Jonan Fernández: «Todos los presos de ETA deben ser acercados, hasta los más duros»
Jonan Fernández I Secretario general de Derechos Humanos y Convivencia del Gobierno vasco ·
Alaba la «generosidad» de las víctimas ante los traslados y advierte al PP de que su postura «lo aleja de la sociedad»El secretario general para la Convivencia y los Derechos Humanos del Ejecutivo vasco, Jonan Fernández, es el enlace del lehendakari con La Moncloa en pleno viraje de la política penitenciaria. Fernández defiende el acercamiento de «todos los presos de ETA, hasta los más duros» a cárceles de Euskadi y su entorno aunque no muestren arrepentimiento. «Debe ser así, pero porque lo dice la ley, no porque lo diga el Gobierno vasco».
– Parece que el Gobierno central va a realizar nuevos acercamientos antes de que acabe agosto.
– Conocemos las intenciones del Gobierno español porque así nos las ha transmitido, pero no sabemos cuál va a ser el siguiente movimiento.
– Pero es inminente.
– Esperamos que no se demore mucho, pero no conocemos la fecha exacta.
– ¿Deben los presos pedir perdón antes de ser acercados?
– Hay que ajustarse a lo que dice la ley. Y lo que dice es que ése no es un requisito previo para autorizar un acercamiento. La reinserción es otra cosa, para que los presos obtengan beneficios penitenciarios y progresión de grados sí que se deben cumplir requisitos.
– ¿Comprende que los movimientos de presos hieran sensibilidades? Especialmente cuando se habla de etarras sanguinarios.
– La inquietud y preocupación de las víctimas es comprensible, pero la ley dice lo que dice: ni la Constitución ni los reglamentos penitenciarios avalan que el preso deba estar lejos de su entorno. Ninguna sentencia incluye como parte del castigo el alejamiento. La dispersión sólo depende del Estado y no perjudica al preso sino a sus familiares.
– ¿Qué le parece la postura que están manteniendo las víctimas ante los primeros acercamientos?
– Algunos colectivos están ofreciendo valoraciones muy generosas que hay que reconocer. Las víctimas tienen un lugar en el proceso de diálogo que debe preceder a los acercamientos. En Francia se ha hecho así y es un modelo a replicar.
– Hay otros colectivos de víctimas que amenazan con salir a la calle.
– Es respetable, pero insisto en que debemos atenernos a lo que dice y no dice la ley.
– ¿El objetivo final es que todos los presos de ETA sean acercados? ¿Incluidos los más duros?
– Sí. Todos los presos, del tipo que sean, deben estar en centros cercanos a su lugar de origen. Pero porque lo dice la ley, no porque lo diga el Gobierno vasco.
– El lehendakari ha llamado a despolitizar los acercamientos, ¿es realmente factible eso?
– El último asesinato ocurrió hace ocho años, y tras la disolución de ETA estamos claramente ante un cambio de época. Entramos en una etapa en la que es fundamental compartir la convivencia, y para eso hay que dejar atrás la política de trincheras porque nos aleja de la sociedad. Hay que dar un salto.
– ¿Qué le parece la postura del PP en contra de los acercamientos?
– El PP es un partido que ha sufrido mucho y es importante que se sume al cambio de época. Espero que haga una aportación positiva a la convivencia.
– No parece que la nueva dirección popular vaya en la dirección que usted indica...
– Yo hablo del PP vasco. Confío en que esa dinámica se genere desde la sociedad y que el PP se una, porque todo lo que no sea participar en este nuevo tiempo les aleja de la sociedad.
– ¿Temen que las opiniones del PP, de Ciudadanos y de algunas víctimas puedan llevar al Gobierno a frenar los acercamientos?
– La mayoría social y política a favor de los acercamientos en Euskadi es amplia. Y en el Congreso, también. Yo creo que los pasos se van a poder dar.
– ¿Son los acercamientos una concesión del PSOE al PNV por apoyar a Sánchez?
– No. Responde a una demanda real de la sociedad vasca y a una necesidad de ir cubriendo etapas para dejar atrás la historia del terrorismo. El asunto de los acercamientos no sale ahora de una chistera como si fuera un conejo, forma parte de un diálogo político permanente y un intento por generar nuevas condiciones para la convivencia. Pero claro, eso necesita que hagamos pedagogía con la sociedad española y dialogar con los recelosos para demostrar que este paso ayuda, que es humanitario y conveniente.
– ¿Ve a Pablo Casado haciendo esa pedagogía que usted reclama?
– Algunas de las declaraciones que se están haciendo no coinciden con este objetivo. No se debería utilizar la política penitenciaria y el asunto de la paz y la convivencia en Euskadi como arma arrojadiza.
'Ongi etorris', «inaceptables»
– Habla de una nueva etapa, de memoria, de convivencia... ¿cabe que se sigan organizando «ongi etorris» en este nuevo escenario?
– El Gobierno vasco y el lehendakari ya han dicho claramente que cualquier acto que suponga enaltecer un pasado de violencia y de vulneración de derechos humanos es inaceptable.
– Pero se siguen produciendo. La semana pasada, dos.
– Porque tenemos el marco legal que tenemos. El Gobierno vasco actúa en base a lo que dictan los jueces sobre la legalidad de cada acto que se organiza. Debería existir la sensibilidad suficiente para evitar cualquier convocatoria que pueda herir la sensibilidad de las víctimas, y hacemos un llamamiento a que dejen de producirse este tipo de actos.
