Ríos salvajes, desfiladeros, senderos y una belleza natural que corta la respiración dan forma a un desafío sin gran exigencia. Fotos: María Godoy
Las Merindades (Burgos)

El barranquismo por el río Yera dispara la adrenalina

El barranquismo por el río Yera dispara la adrenalina

Viernes, 29 de agosto 2025, 07:35

Vacaciones no siempre significa tumbarse al sol o descansar en una terraza. Para muchos, los días de descanso son el momento perfecto para buscar emociones ... fuertes, escapar de la rutina y poner a prueba sus propios límites en contacto directo con la naturaleza. Castilla y León, con su riqueza paisajística y su variedad de escenarios naturales, se consolida cada vez más como un destino de referencia para el turismo activo.

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En especial, la comarca de Las Merindades, en el norte de la provincia de Burgos, ofrece el escenario perfecto para los amantes de la aventura: montañas verdes, ríos salvajes, desfiladeros, senderos y una belleza natural que corta la respiración. Uno de sus planes más vibrantes es el barranquismo por el río Yera, una experiencia que combina deporte, adrenalina y conexión con el entorno.

Para hacer barranquismo por el río Yera lo primero que hay que localizar yendo en coche hasta el lugar de quedada es la última cabaña de El Campizo. Desde este antiguo poblado de trabajadores parte el camino que baja hacia el valle. Junto a la antigua estación de tren de Yera, ahora abandonada, dejará atrás el senderista un grupo de cabañas. Un paisaje idílico en el que se observan a numerosos ciclistas sufriendo y disfrutando a parte iguales de subir este puerto de montaña que cada vez está más de moda.

Hay que remontar a pie el tramo del río que luego se descenderá. Esta subida, que dura aproximadamente media hora, transcurre por un sendero boscoso salpicado de robles, hayas y avellanos, con el murmullo del agua acompañando cada paso.

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Durante el trayecto es habitual encontrarse con otros grupos de barranquistas o senderistas que recorren esta vía tan conocida por los amantes del deporte al aire libre.Llegamos al lugar en el que comenzará la aventura, toca mojarse e ir haciéndose a la temperatura del agua que nos acompañará durante las próximas dos horas, y os aseguro que caliente no está.

La parte acuática del descenso dura aproximadamente dos horas y está repleta de emociones. El itinerario incluye unos tres saltos desde distintas alturas, que desafían tanto la valentía como la técnica de los participantes. El más alto, de unos nueve metros, impone respeto; el más bajo, de unos cuatro metros, sirve como calentamiento para los que se inician en este deporte.

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Además de los saltos, se realiza un rápel vertical por una cascada que ofrece una de las postales más impresionantes del recorrido. En esta sección es posible que haya que esperar el turno, especialmente en verano cuando la afluencia de grupos aumenta, pero la espera se ve recompensada con la emoción del descenso entre agua pulverizada y rocas resbaladizas. Y sí no se quiere esperar se puede realizar un salto desde el medio de la cascada y proseguir el camino.

Otro de los momentos más divertidos lo proporcionan los toboganes naturales, formaciones de piedra pulidas por el paso del agua que permiten deslizarse suavemente hasta las pozas inferiores. Hay tres a lo largo del descenso, cada uno con su particularidad, y todos garantizan risas y chapuzones.

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Más allá de lo físico, el barranquismo en el río Yera invita a una conexión profunda con el entorno. Se trata de un escenario casi virgen, donde la vegetación parece abrazar el cauce y las aves sobrevuelan el recorrido. Es una forma de salir de la zona de confort, de enfrentarse a los propios miedos, y de descubrir una versión más valiente y activa de nosotros mismos.

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