«El PNV ha renunciado a influir más que nunca en la política española»
Pide una repetición electoral para que los españoles decidan sobre la «anomalía democrática» que busca Pedro Sánchez
Aquella noche del 23 de julio nada salió como esperaba. Uno se asoma a la calle desde la planta séptima de Génova 13 y recuerda ... gritos de «presidente» que se los llevaba el viento. El PP ganó, y fácil, pero no venció. Así se demostró en la primera sesión de investidura que no logró sacar adelante Alberto Núñez Feijóo. Quizá aquella noche todavía pensaba que el PNV podría darle la Moncloa, pero pronto se despejaron las dudas. «Me ha decepcionado. Ha perdido la oportunidad de ser más influyente que nunca en la política española», asegura en una entrevista concedida en exclusiva a EL CORREO. Se le ve tranquilo, a la espera de saber si Puigdemont sube o baja su pulgar para conocer si los españoles deben volver a las urnas el 14 de enero. Él, por si acaso, dice estar preparado para cualquier escenario.
- ¿Tiene alguna esperanza de que haya una repetición electoral y usted tenga una segunda oportunidad de llegar a Moncloa?
- La repetición electoral sería lo mínimo desde el punto de vista ético, democrático, histórico. Que el presidente del Gobierno de España lo vayan a nombrar dos personas, una condenada por el Tribunal Supremo y que estuvo en prisión (Oriol Junqueras) y otra buscada por el Supremo y que está fugada (Carles Puigdemont), es una anomalía democrática en Occidente y me atrevo a decir en cualquier lugar del mundo. Es amoral y el camino definitivo a la desafección política.
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- Supongamos que la hay. ¿Qué errores no repetirá que sí cometió el 23 de julio?
- En quince meses hemos dado la vuelta al partido. Hacía siete años que el PP no era la primera fuerza política de España. Nunca el PP tuvo tanto poder territorial, municipal y autonómico. Y nos hemos quedado a tres escaños en la segunda votación. Se nos achacan errores la última semana. Bueno, lo primero que haré es no volver a creer en las encuestas, eso se lo aseguro. Y lo segundo, movilizar al partido que quedó francamente exhausto después de las municipales y autonómicas de mayo.
- Y tercero, ¿no precipitarse pactando con Vox? ¿Se equivocó dando luz verde a los gobiernos de coalición autonómicos?
- Propusimos a Vox sacar estas conversaciones del ambiente político preelectoral, pero no quiso. Y tuvimos que elegir. La irresponsabilidad de dejar sin Gobierno a Valencia y a Extremadura, o buscar un Ejecutivo sin abandonar nuestras líneas rojas. Y al final optamos por la solución menos mala. Volver a las urnas era una enorme irresponsabilidad.
- Pero recurrir al argumento del «mal menor» da oxígeno a Sánchez, que también puede esgrimirlo en su pacto con el independentismo catalán.
- Sánchez, sin Vox, estaría en la oposición y su única obsesión es que no gobierne el PP. Por eso mantiene vigente el Pacto del Tinell. El PP, y no me arrepiento, ha facilitado gobiernos a partidos de Estado en lugares donde no tenían mayoría. Ahí está Barcelona (PSC), Vitoria (PSE) o la Diputación de Gipuzkoa (PNV). Y a nosotros esto se nos ha negado para decir que pactamos con Vox.
- ¿Se arrepiente de sus últimas declaraciones sobre el «respeto» que le merece Puigdemont?
- Respeto la discrepancia. Lo que no respeto, por ejemplo, es a un partido que lleva a 40 personas condenadas por delitos de sangre en sus listas, como Bildu. Tengo que decir y reitero que el señor Puigdemont nunca ha ocultado su independentismo. Es un prófugo de la justicia, no me he reunido con él y no he aceptado las propuestas que aceptará Sánchez para ser presidente.
- Pero si hay ley de amnistía y Carles Puigdemont vuelve a Cataluña, ¿será un político más para usted? ¿Se reuniría con él?
- No me veo reuniéndome con él. Creo que debe someterse a la justicia y ser igual al resto de españoles. Puigdemont se equivocaría si entra por la puerta de atrás en la vida pública catalana. La amnistía no tiene como objeto la reconciliación. La amnistía es el precio que un político paga para satisfacer su ego, un pago al contado para hacer presidente del Gobierno a una persona que ha perdido las elecciones.
«Es un prófugo de la justicia y creo que no debería regresar a la vida catalana por la puerta de atrás»
- Sus críticos le reprochan los «bandazos» que está dando en el tema catalán.
- Primero, no sé quiénes son mis críticos. Segundo, no sé en qué consisten los bandazos. Es verdad que a veces te puedes expresar mejor o peor, pero mi línea es muy rectilínea. Creo en la España de las autonomías. Creo que cada territorio tiene sus claves. Creo que Cataluña es una nacionalidad histórica, como Euskadi y como Galicia. Y entiendo que la política nacional tiene que ser sensible al Estado autonómico. Porque lo somos. De hecho, el más descentralizado del mundo. No hay región en Europa con más autonomía que Euskadi.
