El PNV marca el terreno a Sánchez y rescata el debate territorial para forzarle a «retratarse»
Asume que su influencia ahora es «limitada» pero usará la reforma de la Carta Magna para agitar el derecho a decidir
Quedan como mucho diez meses para que Pedro Sánchez firme la disolución de las Cortes Generales y el PNV ya entona el 'memento mori' con ... que los esclavos de la antigua Roma bajaban los pies a la tierra al emperador. «Voy a imitar la labor del que susurraba al César: 'Recuerda que eres mortal'», ironizaba esta semana Aitor Esteban en su intervención en el Congreso, que abrió sus puertas en mes inhábil para convalidar el último decreto ley de medidas anticrisis y para que el presidente diera cuenta de las recientes cumbres europeas.
En realidad, la sesión sirvió para que los socios de la investidura elevaran el tono y escenificaran que están dispuestos a apretar las tuercas al Gobierno en esta recta final de la legislatura. «Toca cuidarnos», enfatizó el portavoz jeltzale, antes de advertir sobre el «camino de rosas» que puede parecerle a Sánchez el presente mandato comparado con el siguiente, si es que llega. La víspera, Esteban ya había lanzado en una entrevista que el presidente debería «andar con cuidado» para «no enfadar a sus compañeros de viaje».
«Se sentirá tentado a cerrar el grifo con nosotros pero debería medirlo bien», avisan al presidente
«compromisos» pendientes
El mensaje contiene un discurso principal -que el PNV piensa marcar el terreno de cerca al jefe del Ejecutivo para que no se diluya su papel de 'conseguidor' en Madrid- y varios subtextos. El más significativo, que los jeltzales se ofrecen como aliados en una eventual reedición de la suma aritmética que ahora sostiene al Gobierno PSOE-Podemos tras las próximas generales. Pero siempre y cuando Sánchez sude la camiseta para lograr su apoyo.
El problema, para el PNV, es que, aunque tras el desembarco de Alberto Núñez Feijóo en Génova ha restablecido las vías de comunicación con el PP, ya ha dejado claro que en ningún caso pactará con los populares si Vox entra en la ecuación, algo que, en la actual dinámica de bloques y según todas las encuestas, sería ineludible. «Si ya era difícil sostener el apoyo a Rajoy cuando estaba Cs, con Vox es directamente imposible», confiesan en el PNV.
¿Qué opciones tiene entonces un partido con seis escaños en el Congreso, acuerdos con los socialistas en todas las instituciones vascas y preferencia declarada por un candidato para hacerse valer en estos 'minutos de la basura' y de cara a las venideras negociaciones para la próxima investidura? Sobre todo, teniendo en cuenta que el propio EBB admite que «nuestra capacidad de influencia es limitada en este momento», porque el Gobierno ya ha echado el resto con las polémicas reformas de la sedición y la malversación para contentar a ERC y quiere borrar del mapa político el debate sobre las aspiraciones territoriales catalanas (y vascas) para no sufrir las consecuencias en las urnas.
Ahora, asumen los jeltzales, se concentrará en hacer «gestos» a su electorado y en sacar brillo a su política internacional. «Es probable que Sánchez se sienta tentado a cerrar el grifo en lo que resta de legislatura», reconocen en Sabin Etxea, que avisa, no obstante, de que Sánchez debería «medir bien» si se «permite el lujo» de ignorar los «compromisos» que aún le quedan por cumplir con el PNV. A pesar de ser «un tipo con 'baraka' (suerte)», como le reconoció Esteban.
Pues bien, en ese contexto, la formación de Andoni Ortuzar solo tiene una opción: hacer ruido. Y hacerlo con un asunto que les garantice relevancia, que les sirva para diferenciarse, que recuerde a Sánchez que goza de una mayoría estable gracias no a cualquier partido sino a los nacionalistas catalanes y vascos y le fuerce a «retratarse». Y ese no es otro que el debate territorial, que el PNV 'colará' aprovechando que, aunque de manera quirúrgica y controlada, PSOE y PP han abierto el melón de la reforma constitucional para cambiar el término 'disminuidos' por el de 'personas con discapacidad'. El PNV ya aprovechó la apertura del plazo de enmiendas para hacer lo que ha hecho las pocas veces que las Cortes han abordado una reforma de la Carta Magna: agitar el derecho a decidir. Un punto que también estaba en el acuerdo de investidura que Ortuzar y Sánchez firmaron en diciembre de 2019.
En sus enmiendas piden reformar la inviolabilidad del Rey y eliminar la referencia a la «indisoluble unidad de España»
estrategia
«No es un brindis al sol»
Presentadas las alegaciones para -entre otras cosas- cambiar el artículo 2 del texto constitucional, eliminar la alusión a la «indisoluble unidad de España» y sustituir el término 'nacionalidades' por 'naciones', el PNV, según avanzan en el EBB, hará uso de su turno de explicación de enmiendas para poner sus reivindicaciones soberanistas sobre la mesa, «no como un brindis al sol ni de cara a la galería, sino como algo que, si no es ahora, habrá que abordar en algún momento». Con el argumento de que, aunque «con ritmos y expectativas diferentes», tanto Euskadi como Cataluña tienen pendiente el debate de su «integración en el Estado» y que, además, el modelo territorial debería igualmente revisarse porque «hace crisis» por culpa de la financiación autonómica.
En realidad, lo que busca el PNV es que «todo el mundo», incluido Sánchez, «se alinee y se retrate y diga cuáles son sus principios y sus posiciones», también en torno a otro asunto sobre el que igualmente han presentado enmienda y del que siempre han hecho bandera: la reforma de la inviolabilidad del Rey para que solo lo sea en el estricto ejercicio de su cargo. Una encrucijada para el presidente, atrapado entre la necesidad de mantener los guiños a sus socios y al electorado socialista fronterizo con el PP, al que Feijóo busca seducir.
El PNV será «insistente», convencido de que puede meter cuchara, sobre todo si el Gobierno tiene problemas para aprobar algunas de las leyes que tiene en cartera, esencialmente la llamada 'ley mordaza', la de Servicios Sociales y la de Vivienda.
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