«El PP vasco será útil si mantiene un discurso de sensatez, moderación y entendimiento»

- ¿En qué ha cedido Sánchez?

- El problema es que no lo sabemos. Lo intuimos. Ha cruzado una línea roja con un contenido político muy notable: cesiones que suponen un debilitamiento del prestigio del Estado de Derecho. Lo que Sánchez hizo cuando asumió la figura de intermediación es aceptar el cuestionamiento de la legitimidad, la seriedad y el honor del Estado de Derecho y del Gobierno de España.

- Si no se puede negociar, ¿qué queda?¿Un '155 no blandito' y prolongado como pidió Maroto?

- El problema aquí es que el interlocutor no quiere negociar, quiere imponer. El independentismo pretende un trágala al Estado. Y hay que desdramatizar el 155. Se ha aplicado ya y no pasó nada malo. Así que ni me preocupa ni me asusta. No puede haber una solución fuera del ordenamiento jurídico y del entendimiento, al menos, de PP, PSOE y Ciudadanos.

- ¿Ve al PNV arrepintiéndose de la moción de censura?

- No creo que tengan la humildad suficiente en estos momentos para reconocerlo. Es evidente el mal negocio que han hecho. Con el derribo de Rajoy hemos pasado a un modelo de inestabilidad y enfrentamiento en el Congreso y en el Parlamento vasco.

- ¿Le gusta la fecha del 28 de abril?

- Tengo un sentimiento contradictorio. Por un lado y por ahorro de dinero público, creo que tendrían que haber coincidido con las municipales. Pero, por otro, mezclar las elecciones no me parece buena idea. Así que... lo importante es que se vote.

- ¿Y si tras votar nos encontramos con la misma correlación de fuerzas?

- Creo que no va a ser la misma y que va a haber un cambio en España. El resultado electoral reflejará un Congreso muy atomizado, en el que será necesaria la búsqueda de entendimiento y acuerdos.

- ¿Apoyaría una gran coalición PP-PSOE al estilo alemán?

- Desgraciadamente el clima político y mediático en España no favorece este tipo de soluciones. Pero soy partidario de que, ante situaciones excepcionales, la respuesta también debe ser excepcional.

- ¿Y un pacto PP-Ciudadanos-Vox?

- Esperemos a que la gente vote.

- ¿Y cuándo lo haga?

- El PP ya ha demostrado que está dispuesto a que le voten todo tipo de formaciones siempre y cuando ese voto no implique una vulneración, renuncia o traición de nuestros principios fundamentales.

- ...

- Pero que quede clara una cosa. Es pública y notoria mi posición extraordinariamente crítica y lejana con lo que defiende y representa Vox.

- Pues su partido...

- También. Puedes enumerar cien temas y es posible que en algunos coincidamos. Eso no es relevante. Lo relevante es lo que nos distancia. Vox es un partido de corte populista y reaccionario, que tiene una visión única de cómo ser español y todo lo que se salga de ahí te convierte en menos español. Y que cuestiona el modelo de desarrollo europeo y su modelo institucional. Nosotros no.

- ¿Usted, como candidato en San Sebastián, aceptaría sus votos para ser alcalde?

- Sinceramente, no creo que esa posibilidad se vaya a dar porque Vox no va a lograr representación.

- ¿Debería Urkullu acortar también la legislatura? Tampoco logró aprobar sus Presupuestos.

- La debilidad parlamentaria del Gobierno vasco no está trayendo nada bueno pero de momento sólo perjudica a la gestión política. Para el adelanto electoral es necesario que esa debilidad perjudique también a tu país, que era el caso de Sánchez. Nosotros no somos partidarios ahora de un adelanto, pero no descartamos que a medio plazo pueda ser necesario.

- Así que usted también ve ese oasis vasco del que habla Urkullu.

- Ese oasis se va deforestando y llenando de arena cada semana.

- ¿Puede el PP llegar a acuerdos, más allá de puntuales, con el PNV?

- Nosotros no hemos roto los puentes con el PNV. Ha sido el PNV el que, cuando ha tenido que tomar decisiones importantes en Euskadi, ha decidido explorar vías de acuerdo con Bildu. Lo dije a comienzo de legislatura y lo digo ahora: nuestros nueve parlamentarios están a disposición de la estabilidad.

- ¿Corre el PP vasco el peligro de caer en la irrelevancia?

- Nuestra posición de centro derecha liberal, que apuesta por la estabilidad, el entendimiento entre los vascos y por la no ruptura de los consensos constitucionales y legales tiene un espacio político importante en Euskadi. Y eso sólo puede mantenerse si nuestro discurso es de sensatez, moderación y búsqueda de entendimiento.

- ¿Ese planteamiento es compartido por la dirección nacional?

- Hasta donde yo sé sí. Pero voy a aclarar una cosa: la estrategia política en Euskadi la marca el PP vasco, sin directrices ni supervisiones. Somos mayores de edad. Nos hemos ganado el derecho y tenemos la legitimidad para hacerlo.

- ¿Les pueden hacer daño Ciudadanos y Vox?

- En algunos municipios, probablemente. No obtendrán representación pero nos harán daño a nosotros o al PSE. Pero la posición política de Vox y Ciudadanos en Euskadi tiene difícil encaje porque ni creen en la foralidad ni el Concierto y, desde luego, no nos pueden dar lecciones de lo que significa defender la libertad.

- Tras los amagos de la negociación presupuestaria, ¿ve a EH Bildu en clave de responsabilidad institucional?

- Les queda un tiempo. Alfonso (Alonso) dijo que a Vox le falta un hervor. Pues a EH Bildu le falta un hervor... democrático. Su cultura política ha girado en torno a la violencia y su justificación. Salir de ese escenario no se hace de la noche a la mañana.

- ¿Habrá pactos PNV-EH Bildu en ayuntamientos y diputaciones?

- Es probable. Si los está habiendo en el Parlamento vasco en convivencia, memoria y modelo social, ¿por qué no? Es factible. Y el PSE seguirá mendigando un acuerdo con el PNV, que optará por el que más fácil se lo ponga. Su único objetivo es mantenerse en el poder a cualquier precio.

- ¿Cuándo hay que cumplir la ley?

- Siempre, inexcusablemente, y en especial los políticos.

- Compañeros suyos abogan por cumplir el Estatuto, una ley orgánica, «cuando toque, poco a poco».

- (Silencio) ¿Por qué no se transfirió Prisiones en los 80 y nadie la reclamaba? ¿Y en los 90? Porque el clima político y de violencia aconsejaba que esa transferencia no se ejecutara. Hoy siguen dándose unas condiciones, evidentemente no tan dramáticas, para que seamos extraordinariamente prudentes. Y no creo que sea saltarse la ley que los funcionarios de prisiones sigan adscritos a Interior.