Vínculos entre Iglesia y Estado
Quizás un día se acepte de verdad en España la diversidad, que sobre las cuestiones morales y sociales no xiste un único punto de vista
Manuel Tello
Lunes, 6 de julio 2020, 00:17
Últimamente, con el renacer del pensamiento intolerante, España ha decidido alejarse de lo que ocurre en los países desarrollados y democráticos de nuestro entorno. Una ... de esas intolerancias hace referencia a la herencia cristiana. Mientras que aquí se niega, otros países la respetan. Por ejemplo, en Alemania a los alumnos de Bachillerato se les ofertan clases de Religión. Como los profesores deben impartir dos materias, los hay de Religión y Matemáticas, Literatura, Gimnasia, etc. Las universidades más prestigiosas del mundo, que pertenecen a Inglaterra y Estados Unidos (Cambridge, Oxford, Harvard, etc.), tienen un departamento de Religión con mucha actividad y muy respetado. Así podríamos seguir citando ejemplos que demuestran cómo se comportan nuestros vecinos .
Recientemente leí una disertación que entra de lleno en el tema. Dos motivos le dan una relevancia especial: el país donde se dio la conferencia y la personalidad que la dictó. El país ha sido Francia, un altar del laicismo. La personalidad ha sido el presidente de la República, Emmanuel Macron, en una disertación a la Conferencia Episcopal francesa. El presidente analizó con rigor temas relacionados con el papel de la Iglesia, el concepto de laicismo, la fuerza de la creencia, los lazos entre la nación y el catolicismo, etc. Quizás algunas de sus reflexiones pueden ayudar a eliminar prejuicios maliciosos y así, en este tema, pueda nuestro país equipararse a nuestro entorno. El presidente empezó diciendo que la reunión desafiaba a los escépticos de ambos lados. Que había percibido un deterioro en el «vínculo» entre la Iglesia y el Estado y él consideraba que es muy importante repararlo. Debe subrayarse el empleo de vínculo y no relación. Después de una referencia sobre las contribuciones de los católicos a la historia de Francia, entró en reflexiones más profundas.
En una de las partes enfatizó: «cegarme voluntariamente a la dimensión espiritual que los católicos invierten en su vida moral, intelectual, familiar, profesional y social sería condenarme a tener una visión parcial de Francia; sería desconocer el país, su historia, sus ciudadanos y, generando la indiferencia, derogaría mi misión». En la misma línea de argumentación espiritual apuntó: «la Iglesia alienta la intensidad de una esperanza que, a veces, nos hace tocar este misterio de la humanidad que se llama santidad, del que el Papa Francisco ha dicho; es el rostro más bello de la Iglesia».
En otro apartado conectó la espiritualidad con el papel de la Iglesia en la vida social. Entre otras cosas señaló: «una Iglesia que pretenda desinteresarse de los asuntos temporales no cumpliría su vocación y un presidente de la República que pretenda desinteresarse de la Iglesia y de los católicos faltaría a su deber». También indicó que él sabía que «todos los días los sacerdotes y las asociaciones católicas acompañan a las familias divorciadas, a las homosexuales, a las que han sufrido un aborto, a las que tienen sufrimiento social y de salud...» El análisis riguroso de estos temas le condujo, en este apartado, a concluir: «por eso, al escuchar a la Iglesia sobre estos temas, no nos encogemos de hombros. Escuchamos una voz que saca su fuerza de la realidad y su claridad de un pensamiento en el que la razón dialoga con una concepción trascendente del hombre».
Al final habló de la laicidad. «Pero esta voz de la Iglesia, lo sabemos ustedes y yo, no puede ser obligatoria». En este punto, Macron sostuvo que «el Estado y la Iglesia pertenecen a dos órdenes institucionales diferentes, que no ejercen su mandato en el mismo nivel, pero ambos ejercen autoridad». Por todo ello, defendió que su papel como presidente debe «asegurar que todos tengan la libertad de creer y de no creer. Yo pido siempre el respeto absoluto y el compromiso con las leyes de la República. Esta es la laicidad, ni más ni menos».
¿Se podría en España soñar con reuniones similares? Desde hace unos años se está forzando y utilizando el desencuentro; algunas veces, tergiversando la verdad. Quizás algún día en España se acepte, de verdad, la diversidad. Quizás algún día se analice, sin política, la educación. Quizás se acepte que sobre las cuestiones morales y sociales no existe un único punto de vista y se admita un diálogo sano y constructivo sobre estos temas. Aún más, que la Iglesia formuló su doctrina social antes de nacer los partidos políticos españoles.
Por cierto, recordada cada día por el Papa Francisco. No olvidemos que dentro del socialismo existió una voz importante y respetada: cristianos por el socialismo. Esto permite pensar que la confrontación puede, como ocurre en Francia, ser sustituida por un vínculo. El día que ocurra volveremos a tener normalidad cívica y política. Es decir, libertad.
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