Cortos de luces y largos de sombras
No me cansaré de repetir que los accidentes de circulación motivados por animales salvajes son cada vez más numerosos y, que yo sepa, salvo los ... cazadores, nadie aporta soluciones mínimamente aceptables. En 2018 se produjeron 599 percances en España por atropellos de animales, con un balance de 1.000 personas heridas, 58 de ellas con ingreso hospitalario, y 10 fallecidos. Y esto no va a parar, porque las poblaciones de jabalíes siguen creciendo entre un 30 y un 40% al año. A no ser que, de una vez por todas, las administraciones cojan el toro por los cuernos y se vuelquen, como los países europeos, con ayudas a los cazadores para que regulen controladamente las poblaciones en los lugares donde estrictamente sea necesario. De lo contrario, luego será llorar si aflora la peste porcina africana.
¿Y qué hace el Gobierno de España al respecto? Entre otras barbaridades, prohibir la caza en los parques nacionales, como en Monfragüe, y encargar a la empresa pública Tragsa que capture, por medio de jaulas, bien sea gabatas, ciervos o ciervas, para masacrarlos a base de tiros en plena parada biológica. Las organizaciones ecologistas callan, demostrando una vez más que lo único que pretenden es perjudicar al sector cinegético. Y es que Teresa Rivera, responsable de esta materia, ha dicho públicamente, al igual que el ministro Ábalos, que no comulgan con la caza. ¿Cómo vamos a solucionar los problemas cinegéticos con esta gente, que incluso llaman casposos a los cazadores? Qué triste que unos políticos de este nivel criminalicen y fomenten el odio entre los cazadores. No lo van a tener fácil si continúan en esta línea.
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