«Conmemorar la libertad es un asunto de Estado, no una cortina de humo del PSOE»
Dice asumir el «riesgo» de ser utilizada en la riña partidista, pero explica que aceptó la oferta de Sánchez para el cargo por «compromiso cívico»
Carmina Gustrán (Alagón, Zaragoza, 1982) es la comisionada del Gobierno para la iniciativa 'España en Libertad. 50 años' que conmemora la llegada de la democracia ... desde el momento en que murió Francisco Franco. Un proyecto que está celebrando actos por todo el país y que esta historiadora especializada en la España contemporánea defiende frente a las críticas de la oposición, que van desde la utilización de la figura del dictador como un «comodín» político de Pedro Sánchez hasta la elección de la fecha.
- ¿Había libertad en España el 21 de noviembre de 1975, el día después de la muerte de Francisco Franco?
- Obviamente no. La libertad no llegó cuando murió Franco ni al día siguiente, pero sí es cierto que fue el inicio del fin de la dictadura, se abrió un espacio de posibilidad. Las fechas simbólicas son importantes y a nivel historiográfico no hay duda de que ahí empezó la Transición. Si conmemoráramos las primeras elecciones democráticas de 1977 o la Constitución de 1978, nos estaríamos olvidando de lo que pasó en esos dos o tres años en los que ya hubo una gran presión popular y se consiguió avanzar hacia una apertura mayor.
- ¿Entiende a quienes, aun habiendo sido artífices de la Transición, no comparten que se celebre la muerte del dictador?
- Bueno, en realidad el nombre oficial del comisionado es 'España en libertad. 50 años'. El énfasis está más bien en todo ese proceso, en el inicio del fin de la dictadura, más que en el acto físico de la muerte del dictador.
- ¿Es Franco un tema comodín para el PSOE, tal y como denuncia la oposición?
- Se equivocan. Esto no va de crear una cortina de humo para el PSOE, es una cuestión que debe estar por encima de los partidos, es un asunto de Estado en el que cabe cualquier demócrata. La mano está tendida para todos y espero que se sumen a los actos que vamos a celebrar todo este año.
- Usted es una historiadora sin vinculación política que aceptó esta misión cuando el Gobierno se la ofreció. ¿Teme ser utilizada en la riña partidista?
- Es un riesgo que asume toda persona que da el paso a la esfera pública, pero yo lo concibo como un compromiso cívico. Creo que necesitamos conocer y discutir públicamente sobre nuestra democracia y nuestra historia reciente.
- Se suele debatir sobre la conveniencia de reabrir heridas del pasado. ¿Qué opinión tiene?
- En España siempre se ha hablado de pasar página, pero creo que antes de hacerlo hay que leer lo que pone en esa página. Si utilizamos términos médicos, la única forma de sanar una herida es limpiarla. Y para eso tal vez tengas que abrirla, sobre todo cuando está enquistada.
- ¿Y no le preocupa que al abrir la herida se agrande aún más en vez de curarse?
- Si se hace desde la rigurosidad y el respeto, no se agranda la herida. Queremos hablar desde todo el conocimiento historiográfico acumulado en las últimas décadas, desde los testimonios de las víctimas, tanto las que han tenido un reconocimiento público como las que no... Es un acto de reparación y de justicia, y a la vez para extender el conocimiento a la ciudadanía de manera que no se repitan muchas cosas.
Los jóvenes y la democracia
- Usted misma pertenece a una generación nacida ya en democracia. ¿Hay desconocimiento entre los jóvenes?
- Sí, y de hecho es una de las cosas para las que quiere servir este comisionado. No es solamente conmemorar el fin de la dictadura y el proceso de la Transición, sino también abrir una reflexión sobre las diferencias entre un régimen dictatorial y una democracia. Es un debate que tristemente sigue muy presente en la sociedad de hoy en día.
- Hay numerosas encuestas que apuntan hacia la defensa de posiciones autoritarias por parte de los jóvenes, sobre todo entre los varones.
- Bueno, hay que tener cuidado con esas encuestas porque a veces la forma de preguntar condiciona la respuesta. Es cierto que está cundiendo esa sensación de que los jóvenes se están radicalizando hacia posiciones de la ultraderecha, pero me parece un poco injusto poner el foco en un sector concreto de la sociedad cuando yo también veo a una juventud informada y con mucho compromiso ciudadano y ético.
- ¿Está el sistema educativo contribuyendo a la memoria?
- A nivel de currículum sí están incluidos contenidos sobre la Guerra Civil, la dictadura y la Transición. Pero creo que hay que ir más allá y explorar proyectos de centro, fomentar el pensamiento crítico. No hay que quedarse en saber quién era Franco, sino hacer una reflexión sobre qué es una dictadura y, del otro lado, qué es una democracia y por qué vivimos mejor en ella.
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