El Gobierno vasco homenajeará por primera vez a una víctima de ETA a título individual

No es la primera vez que el Ejecutivo autónomo organiza un acto en memoria de las víctimas. En plural. Pero sí que lo hace por una sola. Cuatro balas acabaron con la vida de Fermín Monasterio el 9 de abril de 1969. Llevaba cinco años como taxista en Bilbao y su desgracia aquel día fue hacer la ronda por el Casco Viejo. Cuatro miembros de ETA, Mario Onaindia, Txutxo Abrisketa, Víctor Arana y Miguel Echevarría, decidieron regresar de Cantabria, donde habían permanecido escondidos durante una semana, e instalarse en un piso situado en la calle Artekale. La vivienda había sido descubierta por la Policía y cuatro agentes esperaban en su interior la llegada de los terroristas. Onaindia, Abrisketa y Arana fueron apresados en el momento, mientras que Echevarría logró huir, a pesar de ser alcanzado por dos disparos. En la calle se encontró con un taxi libre, el de Monasterio, al que pidió que le llevara por la carretera de Basauri hacia Burgos. Durante el trayecto, el conductor advirtió que el etarra estaba herido y se negó a continuar el viaje hasta que aclarara lo sucedido. Echevarría, alias 'Makagüen', le amenazó con matarle si no le llevaba a la dirección indicada o le dejaba el coche. El taxista se resistió y el terrorista le descerrajó cuatro balazos para después dejarle abandonado en el barrio de Santa Isabel, en el límite entre Bilbao y Arrigorriaga. Estaba casado y tenía tres hijas.

El próximo martes se cumplirá medio siglo del asesinato de Monasterio. De ahí que el Gobierno vasco, tras hablar con la familia, se haya prestado a organizar el homenaje, aseguran. Y también que el propio Urkullu haya decidido acudir a la cita. «Hablamos de una víctima olvidada que no ha recibido reconocimiento público que merece», defienden. En 2007 el Ayuntamiento de Arrigorriaga descubrió una placa en su memoria y en la del policía nacional Manuel Fuentes, también asesinado por la banda en el municipio, en un acto no exento de polémica.

El de la próxima semana no es, sin embargo, el primer aniversario redondo de estas características. En 2018, sin ir más lejos, hicieron cincuenta años del primer asesinato de ETA, el del guardia civil José Antonio Pardines. Desde el Ejecutivo autónomo no se organizó como tal acto alguno. Melitón Manzanas fue la segunda víctima y Fermín Monasterio, la tercera.

Pese a que no existe un plan estructurado, reconocen desde Lehendakaritza, el homenaje del martes sienta, sin lugar a dudas, un precedente. Según aseguran, el objetivo de la Secretaría de Convivencia es seguir dirigiéndose a las víctimas de las que se tenga contacto en aniversarios redondos de estas características para conocer si desean o no organizar algún homenaje. De igual modo, se ponen a su disposición para ayudarles con los preparativos. «Todo lo que se hace y lo que se va a hacer será siempre con el consentimiento y de acuerdo a lo que quieran las familias», apostillan desde Lehendakaritza. El de Fermín Monasterio fue el único atentado mortal que ETA cometió en 1969. En los setenta los asesinatos se contaron por decenas.