Urkullu carga contra la «utilización» política de la Justicia tras la sentencia de Estrasburgo

En el entorno del jefe del Ejecutivo vasco se hace el análisis de que el nuevo varapalo de Europa a la Justicia española, en este caso a la Audiencia Nacional, no hace sino fomentar el victimismo de la izquierda abertzale y alimentar además su discurso de confrontación con un Estado al que tildan directamente de «antidemocrático». Todo ello en la rampa de salida ya de las elecciones municipales y forales de mayo y con la cuestión catalana una vez más en plena ebullición. En Lehendakaritza no dudan de que EH Bildu aprovechará la sentencia del TEDH para enarbolar de nuevo la bandera catalana junto a la vasca, con el relato político de dos naciones oprimidas por un Estado arbitrario.

De ahí que Urkullu, que ha insistido en que el Gobierno vasco nunca ha «entendido» ni las detenciones ni los posteriores encarcelamientos por el 'caso Bateragune', haya querido subrayar el mensaje que ya lanzó el lunes, tras la firma de un memorando de entendimiento con el ministerio de la Mujer chileno. Ya entonces reconvino a la Justicia y recordó que debe ser «instrumento» para construir una sociedad mejor.

No ha sido el único tirón de orejas a los jueces de Urkullu en su comparecencia tras ser recibido en La Moneda por el presidente chileno, Sebastián Piñera. Preguntado por diversas cuestiones de actualidad por los periodistas que le han seguido durante su semana en Argentina y Chile, Urkullu se ha referido también al drástico giro en el 'caso de Miguel', en el que, tras alcanzar un pacto con la Fiscalía, varios imputados han reconocido que pactaron el cobro de comisiones ilegales con el exdiputado foral Alfredo De Miguel', 'Txitxo'.

El lehendakari se ha mostrado convencido de que la Justicia está siendo lenta en este proceso y de que, ocho años después del arranque de la instrucción, «es hora de que concluya el juicio y dejemos ya de hablar de esta cuestión». El lehendakari ha dicho contemplar estas nuevas revelaciones, que salpican a exaltos cargos del PNV, con la «misma preocupación» que ya tuvo cuando se destapó el escándalo y se ha limitado a mostrar «respeto» por el proceso judicial y la sentencia que de él se derive.