El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. EP

Feijóo sobrelleva la china en el zapato de Mazón

Ganando tiempo y con la línea roja situada en una posible imputación judicial, el líder del PP ha pasado de exigir resultados a su barón a valorar su actual gestión

Domingo, 26 de octubre 2025, 00:07

A finales de febrero, cuando tuvo que reconocer, cuatro meses después de la feroz dana que arrasó Valencia, que había llegado al Cecopi 17 minutos ... después de enviada la alerta que ya se lanzó, a todas luces, fatalmente tarde y tras haberse destapado que había consumido buen parte de la tarde comiendo con la periodista Maribel Vilaplana en El Ventorro, Carlos Mazón parecía un dirigente sentenciado. Alberto Núñez Feijóo, cuyo enfado los suyos daban por descontado aquellos días, trataba de levantar un dique de contención frente a la otra riada -la política, con la contestación ya en las calles a la gestión de su barón en la Comunidad Valenciana- admitiendo que éste no había estado «a la altura» y sometiéndolo a la prueba del algodón de la reconstrucción, aunque sin dejar de cargar, al tiempo, contra la administración que el Gobierno de Pedro Sánchez hizo del desastre. El problema para el líder del PP es que Mazón incurría en error tras error, afanado en responder a cualquier crítica que le salía al paso pero con una cadena de versiones contradictorias sobre dónde estuvo, cuándo y qué hizo aquel fatídico 29 de octubre de 2024. Una opacidad que circulaba paralela al esfuerzo ya de la instructora de Catarroja por trazar el relato judicial de los hechos.

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Mazón, sin embargo, sorteó aquel trance crítico y ha llegado al primer aniversario de la peor catástrofe natural sufrida por España en el siglo al timón de la Generalitat, sin que haya menguado el reproche de las víctimas y de miles de sus conciudadanos a sus lagunas en la jornada en que su comunidad más necesitaba un liderazgo nítido; un cuestionamiento traslucido ayer, sin ir más lejos, en el homenaje a los fallecidos en el Teatro Olimpia y en las decenas de miles de personas que volvieron a llenar en manifestación las calles de la capital del Turia. Pero con el president dispuesto a seguir -ha anunciado una remodelación de su Gobierno a principios de noviembre, pasado el funeral de Estado por el aniversario de la dana-, amarrado al renovado pacto con Vox que Génova ha asumido y con Feijóo dejando correr el tiempo a la espera de que llegue «el momento» para decidir qué hacer -si él no lo resuelve 'motu proprio'- con el jefe del Consell.

Mazón, que confesó en una reciente entrevista en Las Provincias haberle «dado alguna vuelta» a la posibilidad de repetir como candidato a la Generalitat en 2027 -la decisión, en todo caso, compete a Feijóo según los estatutos del PP-, no ha dado muestra alguna en estos doce meses de estar dispuesto a irse. Una determinación a proseguir en su cargo que dificulta cualquier intención que Feijóo tuviera de removerlo. Los movimientos sobre el barón valenciano resultan, en cualquier caso, delicados en una comunidad que representa un puntal irrenunciable para las aspiraciones electorales del PP de recuperar La Moncloa y que le costó recobrar tras la erosión de la corrupción.

Las decisiones «ya se tomarán»

En estos meses, Feijóo ha pasado de casi orillar a Mazón a modo de cortafuegos, a fin de evitar que su cuestionamiento se convirtiera en el cuestionamiento del conjunto del PP para gestionar un desastre de esta envergadura, a celebrar su plan para la reconstrucción, felicitarse de que sacara adelante los Presupuestos aun a costa de ceder en cuestiones sensibles ante Vox y sacarlo del destierro en el congreso nacional del partido del pasado julio. Un congreso en el que el viento del 'escándalo Cerdán' soplaba a favor de las velas de Feijóo. «Mazón está donde tiene que estar», subrayan ahora en la dirección del PP, en referencia a la recomposición de su comunidad. Y despejan el balón incidiendo en que cuando toque tomar decisiones, «ya se tomarán».

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El listón infranqueable para Mazón sigue situado en una posible imputación judicial, el motivo que en su día forzó la salida de Francisco Camps de la presidencia valenciana. Mientras, las encuestas internas del PP valenciano apuntan a que el actual president tendría mayoría absoluta junto a Vox por el estancamiento de un PSPV en el que la ministra Diana Morant no despunta- y de Compromís.

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