¿Se están volviendo cada vez más atrevidos los pájaros de ciudad?
Aves urbanas | Comportamiento ·
Gaviotas, palomas y gorriones pelean por la comida que se cae de la mesa en las terrazas. Incluso se atreven a robar del plato o de las manosRecordemos a Juan Salvador Gaviota, ese ave de la fábula de Richard Bach, imagen de la libertad para ser uno mismo. Escuchemos 'Cucurrucucú Paloma' de ... Battiato y pensemos en el símbolo de paz que es este pájaro. Y el que Édith Giovanna Gassion eligiera como nombre artístico el apellido Piaf, gorrión en francés, algo querrá decir. Tres aves que, como el resto, merecen ser admiradas y respetadas. Aunque a veces nos sea difícil. El haberse acostumbrado a los humanos y el mal hábito de alimentarlos con nuestro pan, croquetas, rabas, hamburguesas... en las terrazas de los bares provoca situaciones desagradables que nos pueden hacer ver a estos pájaros como elementos indeseables.
Pájaros y flores
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Especies Gaviotas, palomas, gorriones...
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Lugar Ciudades del mundo desarrollado
En el puerto de Donostia, las gaviotas se abalanzan hacia las familias que se sientan a la sombra de los árboles a degustar un bocadillo. En el patio de las escuelas de Indautxu, en el centro de Bilbao, se las ve lanzarse en picado a las lonchas de chorizo que algún crío dejó caer. A veces devoran alguna paloma. Estas, por su parte, disputan a los gorriones la comida en las terrazas, propinándoles algún picotazo si se descuidan. Y más vale no quitarle ojo al plato, pues estos pequeños no dudarán en meter ahí su pico, pudiendo contagiarnos enfermedades.
Se sabe que es dañino para las aves comer los alimentos procesados que nosotros ingerimos, y que puede afectar al desarrollo de los ejemplares y de la especie misma. Insectos, gusanos, pescado, semillas... deberían conformar su dieta. Incluso podemos proporcionársela en un comedero en el balcón. Pero la facilidad con que se hacen con un trozo de pan o una patata frita les vuelve vagos para lograr sustento adecuado.
Un estudio del Instituto Max Planck y la Universidad de Aberystwyth concluyó que «ser audaz puede ayudar a las aves a sobrevivir en la ciudad. Se ha demostrado que las aves más atrevidas están más dispuestas a explorar nuevos entornos y a encontrar nuevos tipos de alimentos. Como las ciudades son muy diferentes de los hábitats naturales y contienen comida novedosa, es probable que la audacia sea un rasgo muy útil para las aves urbanas».
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