Una peregina pasa junto a una torreta de la 'milla medida', flanqueada por un encinar cantábrico S. García
Paisajes con alma

La milla que medía la velocidad de los barcos

Son cuatro torretas para marcar dos enfilaciones hacia el mar que debían servir para probar y homologar la velocidad de los barcos que se construían o reparaban mayoritariamente en los astilleros de la ría del Ibaizabal

Jueves, 21 de agosto 2025, 20:04

Cuatro torretas aisladas que casi nadie sabe qué son ni para qué se utilizaron. Cuatro torretas solitarias miran a la costa cántabra donde no es ... difícil toparse con dos de ellas, tan cercanas a la autovía cántabra que nuestra mirada no tiene tiempo para detenerse en observarlas, algunas están al pie del Camino de Santiago pero tampoco los peregrinos saben qué pintan ahí esos hierros y hormigón aparentemente arruinados y que sin embargo son un valioso patrimonio industrial.

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Son cuatro torretas para marcar dos enfilaciones hacia el mar que debían servir para probar y homologar la velocidad de los barcos que se construían o reparaban mayoritariamente en los astilleros de la ría del Ibaizabal.

Un 'Aviso a navegantes', publicado en 1931, anunciaba así la puesta en funcionamiento de la milla medida de Islares, anotada como «La Code-La Hermosa»: «En las proximidades de Castro-Urdiales y en el trozo de costa de la provincia de Santander, comprendido entre los pueblos de Cerdigo a Islares, se ha establecido una milla medida. Las enfilaciones que marcan el principio y fin de la corrida están definidas por 4 torretas (dos por enfilación). La longitud de esta milla medida es de 2.211'56 metros, debiendo correrse al Rv. 289/.5 (Rumbo verdadero 289,5º respecto al norte).

La milla medida fue instalada en 1931 a partir de una solicitud de Construcciones Navales del Norte, «La Naval», por la Compañía Euskalduna de Construcción y Reparación de Buques y por la Sociedad Española de Construcción Naval. Se rectificó en 1949 por la Comisión del Instituto Hidrográfico dando una distancia medida de 2.213,35 metros y un rumbo de 289,6º.

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No hay muchas más en España: Valencia-Puig en Valencia; Rota-Chipiona-Zahara de los Atunes en Cádiz; Terrosa-Palomas en Cartagena; Ría de Ares-San Jorge en El Ferrol y Estay- Friegue en Vigo. En la costa cántabra, como se ha dicho, entre Allendelagua e Islares y en la zona conocida como Pendio, donde hubo antes un cargadero de mineral, está uno de los mástiles de la «milla medida» de Islares, el delantero; el trasero está muy cerca de la carretera, junto al restaurante Arenillas. Las otras dos están en Cerdigo.

Las torretas iniciales tenían forma trapezoidal y 8 metros de altura, 1,40 metros de lado en su base, 0,60 metros de lado en su cúspide, y se remataban con una pirámide de 30 centímetros pero fueron renovadas en una última fase de su uso y los restos de las primeras se encuentran aún al pie de las nuevas.

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Las torres tienen marcada mediante una chapa incrustada, una línea vertical que definía la medida exacta y disponen de un mecanismo para desplazar verticalmente una señal que debía ser visible desde los buques. Fueron utilizadas hasta los años 90 cuando se produjo la normalización de los sistemas de geo-posicionamiento o GPS.

Entre las dos enfilaciones hay 1,2 millas náuticas y con este dato conocido los barcos hacían el recorrido entre ambas al menos tres veces, cambiando el sentido a fin de compensar la influencia de las mareas o del viento en la toma de medidas. El BOE nº 65 del 15 de marzo de 1972 recoge en un decreto del Ministerio de Comercio el método necesario para las pruebas realizables mediante la milla medida. Los barcos que salieron desde los astilleros de Bizkaia tuvieron muy cerca un medidor de velocidades y prestaciones tan peculiar como efectivo.

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