EH Bildu ganaría en escaños y la mayoría absoluta de PNV y PSE quedaría en el aire

La encuesta se ha realizado a través de 2.400 entrevistas telefónicas hechas entre el 19 y el 26 de enero y repartidas de forma idéntica entre los tres territorios. La muestra se mueve en un horizonte incierto. Iñigo Urkullu aún no ha desvelado cuándo será la cita con las urnas, aunque gana enteros el 21 de abril. Se trata de una convocatoria, además, en la que buena parte de los candidatos se presentan por primera vez.

De confirmarse estos resultados, el futuro mapa electoral sería inédito y la estabilidad del Gobierno vasco que saldría de las urnas dependería de diversas variables. Nada puede darse por seguro. De hecho, podría crearse un escenario similar al de 1986, cuando el PSE-EE ganó en escaños pero el PNV en votos. La mayoría absoluta que tienen en estos momentos jeltzales y socialistas también está en el aire. En el mejor de los casos llegarían a los 38 escaños que otorgan la tranquilidad. Ahora tienen 41. Que Sumar y Podemos vayan por separado les podría beneficiar.

La coalición soberanista, que presenta como candidato a Ajuria Enea a Pello Otxandiano, se movería alrededor de los 27 escaños, seis más de los que tiene en la actualidad y una cifra a la que nunca ha llegado. Su crecimiento sería homogéneo en los tres territorios. Dos escaños en cada uno de ellos. Si Podemos y Sumar van por separado podría lograr 28 asientos en el Parlamento. La alianza liderada por la izquierda abertzale llegaría al 33,0% de los votos, cinco puntos más que en 2020 (27,9%).

Frente al ascenso de EH Bildu se percibe de forma clara el desgaste del PNV tras doce años de Gobierno liderado por Urkullu. Aunque seguiría siendo la más votada, la lista encabezada por Pradales se dejaría cinco puntos (del 39,1% al 34,3%) y podría quedarse en 26 escaños, cinco menos de los que ha tenido esta legislatura.

La explicación a ese desajuste entre porcentaje de voto y reparto de escaños, al hecho de que EH Bildu pueda tener más representantes en el Parlamento a pesar de que el PNV cuente con más apoyos, está en la ley electoral. En los tres territorios se juega el mismo número de escaños, 25. EH Bildu da el 'sorpasso' y gana de forma cómoda al PNV en Álava y Gipuzkoa. En el primero de los dos casos por casi cinco puntos (30,9% frente a 26%) y en el segundo por mas de trece (40,2% frente a 29%). Pero en Bizkaia, el más poblado, el PNV mantiene una holgada distancia sobre la coalición independentista (39,9%-29,1%) que es la que le permite mantener la primera plaza en el resultado global.

A gran distancia de ambos partidos se sitúa el resto. El PSE-EE, que viene de ser la fuerza más votada en las generales de julio y que también estrena como candidato a Eneko Andueza, mejoraría sus resultados. Se mueve en un margen que oscila entre los once y los doce escaños y un 15% de apoyo. En 2020 obtuvo diez actas parlamentarias y un 13,6% de respaldo. Donde más crecería sería en Gipuzkoa, casi tres puntos. La ruptura entre Podemos y Sumar les beneficiaría.

El PP, de la mano de Javier de Andrés, que sustituye a Carlos Iturgaiz, ganaría terreno pero de forma moderada. Si hace cuatro años se quedó en el 6,8% –iba en coalición con Ciudadanos–, ahora llegaría al 7,2%. Lo haría de forma desigual. En Álava mejoraría de forma clara, dos puntos y medio, pero en Bizkaia retrocedería cuatro décimas. Es la formación que más beneficio sacaría si Podemos y Sumar van por separado por los restos de los últimos escaños. Si se consuma la ruptura lo más probable es que repita los seis escaños que tiene en la actualidad, aunque podría llegar a ocho. Si acuden juntas, podría quedarse en cinco.

Es en el espacio que se mueve alrededor de Elkarrekin Podemos-IU donde se dan las principales dudas. Si hay una candidatura conjunta obtendrían cuatro parlamentarios e incluso alcanzar los seis que tienen en la actualidad. Pero por separado ese premio se vería reducido de forma ostensible y además sólo habría un beneficiado, Sumar, que tendría tres representantes en el futuro Parlamento. Podemos quedaría fuera. Vox contaría con opciones de repetir escaño por Álava, aunque se mueve muy al límite.

La abstención sería del 40,1%, diez puntos menos que en 2020, unas elecciones celebradas en pandemia. El dato de participación sería muy similar al de 2016.