- Da la sensación que cuando usted intenta ir un paso más allá en Cataluña o Euskadi para romper esta dinámica de bloques se ve condicionado por el 'factor Madrid'. ¿Es complicado explicar en Madrid que España no es Madrid?
- Madrid es la capital de España, el motor económico, un lugar abierto, cosmopolita y donde a mucha gente le encantaría vivir. Pero es evidente que Madrid es una parte de España, no es España. Es que yo he sido criticado por decir que Cataluña es una nacionalidad histórica... ¡Si es lo que dice la Constitución!
- ¿Que para poder gobernar el PP esté abocado a sacar mayorías absolutas o a pactar 'sólo' con Vox es mérito del PSOE o demérito del PP?
- Es un error histórico del PSOE desde Zapatero e intensificado a la máxima potencia con Sánchez. Hay gente que le obsesiona el poder, a otros los principios. El PP es un partido de Estado y, lamentablemente, hoy es el único partido de Estado porque el de Sánchez ya no lo es.
- Uno de los partidos que puede cambiar esta dinámica de bloques es el PNV. ¿Se ve capaz de convencerles en próximas citas electorales?
- El PNV ha sorprendido a buena parte de los vascos y le aseguro que a buena parte de los españoles. No es Bildu, pero está empeñado en parecerse. No hay ningún votante del PNV que crea que estos cinco años han sido buenos para Euskadi, sobre todo para su economía. ¿Y qué les ofrecen? Más Sánchez, que ha sido nocivo para el País Vasco. ¿Qué tiene que ver el PNV con el Partido Comunista, Podemos o Bildu? ¿Es que le gusta que le sigan usando como un clínex en los próximos años?
«Optamos por la solución menos mala pero manteniendo siempre nuestras líneas rojas»
- Habla de economía, pero mientras Vox esté en la ecuación, el PP no tiene nada que hacer...
- Insisto. ¿El PNV prefiere a Bildu? ¿La política económica del Partido Comunista? ¿La política industrial de Podemos? Mire, hay una gran diferencia: Vox no entraría en mi Gobierno y los socios actuales de Sánchez sí entrarían en el suyo. Lo de Vox es más una disculpa que una justificación.
- Pero muchos temas que ustedes pueden acordar con el PNV, Vox no los aceptaría en el Congreso. El condicionante existe.
- Hay muchas leyes que el PNV no puede aceptar de Sumar y, sin embargo, se las ha tragado. Que la política de Vivienda en Euskadi la haya marcado Bildu es cuanto menos sorprendente. Creo que el PNV está en una dirección equivocada, hacia un destino desconocido y espero que se replanteen algunas cosas en los próximos meses. Los socios de Sánchez son letales para los intereses de Euskadi.
- ¿Si no llega a haber elecciones vascas el año que viene, cree que los de Andoni Ortuzar hubieran accedido al menos a negociar?
- Quiero pensar que sí. El PNV quiere mantener a toda costa el poder en Euskadi junto al PSE y un apoyo al PP en Madrid pondría la coalición en peligro.
- ¿Les ofrecieron el Ministerio de Industria y la gestión de los fondos europeos a cambio de su apoyo?
- No hubo ningún ofrecimiento concreto porque el PNV nos dijo que no podía negociar.
- ¿Por qué no podían ni siquiera negociar? ¿Qué le dijeron en privado?
- Nos hablaron de Vox, pero cuando acreditamos que no entrarían en el Gobierno se quedaron sin excusa. Lo que es evidente es que el PNV ha renunciado a influir más que nunca en la política de España. Ahí está el tema industrial, los fondos europeos, una política fiscal más interesante...
«España no es Madrid. La política nacional debe ser sensible al Estado autonómico»
- Entonces, el ofrecimiento sí que existió...
- El PNV ha decidido ser uno más de los satélites de Sánchez y con nosotros hubiera sido el único capaz de influirnos en muchas de nuestras decisiones.
- Sabedor de que es posible que a medio plazo les necesite para llegar a Moncloa, ¿se arrepiente de haber sido tan duro durante su sesión de investidura?
- No fui duro. Hice una crónica, no una crítica. Recordé cómo les ha tratado Sánchez y lo que ellos mismos han denunciado. Lo del clínex lo ha dicho el PNV. Simplemente le puse delante de su espejo y, a veces, cuando te pones delante de tu espejo no te gusta lo que ves. Pero he sido respetuoso con el PNV y lo seguiré siendo.
- Mucho se ha escrito de su buena relación con el lehendakari Urkullu. ¿Ve un PNV diferente encarnado en su persona del que representa Andoni Ortuzar?
- He conocido más a Urkullu y creo que es lo mejor que tiene el PNV. A Ortuzar lo he conocido desde hace unos meses y es un líder a quien tengo mucho respeto y por mi parte existe cierta complicidad. Dicho esto, no le oculto mi enorme decepción con el PNV porque creo que se equivoca apostando por el sanchismo.
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