El conductor que causó el accidente mortal de Lezo dio positivo en alcohol y negativo en drogas

Según ha podido saber este periódico, el arrestado dio positivo en alcohol en sangre la noche en la que fue ingresado en el complejo guipuzcoano, donde hasta ayer por la mañana permanecía custodiado por agentes de la Ertzaintza. «Por encima de la tasa legal para conducir, pero por debajo de 1,20», que es la que marca el Código Penal para considerarlo automáticamente un delito, explican fuentes judiciales.

Conducir bajo los efectos del alcohol es considerado delito cuando se rebasan los 0,6 mg/l de aire espirado o 1,2 g/l en sangre, tal y como viene regulado en el artículo 379.2. En estos casos, el infractor se puede enfrentar a una condena de entre tres y seis meses de prisión, de seis a doce meses de multas económicas o de trabajos en beneficio para la comunidad y a la pérdida del carnet de conducir durante un período que puede ir de uno a cuatro años.

En España está permitido ponerse al volante con una tasa de alcoholemia que no llegue a los 0,25 mg/l en aire espirado o 0,5 g/l en sangre, una barrera que sí sobrepasaba el conductor francés y que normalmente se castiga con una sanción administrativa. Sin embargo, este hecho no quiere decir que «no sea constitutivo de un delito», añaden estas mismas fuentes. En esta circunstancia, será el juez quien determine este extremo, «atendiendo a los síntomas que presentaba el conductor cuando fue asistido por los sanitarios o a los factores que llevaron a provocar el accidente, como si invadió el carril contrario o no».

El homicidio por imprudencia grave está penado con entre uno y cuatro años de prisión. Si en el suceso concurre algún otro delito, como conducción temeraria -desde seis meses hasta dos años- el castigo se unifica primando el más severo, y la condena mínima se eleva hasta la mitad superior de la horquilla de ese supuesto. En el caso del joven de 21 años, estos delitos supondrían una pena que oscilaría entre los 2 años, 6 meses y un día, y los cuatro años, explican fuentes jurídicas. Un castigo que muy probablemente no le libraría de la cárcel, pues es superior a 24 los meses que marcan el límite que permite eludir el internamiento si así lo permite el juez.

El hecho de que en el siniestro se hayan registrado dos muertes no endurece el castigo respecto a si hubiera habido una. Las fuentes jurídicas consultadas explican que «el delito de homicidio imprudente es uno si se produce en el mismo acto, independientemente del número de fallecidos». Tampoco elevaría la pena en el supuesto caso de que la joven herida grave que permanece en la UCI falleciera en las próximas fechas como consecuencia de las lesiones producidas por el accidente.

Sí se computan aparte, y por tanto se añadirían a la condena principal, las penas por las lesiones producidas a las personas heridas en el siniestro, donde un cuarto amigo de los dos fallecidos también tuvo que ser hospitalizado e intervenido quirúrgicamente. Esto quiere decir que, según establece el ordenamiento jurídico, la condena en situaciones como esta es mayor si hay un fallecido y tres heridos que cuatro víctimas mortales. De ello van a depender las circunstancias que han rodeado la comisión del siniestro, en especial el grado de imprudencia y la gravedad de las lesiones causadas.

El hecho de que el inculpado sea residente en Francia tampoco altera demasiado el procedimiento habitual. El procesado podría regresar al país vecino a la espera de la celebración del juicio cuando pague la fianza de 20.000 euros. «Francia es un estado del espacio Schengen, y se le puede citar y reclamar. Solo en el caso de que se considere que no hay arraigo, no conste un domicilio habitual o circunstancias que hagan prever dificultades para su posterior localización se podrían adoptar medidas especiales en otro sentido», aseguran fuentes judiciales.