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Los sindicatos de la enseñanza pública han vuelto a demostrar este jueves su poder de convocatoria y han reunido a miles de docentes en las tres capitales vascas (2.000 en el caso de Bilbao, según cálculos de la Policía Municipal) en el segundo de ... los doce días de huelga. Las centrales aseguran que el 75% de los 27.000 trabajadores llamados a la protesta han secundado los paros, lo que ha provocado que las escuelas, colegios e institutos vascos funcionen a medio gas. Educación ha rebajado el dato al 45%. Las centrales sindicales, además, han denunciado los «servicios mínimos abusivos» fijados por el Gobierno vasco. «Se ha negado el derecho de huelga a miles de trabajadores y trabajadoras, por lo que la huelga ha estado condicionada», han censurado.
La red pública vive estos días jornadas de movilizaciones, las más numerosas de los últimos años. Además de los docentes, a partir de la próxima semana se unirán a la huelga las 3.000 personas que componen el personal de Haurreskolak (28 y 29 de enero) y el de cocina y limpieza (30 y 31). Los paros continuarán en febrero con otros seis días de huelga (dos para cada uno de los tres colectivos implicados).
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Al igual que sucediera el miércoles, los representantes de LAB, Steilas, ELA y CC OO han puesto sobre la mesa sus exigencias, que se resumen en recuperar el poder adquisitivo perdido en los quince años que lleva congelado el convenio; aliviar la carga lectiva y los trámites burocráticos que afectan a la actividad docente; reforzar los recursos para afrontar la creciente diversidad de las aulas (personal para alumnado con necesidades educativas especiales, psicólogos...); un plan «urgente» de inversiones en infraestructuras; impulso al euskera; y, en definitiva, una mejora de las condiciones laborales que repercuta en una «mejora» de la calidad de la enseñanza.
En declaraciones a los medios, los portavoces sindicales se han felicitado por haber «vaciado las aulas y llenado las calles» por segundo día consecutivo. Consideran que las movilizaciones suponen «un mensaje directo» al departamento: «si no hay respuesta a nuestras demandas, tenemos ganas y fuerzas para continuar las huelgas», han subrayado. Los docentes «están cansados», han afirmado, al mismo tiempo que han afeado a Educación que haya enviado cartas para tratar de «desacreditar y desactivar» las protestas. «Que asuma su responsabilidad y ponga sobre la mesa las medidas para atender estas necesidades», han lanzado.
En cuanto al aspecto retributivo, las centrales cifran en un 23% la pérdida del poder adquisitivo de los profesores en los últimos trece años. Por ello, consideran que «es momento de negociar un convenio digno». Cuestionados acerca de la diferencia con la Ertzaintza, donde la consejería de Seguridad ha pactado con los sindicatos una subida salarial del 10%, los representantes de los docentes han indicado que, pese a que hay «aspectos en común» y a que cada lucha laboral tiene sus especificidades, «es momento de que el Gobierno vasco decida a qué le da más importancia, si a la seguridad o a la educación».
Mientras los trabajadores reclaman mejoras, Educación insiste en que la huelga es «difícil de entender». Argumenta la consejería que las mesas de negociación están convocadas, «con propuestas encima de la mesa» y con un calendario de trabajo hasta final de curso. Los sindicatos replican que el departamento convoca reuniones «sin contenido».
Para reforzar su posición, Educación recuerda estos días el pacto alcanzado con la mayoría sindical en 2022. Entonces se acordaron medidas de calado, como una rebaja significativa en las ratios (el número de alumnos por aula); el aumento de la plantilla que se ha aplicado incluso este curso; un impulso al inglés, que se introdujo en las aulas de Infantil; y la creación de figuras para atender al alumnado con necesidades específicas, entre otros aspectos.
Aquel pacto demostró, a juicio de la consejería, una «apuesta clara» por la escuela pública. «Este compromiso exige, ahora más que nunca, que toda la comunidad educativa trabaje unida en la misma dirección», señalaba la consejería que lidera Begoña Pedrosa en una reciente carta enviada a familias y docentes.
La plataforma Euskal Hezkuntza Irakasle Sarea se ha desmarcado de las movilizaciones. En un comunicado, asegura «no compartir» las convocatorias de huelga y valora «muy positivamente el notable incremento de las posiciones de negociación y acuerdos continuos llevados a cabo por el departamento de educación desde el año 2020», así como de las inversiones en la educación pública, «sobre todo para hacer frente a las consecuencias del empleo que se está produciendo desde hace varios años en la educación infantil y primaria». Además, la plataforma ha comunicado «el inicio de un proceso de reflexión con el objetivo de constituirse en sindicato».
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