Se confirman 540 millones en inversiones para Euskadi

Ha sido el gran as en la manga que puso el PNV sobre la mesa para relativizar la 'línea roja' que había trazado respecto al 155. Antes de su decisivo voto en contra de las enmiendas de totalidad, que dio aire a las Cuentas para continuar su tramitación, anunció un acuerdo con el PP que permitirá subir todas las pensiones este año un 1,6%, con efecto retroactivo desde el 1 de enero -lo que augura una paga inminente con los atrasos, este mismo verano- y según el IPC en 2019. Además, la base reguladora para las de viudedad sube al 56% este año y al 60% el próximo, y se retrasa la aplicación del factor de sostenibilidad - que en la práctica supone un tijeretazo para quienes se jubilen de manera inminente- hasta 2023. El PNV ha logrado así aplacar la irritación de su electorado de mayor edad, en sintonía con las protestas en la calle de los pensionistas que, pese a todo, se han mantenido en Euskadi con la exigencia de garantizar 1.080 euros de prestación mínima.

La aprobación de los Presupuestos desatasca importantes partidas que se van a movilizar en dirección a Euskadi, por ejemplo, para garantizar que el tren de alta velocidad pueda inaugurarse dentro de los plazos fijados por los Gobiernos central y vasco. El proyecto incluye un total de 540 millones de euros destinados a infraestructuras y proyectos, de los cuales 299 son para las obras del TAV, además de desembolsos importantes para mejorar los tres aeropuertos vascos y los puertos de Bilbao y Pasaia. El PNV logró arrancar los últimos 70 millones de euros en el trámite de enmiendas parciales, entre ellos más de 18 millones para renovar la depuradora de Galindo. Hay, además, partidas importantes para centros de investigación y tecnológicos y para construir nuevos intercambiadores ferroviarios en Bizkaia y Gipuzkoa. Asimismo, hay una enmienda que blinda la ampliación de plantilla de la Ertzaintza decidida en la Junta de Seguridad, al margen de los cupos de empleo público fijados en los Presupuestos.

Una de las medallas que con más énfasis se colgó el PNV tras anunciar su acuerdo con Mariano Rajoy fue la de haber frenado en seco el ascenso de Albert Rivera, 'bestia negra' del PP pero también del PNV por su oposición frontal a lo que considera «privilegios» nacionalistas -en el caso de Euskadi, los derechos históricos y los pilares del autogobierno, como el Concierto y el Cupo, que de ellos se derivan-. Andoni Ortuzar se jactó de haber cerrado el paso a La Moncloa del líder naranja y, de hecho, en los últimos días el temor en la órbita jeltzale era que, en su afán por acortar la legislatura y forzar un anticipo electoral, Rivera decidiera romper la baraja y retirar a Rajoy su apoyo presupuestario. Finalmente, el PNV ha decidido apoyar los Presupuestos a pesar del mantenimiento del 155 en Cataluña. Una decisión que, en la práctica, es un cortafuegos que evita dar alas a Ciudadanos para entrar en abierta confrontación con el PP, lo que hubiera colocado a Rajoy en una situación de extrema debilidad que le hubiera forzado a disolver las Cortes Generales y convocar a las urnas.