Playa de Trengandín, el paisaje lunar que emerge del agua
A pesar de estar muy cerca casco urbano de Noja, las vistas, sus enormes rocas, ayudan a imaginarse muy lejos
Estira su cuerpo arenoso a lo largo de unos seis kilómetros, por eso también se la conoce como la 'Playa grande'. Quienes la visitan buscan silencio, tranquilidad, disfrutar del rumor de las olas. El dorado de su arena contrasta con el negro de las rocas presentes cuando el mar se muestra tímido y se aleja de la costa. Enseña entonces esos dientes filosos que surgen desde el fondo del agua, como si se pusiera a la defensiva, aunque el resultado final es que el paisaje resulta aún más bello y atrayente. Casi lunar. Como encantado.
Playas
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Dónde Noja (Cantabria)
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Servicios WC y duchas, (adaptadas a movilidad reducida), pasarelas de acceso
Aparecen entonces, entre los grandes bloques, pozas donde algunos buscan lapas, otros erizos, habitantes de aguas limpias que en verano tienen como vecinos a mujeres y hombres, niños y mayores apoltronados en tumbonas o sobre toallas. Gentes de Noja y visitantes estivales que absorben todo el sol posible para aguantar sin él las siguientes estaciones, bastante más frías.
Cuando te canses de tanta vuelta para arriba y vuelta para abajo, puedes dar un paseo desde la iglesia, por la costa. Aspirar el aire repleto de sal y yodo. La ruta permite ver los cormoranes sobre la peña de Pombera, las calas de Pombera, playa Chica y Arenilla, el viejo vivero de langostas, la cuerda del monte Mijedo, el Buciero de Santoña... Cerca de Las Navias, la casamata de un cañón instalado por el ejército republicano durante la Guerra Civil que jamás fue disparado, según dicen. Llegar hasta la playa de Ris. De regreso se pasa junto a la Casona de Ris, la del Obispo Assas, el parque Arnáiz, el conjunto popular de Pedroso, la casa Morales, el palacio de los Marqueses de Albaicín, el palacio y torre de los Marqueses de Velasco... Es lo que tiene encontrarse en una playa semiurbana, que si te cansas de ella las alternativas son amplias. Hay quienes adoran vegetar al sol, pero imitarlos puede ser un sufrimiento para las almas inquietas.
Antiguo cantar
Pero volvamos a Trengandín. «Cuentan que antiguamente se salía de noche, con luna creciente, a pescar morenas allí delante, y para llamarlas cantaban una canción sin palabras, primero susurrante y lánguida, y después aguda, que parecía que viniese del fondo del mar o de ánimas perdidas en la noche, un canto tan antiguo como Noja que ahora ya nadie conoce y se ha perdido», aseguran desde el Ayuntamiento.
Accederás a la playa bajando desde la iglesia. «Su segunda mitad coincide con el barrio de Helgueras y se conoce por ese nombre o como 'Playa de Las Doradas' por la cantidad de ese sabroso pescado que se captura en ella. Hasta Helgueras se llega en coche y de ahí en adelante hay que seguir a pie, con lo que la densidad de visitantes es baja y se convierte en uno de los pocos parajes salvajes que quedan en nuestras costas», agregan.
Puedes usar piragua o montar en pedalos, por ejemplo. Sacar las palas o relajarte leyendo. Cerca cuentas con bares, chiringuitos y restaurantes, por si eres de los que a la hora de comer prefiere mesa y que le sirvan en vez de llevar el bocadillo o el táper. Tú eliges.