«Hay que ajustarse a lo que dice la ley, y lo que dice es que no deben pedir perdón para ser trasladados»
arrepentimiento
«No se debe usar la política penitenciaria ni la paz y la convivencia en Euskadi como arma arrojadiza»
La postura del PP
– ¿Está haciendo la izquierda abertzale lo que debe en ese sentido?
– Lo que creo es que una reflexión crítica de la izquierda abertzale sobre el pasado y lo que ha hecho ETA es necesaria para avanzar en la convivencia. Sería muy importante y ayudaría a los presos a avanzar en la vía legal. Es un trabajo pendiente.
– ¿Ha perdido su esencia la ley de abusos policiales con los cambios pactados con el Gobierno central?
– No. Los cambios reafirman el sentido inicial de la ley, que era y es el de reconocer y reparar a las víctimas. El objetivo nunca ha sido el de esclarecer hechos desde el punto de vista judicial o identificar a los culpables. No es un procedimiento que estemos inventando ahora, ya se hace con víctimas de la violencia de género, del franquismo e incluso de ETA.
– EH Bildu y Podemos no opinan como usted. Hablan de una ley «desvirtuada».
– Les hemos ofrecido información sobre los cambios que vamos a incorporar y les hemos visto receptivos. Luego han lanzado críticas a través de los medios de comunicación, pero creemos que no habrá problemas con la tramitación.
– ¿No creen que la ley pueda quedar bloqueada en el Parlamento como ha pasado con otras recientemente?
– No. El dilema va a ser en qué lado se posiciona cada partido, en el de estar a favor de reparar a las víctimas o no.
– Los sindicatos policiales dicen que no se buscan culpables con nombres y apellidos pero que se intenta criminalizar a las Fuerzas de Seguridad del Estado.
– Entendemos los recelos, pero no es cierto. Tenemos la experiencia del decreto que ha permitido reconocer a las víctimas de abusos policiales registrados entre 1960 y 1978, y el procedimiento ha servido para reparar, no para hacer denuncias colectivas. Ahora es igual. Quizá más adelante se puedan articular comisiones de la verdad, pero no en el marco de esta ley.
– Mientras se debate sobre esta ley, ¿qué le parece que, por ejemplo, en la Aste Nagusia de Bilbao aparezcan carteles contra la Guardia Civil?
– Son coletazos del pasado. Hay que entrar ya en el nuevo tiempo y pensar de forma constructiva.
«Urge exhumar los restos de Franco tras tantos años, es un gesto muy simbólico»
– ¿Urge tanto el traslado de los restos de Franco como para que el Gobierno lo haga con un decreto?
– Después de tantas décadas ya se puede considerar urgente. Es un gesto muy simbólico y sirve para ofrecer reparación a las víctimas y como medida democrática para la sociedad.
– Hay quien dice que ante la imposibilidad del Gobierno Sánchez para tomar decisiones políticas de calado ha optado por golpes de efecto electoralistas.
– No. Responde a una demanda histórica de una parte importante de la sociedad que siente que lo ocurrido en la Guerra Civil y el franquismo no ha sido convenientemente reparado.
– Cuando Franco genera controversia tantos años después de su muerte, surge la duda de si ocurrirá lo mismo con ETA.
– ETA se ha acabado, pero sus efectos perdurarán durante mucho tiempo. En el sufrimiento de las víctimas, en la educación, en los debates políticos... Los procesos traumáticos dejan heridas profundas que necesitan tiempo para sanar.
– ¿También va a haber bandos durante décadas?
– En eso soy optimista. Tenemos una sociedad que está avanzando muy rápido y que quiere convivir con normalidad, y eso tiene un efecto tractor sobre la política.
– ¿Están los servicios vascos desbordados por la llegada de inmigrantes?
– No, no, no. De ningún modo. Por número no hay problema, lo que tenemos es una problemática organizativa. Los requerimientos cambian de día en día y tenemos que adaptarnos. Pero las instituciones y las asociaciones vascas tenemos capacidad para dar respuesta.
– La capacidad se pone en duda visto lo que ocurre en Irún y en algunos barrios de Bilbao en los que los vecinos se turnan para acoger a los inmigrantes.
– No negamos que nuestra respuesta sea mejorable, pero el sistema es muy potente. Hemos creado espacios de acogida urgente de 3 a 5 días y ahora estamos pensando otros servicios. La colaboración ciudadana es bienvenida, pero debe ser constructiva.
– Supongo que los vecinos de Atxuri o de Santutxu, en Bilbao, estarían encantados de no tener que hacerse cargo de esas personas si lo hicieran las instituciones...
– Es que lo estamos haciendo. La cuestión es establecer cauces de colaboración con entidades como Cruz Roja para que estas personas tengan salidas, aunque es verdad que hay casos que se quedan fuera. Estamos buscando soluciones.
– Si todo está bien organizado, ¿por qué las críticas del alcalde de Irún contra el Gobierno vasco?
– Hay una mesa de colaboración institucional en la que está el Ayuntamiento de Irún. Diré simplemente que las críticas nos sorprendieron mucho y que no somos partidarios de eludir las responsabilidades propias echando las culpas a otros.