El Gobierno vasco atribuye a «los que buscan la trampa» el auge del virus

Hay una consigna en el seno del Gobierno vasco a la hora de hablar de la crisis sanitaria: Nada de críticas a la ciudadanía. Pese a los desmanes que se conocen de vez en cuando, algunos tan sonados como la fiesta ilegal del convento de Derio, los portavoces institucionales repiten una y otra vez que la gente está cumpliendo las restricciones concienzudamente. ¿Los infractores? «Una minoría», se defiende. Los datos dicen que eldDepartamento de Seguridad ha interpuesto desde junio más de 38.000 multas por no usar mascarilla, vulnerar el toque de queda o los límites de movilidad.

Pero toda regla tiene su excepción, y a esta le llegó este martes. Porque el cansancio también empieza a hacer mella en el Ejecutivo, y el importante repunte de contagios vinculado con la Navidad va a complicar mucho el arranque de año a todos los niveles. Jonan Fernández, coordinador del equipo técnico del LABI, el que propone las restricciones que se aplican, se convirtió en el primer miembro del Gobierno en señalar a la ciudadanía como responsable del incremento de complicaciones que se están dando. «Las personas que buscan la trampa nos han llevado al confinamiento municipal», dijo.

Fernández, hombre de la máxima confianza de Urkullu, señaló en una entrevista en Onda Vasca especialmente a los habitantes de los municipios en 'zona roja', aquellos que peores datos registran, y que a partir de este jueves pasarán a estar confinados. Un lamento que comparten en otras instituciones en las que también empiezan a aparecer voces críticas con los irresponsables. Por ejemplo, el alcalde de Amorebieta, Andoni Agirrebeitia. Su localidad registraba ayer una tasa de incidencia de 648 casos, muy por encima del límite que aboca al cierre perimetral y a bajar la persiana de la hostelería. «Todos sabemos lo que ha pasado en Navidad, es muy importante que la gente se conciencie», dijo el lunes a EL CORREO.

El contrapunto a Jonan Fernández lo puso, apenas unas horas después, el portavoz del Gobierno insistiendo en la idea originaria. Que la inmensa mayoría de la población vasca «está comprometida» en la lucha contra el virus y que es «responsable». Bingen Zupiria matizó al coordinador del LABI y también las palabras de Fernando Simón el lunes, cuando, visto que la curva de transmisión del Covid vuelve a desbocarse, reprochó que en España la gente «se lo había pasado demasiado bien» durante las fiestas navideñas. La respuesta de Zupiria fue tajante: «La mayoría de los vascos no se han divertido más de lo que debían».

Durante la rueda de prensa posterior al consejo de Gobierno Zupiria también tuvo que hacer frente a otra duda que cada vez empieza a ser más recurrente. Si el Gobierno vasco sabía que la Navidad iba a provocar un empeoramiento de la situación, ¿por qué ha tenido manga ancha hasta hoy a riesgo de que se produzca un auge de fallecimientos?

El portavoz fue nítido. Defendió que las medidas impuestas en Euskadi han sido durante las fiestas «muy restrictivas», y justificó la necesidad de mantener «un equilibrio entre los factores sanitarios y los emocionales, especialmente en fechas señaladas» como la Navidad. De lo contrario, deslizó, el clima social sería «insostenible». Zupiria tampoco rehuyó las malas noticias que estén por venir en las semanas próximas. «Este Gobierno es responsable de las medidas impuestas y de las consecuencias que haya».