Las víctimas irrumpen en un acto a favor de etarras huidos: «Son unos criminales»
La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, se cuela en el 'Iheslari Eguna' de Tolosa. No hubo incidentes salvo un leve forcejeo
Una joven leía en el escenario un texto sobre el «miedo» y «horror» que sintieron las familias de Lasa y Zabala cuando la Ertzaintza cargó contra ellas en el cementerio de Tolosa, en 1995, durante el sepelio de los dos hombres asesinados por los GAL. En ese momento, Consuelo Ordóñez, la hermana de Gregorio, el edil del PP al que un comando terrorista arrebató la vida ese mismo año en San Sebastián, irrumpió en la carpa y se acercó a la tarima donde se celebraba el acto en favor de los etarras «refugiados, deportados y exiliados» de ETA. Portaba un cartel en el que se podía leer: 'Volved, tenéis alojamiento y manutención gratis'.
Al principio, su presencia y la de otras dos víctimas, acompañadas por otras dos personas, pasó desapercibida. Luego hubo un incómodo silencio alterado por los murmullos. Finalmente, la sorpresa inicial dio paso a una salva de gritos del público, formado por unos 200 espectadores: 'Jo ta ke, irabazi arte' ('Una y otra vez, hasta ganar' y 'Faxistak kanpora' ( 'Fuera fascistas'). La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (Covite) aguantó impertérrita, sosteniendo el cartel en las primeras filas de butacas del evento, organizado por la iniciativa Kalera Kalera de la izquierda abertzale.
Posteriormente salió de la carpa e intentó acercarse por detrás al escenario para entregar una lista con los miembros de la banda terrorista huidos para que la «cotejen con sus listados, nada más». Fue interceptada por dos miembros de la organización con los que entabló un pequeño diálogo. Le pidieron «por favor» que no pasara. Que se mantuviera por detrás del cordón. Estas personas calmaron a varios miembros del público que se aproximaban de manera exaltada.
En un momento dado, Ordóñez sobrepasó ligeramente la cuerda de seguridad que se había desplegado. Fue entonces empujada un par de veces por un joven, con el que intercambió insultos. Apenas fueron dos o tres segundos de tensión, ya que inmediatamente, las mismas personas que habían mediado anteriormente se interpusieron para apagar cualquier conato de violencia. En la plaza Alondegi de Tolosa no había presencia policial. Al menos, no se desplegaron agentes de uniforme. Se desconoce si había ertzainas de paisano.
Petición a Pedro Sánchez
Afortunadamente, la situación se tranquilizó y la presidenta de Covite atendió a los medios a escasos metros de donde se realizaba el homenaje. «Hemos querido darle la lista a Zabarte (en alusión a Josu Zabarte Arregi, conocido como 'El carnicero de Mondragón') pero no hemos podido».
Ordóñez aseguró entonces, en tono irónico, que «nuestra reivindicación hoy es la misma que la de la izquierda abertzale: que retornen los huidos, pero no en la impunidad, sino para que salden sus cuentas con la ley».
«Estamos aquí para pedir Justicia porque no son refugiados políticos, sino criminales etarras con deudas de sangre muy graves pendientes». La presidenta de las víctimas se preguntó: «¿Dónde van a estar mejor que en Venezuela? Aquí, aquí les damos manutención y alojamiento».
Entretanto, el acto seguía adelante, con la presencia de representantes de EH Bildu, como su portavoz en el Congreso de los Diputados, Marian Beitialarrangoitia, y el apoderado en Juntas Generales de Gipuzkoa, Xabier Olano. A continuación, Ordóñez abandonó el lugar sin mayores problemas, no sin antes lanzar un mensaje al Gobierno de Pedro Sánchez para que presione a los países que dan cobijo «a criminales asesinos».
En este sentido citó a Venezuela, pero también a Bélgica, donde supuestamente vive la etarra Natividad Jauregi Espina. «Al igual que se lo exigimos al anterior Ejecutivo del PP queremos que, «de una vez por todas», demande a Bruselas ante el Tribunal de Luxemburgo.
Acompañaban a la presidenta de Covite, otras dos mujeres: Conchi Fernández Galán, viuda de Aurelio Prieto, asesinado por dos miembros de ETA que, según afirmó la representante de la asociación de víctimas del País Vasco, están «acogidos por el régimen bolivariano» de Venezuela, y Paz Prieto Sáenz de Tejada, hija del militar José Luis Prieto, también muerto a manos de la banda terrorista en 1981, en Pamplona.
Sortu acusa a Ordóñez de «reventar eventos pacíficos»
Poco después de la irrupción de la presidenta de Covite en el 'Iheslari Eguna' de Tolosa, Sortu emitió un comunicado en el que condenó la actitud de Consuelo Ordóñez y sus acompañantes, a las que acusó de «querer reventar un acto pacífico» y utilizar «de manera espuria, con fines partidistas, a unas víctimas a las que revictimiza».
«Grupúsculos ultras como Covite -rezaba la nota- pretenden trasladar a este país a épocas pasadas. Pretenden mantenerlo anclado en el pasado. Pretenden generar enfrentamiento, mientras que lo que este pueblo quiere es la paz. Les pedimos que no vengan a tratar de reventar un acto pacífico. Les pedimos que respeten los actos de los demás, de la misma manera que el resto respeta los suyos».
El 'Iheslari Eguna' reunió a unas 200 personas en la plaza Alondegi de Tolosa. Hubo referencias constantes a José Antonio Lasa Aróstegui y José Ignacio Zabala Artano, los jóvenes de 18 años de la localidad guipuzcoana que fueron secuestrados en Bayona y brutalmente asesinados por los GAL. Dentro de dos semanas se cumplirán 35 años de este crimen.
Los presentes pidieron al Gobierno español que abandone «la política de venganza» y que se permita el regreso de los huidos porque «mientras existan presos y exiliados no podremos hablar de convivencia ni normalización en este país. La solución debe ser integral», exigieron. El colectivo Kalera Kalera cifra en 70 las personas que permanecen «refugiadas» en diversos países.
