La inmigración desata un duro cruce de reproches entre el PNV y el Gobierno central
Garmendia tacha de «caverna» la postura de los jeltzales y estos le avisan de que tenga «cuidado» con sus palabras: «Tomamos nota»
Sergio Llamas y Koldo Domínguez
Martes, 20 de mayo 2025, 00:15
Escalada de tensión en el choque abierto entre el PNV y los socialistas vascos a raíz de las palabras del lehendakari sobre la política migratoria que necesita Euskadi durante un foro organizado por EL CORREO. Lejos de amainar, el rifirrafe subió ayer en intensidad al salir del ámbito de los partidos e implicar ya a una institución como la Delegación del Gobierno, lo que abrió un frente de inciertas consecuencias.
«Quienes quieran establecer cupos y elegir a algunos inmigrantes y a otros no están muy alejados de la realidad social y laboral de este país». Así de tajante se pronunció la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Garmendia, al analizar las declaraciones que Imanol Pradales del pasado jueves, cuando invitó a reflexionar sobre «qué tipo de migración necesitamos y qué tipo de inmigración estamos recibiendo». «Me preocupa que el PNV esté lanzando mensajes que están más cercanos a las cavernas, a mensajes viejos y retrógrados del PP y de Vox», añadió en referencia también al rechazo de los nacionalistas al centro de refugiados que el Ejecutivo central proyecta en Vitoria.
Ya el sábado el parlamentario socialista Ekain Rico advirtió en una tertulia radiofónica en EiTB que se trataban de unas declaraciones «muy preocupantes y muy peligrosas» que «se apartan del ámbito que hemos acordado la mayoría de los vascos con el pacto vasco-migratorio y se acercan al PP». El portavoz jeltzale en la Cámara de Vitoria, Joseba Díez Antxustegi, le respondió al instante. Valoró como «muy acertadas, moderadas, sensatas y centradas» las palabras del lehendakari y marcó con claridad la línea que la nueva dirección de su partido va a seguir en esta materia. «La migración que recibimos tiene que ser selectiva, ordenada, regular y segura», expuso el portavoz jeltzale.
Advertencia pública
Con estos rifirrafes previos se presentó ayer Garmendia ante los medios de comunicación antes de un acto organizado en Vitoria para explicar el nuevo Reglamento de Extranjería. Junto a ella estaba un peso pesado del PSE e interlocutor socialista en el Consejo de Gobierno de Pradales: el vicelehendakari segundo y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres. Ahí es dónde la delegada del Gobierno arremetió contra el lehendakari y el PNV, un movimiento que generó especial malestar entre los dirigentes jeltzales, que siempre han mantenido una relación un tanto tirante con los delegados del Gobierno.
Esta vez no optaron por trasladar su enfado por 'canales internos', sino que quisieron que trascendiera para hacer llegar públicamente un mensaje de advertencia a Garmendia. «Cuidado con los términos que se emplean porque como delegada del Gobierno de España que es, lo tomamos como un mensaje de Moncloa», deslizaron a primera hora de la tarde. Un aviso que horas después se tornó un airado ataque sin precedentes tras la reunión semanal del EBB. El partido se revolvió contra todas las críticas que ha recibido en las últimas horas y emitió una nota oficial en la que consideraba «inadmisibles y fuera de lugar» las palabras de la socialista, a la que ya lanzaba un aviso directo: «Tomamos nota».
Pero el enfado de la dirección del PNV era tal que elevó sus reproches al «resto de formaciones políticas vascas», incluido claro está el PSE, a quienes acusó de defender «posiciones demagógicas y populistas» en un tema «importante para nuestra sociedad», que los jeltzales sí afrontan «con seriedad y rigor, y lejos de exabruptos». «Nuestra labor se ha distinguido siempre por políticas (...) modélicas respecto a otros territorios», argumentó el EBB.
La reacción vespertina del PNV supone una bofetada en toda regla a los socialistas vascos, a los que el PNV recuerda la relación que mantiene con el PSOE y el peso de sus votos en el Congreso para apuntalar la ya de por sí funámbula mayoría de Pedro Sánchez.
En Sabin Etxea ya arrastraban cierto malestar con la Delegación del Gobierno, ya desde que su titular era Denis Itxaso -ahora dentro del Gabinete Pradales como consejero de Vivienda-. Ahora vuelven a poner en el centro de sus críticas a esta institución y señalan a Marisol Garmendia como posible causante de una crisis con La Moncloa. Así que optaron ayer por 'darle un toque' a la delegada del Gobierno y, por extensión, al PSE, su socio en las principales instituciones de Euskadi y con quien últimamente no para de tener encontronazos. El último, antes de esta polémica por la inmigración, fue el 'tirón de orejas' que el secretario general del PSE, Eneko Andueza, dio al lehendakari por posicionarse en favor de Gipuzkoa en la polémica sobre la conexión del TAV con Navarra.
Modelo vasco de acogida
Pese al cruce de declaraciones de ayer, desde el PSE transmiten tranquilidad y evitan elevar aún más la temperatura tras el cruce de reproches de ayer. No obstante, recuerdan a los jeltzales que las palabras de Garmendia se enmarcan dentro de la normalidad de la «crítica política a un discurso político» que supone toda una enmienda a la línea defendida por el PNV en las últimas décadas. «Siempre han apostado por un modelo vasco de acogida que no se reconoce en las palabras ni de Pradales ni de Antxustegi», argumentan los socialistas vascos.
Además, en un intento de clarificar el tablero en el que se mueven ambos partidos en materia de inmigración, en el PSE recuerdan que el acuerdo de gobierno firmado hace un año para llevar a Pradales a Ajuria Enea no se recoge nada de lo que los dirigentes jeltzales han puesto sobre la mesa.
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