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El Gobierno vasco quiere estar preparado ante la «incierta» situación geopolítica que se vive en estos momentos a nivel global, especialmente, tras la llegada de ... Donald Trump a la Casa Blanca. Las perspectivas no son del todo malas y, de hecho, el propio vicelehendakari segundo y responsable de Economía, Mikel Torres, se felicitó este viernes en el Parlamento de los datos de empleo y de crecimiento económico que hay en Euskadi. Pero de manera preventiva, el Ejecutivo liderado por Imanol Pradales quiere tener más munición, sobre todo, para apoyar al sector tecnológico e industrial. Y en esa batería de medidas, el lehendakari anunció que pedirá al Gobierno central que el País Vasco pueda flexibilizar su límite de deuda.
El debate sobre el endeudamiento ha cogido vuelo tras el acuerdo alcanzado por Moncloa con ERC para condonar el pasivo de Cataluña. Para mitigar la tormenta política y tratar de que no pareciese una cesión a los independentistas, el Gobierno de Pedro Sánchez amplió el pacto a todas las comunidades del régimen común. El total se eleva a 83.000 millones.
Euskadi y Navarra se quedan fuera por estar bajo el modelo foral, pero eso no significa que no puedan verse afectadas. Pradales admitió que de llevarse a cabo esa posible condonación de la deuda, esta no desaparecerá, «sino que quedará en manos del Estado». «Y esto es relevante en términos de Cupo porque la cuenta a pagar sería mayor dado que asumimos el 6,24% de las cargas del Estado vinculadas a la deuda pública y a sus intereses», resaltó desde la tribuna.
De ahí que uno de los primeros objetivos del Gobierno vasco, según resaltaron fuentes del Departamento de Hacienda, será «neutralizar» los efectos que pueda tener en las Cuentas de Euskadi esa hipotética quita de deuda –algo que está por ver porque no está claro que el Gobierno logre los apoyos necesarios en el Congreso– a partir de 2027, cuando se negocie la nueva ley quinquenal del Cupo. Hasta entonces, y según la consejería liderada por Nöel d'Anjou, nada cambiará.
Pero, en realidad, el objetivo del Gobierno vasco es más amplio. Porque no solo se trata de evitar los posibles perjuicios que pueda ocasionar a las arcas vascas a futuro el acuerdo sobre la quita de deuda. También se trata de actuar en el corto plazo.
Y fue ahí donde Pradales anunció que en la próxima reunión de la Comisión Mixta delConcierto –para la que no hay fecha– pedirá que Euskadi pueda flexibilizar su límite de deuda. La de Euskadi no puede superar el 13% del PIB, aunque los Presupuestos de este año están hechos con un previsión del 11,44%. De hecho, el Gobierno quiere que el Parlamento dé luz verde ya al incremento del pasivo de 1.000 millones que anunció hace unos días Pradales. El Ejecutivo necesita el aval de la Cámara porque supone una modificación de las Cuentas.
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