El Parlamento vasco da margen a PNV y PSE para acercar posturas al ampliar los plazos de la reforma educativa
Los partidos tendrán quince días más para presentar enmiendas al borrador preliminar, del que se han descolgado los socialistas, tras un acuerdo unánime
Quince días más. Hasta el 4 de marzo. El Parlamento vasco ha decidido la mañana de este jueves ampliar el plazo para que los grupos ... enmienden el primer borrador de la reforma educativa presentado la semana pasada por el presidente de la ponencia que aborda el asunto, el jeltzale Gorka Álvarez. Aunque inicialmente tanto EH Bildu como PSE-EE dieron el visto bueno al documento, los socialistas se desmarcaron el pasado fin de semana con un sonoro portazo de su secretario general. Eneko Andueza expresó su «profunda» disconformidad con un documento que, entre otros asuntos, equipara los centros públicos y los concertados prohibiendo las subvenciones 'encubiertas' de los segundos y destinando 300 millones anuales a su financiación.
El periodo original para presentar correcciones acababa mañana. Era el punto intermedio de la negociación política exprés activada en la Cámara autonómica después de que más de un centenar de expertos hayan aportado sus reflexiones a la ponencia durante los últimos meses. Según el calendario establecido, que ahora debe redefinirse, el borrador definitivo iba a ver la luz el último día de febrero, pero será necesaria más cocina. Cuando parecía superado el mayor escollo, que PNV y Bildu acercasen posturas y avalasen la reforma educativa, el PSE-EE ha roto de imprevisto el acuerdo transversal y, sobre todo, la unión de los partidos que sustentan al Gobierno. La ampliación del plazo fue solicitada inicialmente por Elkarrekin Podemos-IU, pero tiene principalmente el objetivo de dar margen para que nacionalistas y socialistas cierren esa brecha y acerquen posturas.
El PNV ya había anunciado que el presidente de la ponencia sería «flexible» y aceptaría una prórroga. La decisión ha sido adoptada por unanimidad, una fotografía casi inédita en el Parlamento desde la llegada de Vox al comienzo de la legislatura. Tan inusual como el acuerdo unívoco está siendo el proceso legislativo. «Es excepcional», reconoció el propio lehendakari ayer en Euskadi Irratia. La explicación es que, dada la trascendencia de la nueva norma, se está empezando la casa por el tejado. Pese a su mayoría parlamentaria, el Gobierno busca un amplio consenso previo a redactar el anteproyecto de la ley. El texto oficial se basará en el borrador que entregue la ponencia y la idea del consejero Jokin Bildarratz es elevarlo al Consejo de Gobierno y lanzarlo oficialmente tras el verano. Ahí iniciará su tramitación parlamentaria ordinaria, por lo que, si nada se tuerce, la reforma educativa debería aprobarse a finales de 2023.
El problema es que algo ya ha empezado a torcerse para los planes del PNV con el 'no' del PSE-EE. Queda por ver, durante las próximas dos semanas, cómo de profundas son las diferencias. De momento, fuentes socialistas ya han advertido de que la reforma educativa, que viene a ocupar el espacio de la norma ahora mismo en vigor -firmada por Fernando Buesa-, no es un asunto que pueda despacharse a corto plazo. «Va para largo», advierten.
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