Pradales pide al PP que deje los «maximalismos» fiscales porque «el acuerdo sigue siendo posible»
El lehendakari defiende el pacto entre el PNV y el PSE y exige eliminar los «vetos»
La batalla por el relato alrededor de la revisión fiscal que se está negociando en Euskadi sigue sumando capítulos sin que nadie tenga muy claro ... cuál será el desenlace. Las conversaciones no se dan por rotas, pero el propio lehendakari reconoció este viernes en el Parlamento que la reforma del sistema tributario vasco pactada por PNV y PSE «parece estar bloqueada» porque ninguno de los posibles socios ve mimbres para llegar a un mínimo consenso. Y en este contexto, envió un doble mensaje: por un lado, a todos los grupos en general para que desaparezcan los «vetos» y los «tacticismos» y, por otro, y dirigido explícitamente al PP, para que abandone los «maximalismos» fiscales porque «el acuerdo sigue siendo posible». «La empresa vasca le sigue esperando», emplazó al presidente de los populares, Javier de Andrés.
Las dos apelaciones están, en realidad, vinculadas. La aprobación de la reforma tributaria sigue encallada y no tiene visos de que en las próximas semanas pueda encontrarse una salida al laberinto. En teoría, nadie quiere romper la baraja y se sigue tendiendo la mano para negociar, pero en la práctica los vetos cruzados lo complican todo al máximo.
El actual modelo tributario está vigente desde que a finales de 2017 PNV y PSE pactaron con el PP la última reforma. Pero ese escenario parece ahora imposible desde que Eneko Andueza mostrase su firme rechazo a buscar el respaldo de los populares, con el argumento de que no quiere para Euskadi el modelo de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, basado, básicamente, en una bajada generalizada de impuestos. Los socialistas sostienen que con esa fórmula no está garantizado el sostenimiento de los servicios públicos.
«Recentralización»
La negativa de Andueza a aparecer en la fotografía con el PP aumentó las opciones de un acercamiento a EH Bildu y Podemos, una salida que no acababa de convencer al PNV, pero que los jeltzales tampoco rechazan de plano si las propuestas presentadas por las dos formaciones de izquierdas son asumibles y no tocan las líneas centrales del documento negociado por los de Andoni Ortuzar y socialistas durante dos años. Sin embargo, ninguna de las dos vías ha llegado a buen puerto, al menos por ahora.
Así que ayer Pradales, durante el pleno de control, trató de reabrir la puerta al PP y exigir de manera implícita a su socio de Gobierno que aparque los «vetos» si se quiere llegar a un acuerdo fundamental para que la reforma salga adelante en Álava y Gipuzkoa, donde PNV y PSE no tienen mayoría absoluta.
El lehendakari compareció para responder, entre otros, a De Andrés y a Jon Hernández, de Sumar. El dirigente del PP le preguntó oficialmente por la quita de deuda, pero acabó hablando de la reforma fiscal y del «veto» del PSE al PP. Y fue ahí donde el lehendakari tendió la mano al acuerdo a los populares, tras instarles a «bajar del monte y dejarse de maximalismos» porque «la empresa vasca» les está «esperando».
¿Hay opción de acuerdo? A día de hoy parece lejano. De Andrés cargó con dureza contra Pradales y el PNV. «Cuando usted dice que tiene las puertas abiertas para que podamos colaborar, no dice la verdad porque quien tiene las llaves no es usted, no es el PNV; ustedes son socialistas consortes, que son quienes tienen las llaves para poder negociar», aseguró.
¿Hay alguna otra salida? El representante de Sumar le instó a liderar la reforma, empleando, entre otras herramientas, la ley que da poderes al Parlamento para armonizar los impuestos, una vía que nunca se ha utilizado. Pradales expresó su rechazo a una «recentralización» de las competencias tributarias.
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