«La 'era Feijóo' nos abre la puerta para conectar con los nacionalistas desencantados»

- El PP habla ahora de las nacionalidades que existen en España. Esto antes no pasaba.

- Nadie se debería rasgar las vestiduras porque un autonomista consumado como Feijóo hable de nacionalidades, al fin y al cabo es algo que contempla la Constitución. El problema lo tienen los que nos han querido colocar en un extremo y quienes se agarran al término para romper España.

- Dentro de su propio partido también hay quien no ve correcto que Feijóo aplaudiera el otro día la nacionalidad histórica catalana.

- Porque hemos dejado que los nacionalistas se arroguen ciertos términos cuando deberíamos defenderlos todos sin ningún complejo. Es perfectamente compatible defender la nacionalidad española y la personalidad propia de las comunidades que la integran.

- ¿A qué puede aspirar una nacionalidad histórica?

- A tener la mayor autonomía posible. Y ya pasa, no hay región con más autogobierno en Europa que la vasca. La realidad es esa: el Estado ha sido muy leal con los gobiernos nacionalistas y sin embargo no ha recibido lo mismo.

- ¿'Galleguizar' el PP es esto? ¿Hablar de sensibilidad territorial?

- No creo que haya que 'galleguizar' nada, el PP vasco tiene personalidad propia y una forma de entender la política que le gusta a Feijóo. Buscamos ser útiles, defendemos la libertad y las señas de identidad vascas. Pero sin ser excluyentes. Se puede reivindicar el euskera y la unidad de España.

- ¿Con Casado tenían identidad propia? Alfonso Alonso dijo que se habían convertido en una «sucursal de Madrid».

- La etapa de Casado no fue muy respetuosa con el proyecto de cada comunidad. Se cometieron errores graves, sí. El primero forzar un cambio de liderazgo sin contar con las bases del PP vasco. Ahora no pasaría.

- ¿Se identifica más con el 'modelo Feijóo'?

- Sí. Su visión de partido encaja mejor con lo que creemos aquí. Por discurso y porque va a fortalecer las estructuras territoriales. Al final eso va a generar mayor unidad nacional, y no olvidemos que además de mejorar la vida de los vascos la otra prioridad es desbancar a Sánchez. Estamos para eso.

- ¿El 'nuevo' PP se quiere acercar al Gobierno vasco?

- El Gobierno vasco primero debe abandonar su centralismo y mejorar. No lo dice solo el PP, ahí está el informe de Zedarriak que dibuja una gestión penosa, y sus autores no son precisamente sospechosos por su antinacionalismo. Tenemos el mayor autogobierno y resulta que los señores que están al frente están acomodados y no saben utilizarlo. Mejor freírnos a impuestos sin ningún rigor. ¿Cómo puede ser que paguemos cada vez más y tener cada vez peores servicios? Así es como se pierden oportunidades y liderazgos y se entierra el emprendimiento.

- ¿El PNV es centralista?

- Nosotros somos mucho más foralistas. Su modelo se basa en borrar la personalidad de los territorios, de sus diputaciones y ayuntamientos para concentrar el poder en el Gobierno vasco.

- Se preveía que el cambio en Génova engrasara la relación con Sabin Etxea, pero no lo parece.

- Nuestra mano tendida para colaborar siempre la van a tener. ¿Hay más reuniones que antes? Sí. ¿Es positivo? Sí. Pero seamos realistas, el PNV lleva años pactando los sillones y la economía con el PSOE, y para las leyes importantes ha elegido a Bildu. Tenemos posiciones muy alejadas en educación y en su imposición excluyente del euskera, así que no estamos aquí para hacerle la vida fácil al nacionalismo.

- ¿Y para qué están?

- Para hablar de lo que le preocupa a la gente y hacer propuestas. Con la que está cayendo las haciendas vascas van a ingresar 2.000 millones más y el Gobierno tiene un remanente de 1.500 que no usa para ayudar a familias, empresas y autónomos o para plantearse una rebaja fiscal. Para nuestra sorpresa el PNV prefiere hablar del Estatuto.

- El jueves hubo un gran pacto sobre demografía en el Parlamento. Algo más se hace, ¿no?

- El 'cheque bebé' se lo propusimos al Gobierno vasco el año pasado, lo saca ahora por razones electorales. Pero, ¿por qué 200 y no 500 como da Ayuso? ¿Y por qué hasta los 3 años y no hasta los 6? Dinero hay.

- ¿El PP vasco aspira a recuperar al votante moderado que se fue a la abstención o al PNV?

- La nueva era nos abre la puerta para conectar con las clases medias, con los autónomos y con mucho nacionalista desencantado que no quiere ver a Bildu ni a Sánchez y que ha descubierto que eso de la buena gestión del PNV es mentira. Trabajamos para recuperar la confianza de la gente, y a diferencia de Urkullu la eficacia de nuestra gestión se puede probar. Lo estamos demostrando en Madrid, en Andalucía...

- El nuevo votante popular puede dudar si está dando su apoyo a Feijóo y su «bilingüismo cordial» o a Ayuso, que no da ni agua al nacionalismo.

- No creo que la preocupación de la gente sea esa. Lo que pide la calle ahora mismo son recetas que saquen este país adelante.

- La caída del PP y la abstención hicieron que Vox lograra un escaño por Álava en las últimas autonómicas. ¿Cómo se puede convencer a los votantes que prefieren un discurso más duro con la bandera de la moderación?

-No es cuestión de ser más moderado o más duro. La cosa es mantener un discurso claro, no dar bandazos, y explicar bien cuatro o cinco cosas. Que se entienda que somos sólidos, que tenemos liderazgo, capacidad de diálogo y de gestión. Esos votantes que se fueron deben entender que formar una alternativa al nacionalismo y a Sánchez pasa por unir esfuerzos.

- Fue uno de los primeros que apostó por gobernar con Vox en Castilla y León. ¿Y en Andalucía?

- Si es necesario no debemos tener complejos. Vox es un partido democrático, ¿es más legítimo pactar con Bildu? Además, meter a Vox en gobiernos es la mejor manera de que se den de narices con la realidad y vean que algunas cosas solo se pueden decir desde la oposición,

- ¿Y para gobernar España?

- Feijóo puede replicar las mayorías de Galicia en España, estoy convencido. Y si no, no debería haber problemas para articular acuerdos de legislatura a izquierda y a derecha. Estoy a favor de los pactos de Estado, pero para eso el PSOE debe recuperar el sentido de Estado que ha perdido por dar gusto al independentismo.