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Las olas rompen sobre el peñasco con forma de perro. S. Yaniz
Paisajes con alma

El perro que guarda la costa de Lekeitio

Viernes, 10 de octubre 2025, 17:00

Estábamos en mareas vivas, de esas violentas de las puertas del otoño. Ante el morro de San Juan Talako las olas golpeaban con fuerza el ... borde terrestre, levantando espuma y salpicando el pórtico de la ermita y todo su derredor. Era día de gozar y de temer al mar.

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En Lekeitio las olas propician espectáculos notables en el tiempo de mareas vivas y es frecuente ir a mirarlas a San Juan Talako pero hay un sitio aún mejor, para hacerlo sin correr el peligro de terminar remojado: las instalaciones de la sociedad Isuntza Arraun Elkartea. Varias veces el mar ha destruido allí las cristaleras que asoman sobre el acantilado, varias veces han sido reparadas, con un blindaje más potente en cada una de ellas. Pero ni por esas: las olas ganan casi siempre. Vencen sobre la obra humana pero lo que no han logrado todavía es arrancar de sus pies la cabeza de Scooby Doo, el dragón pétreo de San Juan Talako. No busquen, porque ni san Google ni los lekeitiarras de pro saben qué es eso de un dragón de piedra.

Al pie de la rompiente de San Juan Talako las olas sacuden un peñasco que aparece y desaparece, cual bicho que asoma del agua su cabeza para tomar aire a intervalos, entre ola y ola. Parece un dragón de perfil y el asunto es que estando allí para contemplar el oleaje se me ocurrió preguntar a un joven qué nombre tenía el pedrusco.

-¿Eres de aquí?, pregunté lo primero para cerciorarme de que hablaba con un lekeitiarra.

- Sí, todos somos de aquí, respondió señalando a su media docena de amigos, con los que compartía bebidas en la terraza de la sociedad.

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- ¿Cómo llamáis a esa roca que parece un dragón?, le dije mientras señalaba a la cabeza negra sobre el oleaje.

- Yo no tengo ni idea, no tiene nombre. ¿Alguien sabe?, extendió a sus colegas.

- ¡No, no, a eso llámale como quieras!

- Yo le llamaría 'cabeza dragón' o algo así, dije aventurando mi propuesta.

- Nooo, parece más un perro, le vamos a llamar «Scooby doo». Ya está; bautizado.

- Vale, yo algún día escribiré algo sobre el peñasco y le llamaré Scooby doo, acuérdate, terminé.

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Hicimos luego risas y comentarios, sobre el mar y las olas sobre lo resistente de la roca y sobre cuánto podría aguantar hasta que el mar terminara por derribarla.

Scooby doo fue un perro de cómic y luego de película, un gran danés que hablaba y era protagonista, con cuatro adolescentes, de una serie de dibujos animados con gran éxito desde los años sesenta del siglo pasado.

Ciertamente el peñasco negro de Lekeitio tiene notable semejanza con el perfil del perro aventurero así que el nombre no le viene del todo mal.

Todavía, cada vez que el temporal arrecia y el oleaje se pone interesante en San Juan Talako, la roca que ahora llamamos Scooby doo saca su cabeza al cielo. Cada día tendrá, casi seguro, el pescuezo un poco más delgado, no en vano salitre y oleaje le van mermando incansablemente su material calizo.

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