusto y Mondragón también han observado fuertes subidas en la factura eléctrica y, por tanto, han optado por aplicar medidas para reducir el consumo energético.
Según explica Fernando García, director de Infraestructuras y Servicios Auxiliares de Deusto, al igual que el año pasado se van a concentrar las clases en edificios calefactados con energía renovable a fin de dejar libres otros para poder apagar el sistema de climatización. A día de hoy, el 35% de los inmuebles de la institución privada están dotados de geotermia.
Esta fórmula permite que el calor y el frío que requieren las instalaciones se obtengan de forma autónoma y que el consumo sea menor. En el caso de Mondragón, en la Escuela Politécnica Superior sí se reducirán las horas diarias de calefacción, pero no en el edificio multicampus Bilbao As Fabrik, de reciente construcción y también «eficientemente energético». «Aunque se pueden tomar pequeñas medidas, en general el funcionamiento y consumo del edificio ya está optimizado», precisaron fuentes del centro.
La clave
13millones es la previsión de gasto en luz y gas en la UPV/EHU, casi tres veces más que en 2021.
La Politécnica de Valencia renuncia a encender las estufas
El ahorro de energía se antoja fundamental para las universidades que afrontan unos recibos de la luz para los que no tienen suficiente presupuesto. De forma generalizada, se han quedado cortos por el incremento desmesurado de los precios. A algunos centros como la Politécnica de Valencia (UPV) no les ha temblado la mano. Tratarán de alargar todo lo posible el encendido de la calefacción. En las fechas habituales, no lo hará y se esperará hasta que las temperaturas sean muy frescas. Asimismo, desde ayer tampoco se puede poner el aire acondicionado.
En una instrucción difundida la pasada semana a toda la comunidad universitaria, se informó que el objetivo es ahorrar 16.000 euros por día. Estas medidas se aplicarán en los tres campus, con excepción de aquellos espacios e instalaciones con requerimientos o funcionalidades especiales. El cálculo es que, sin recortes y pese a las mejoras en eficiencia energética, el coste podría rondar los 16 millones, el doble de lo esperado, seis millones más que en 2021. Ayer, precisamente, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) alertó de que el aumento del gasto puede rondar el«60% del coste inicialmente previsto».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión