El vector eres tú
Furgón de cola ·
La respuesta a la crisis del Covid-19 también es individualLa situación es tan insólita que ayer la mejor noticia nos la dio el presidente chino, Xi Jinping. Lo hizo al visitar Wuhan y saludar ... allí a la gente, que parecía hasta contenta por debajo de la mascarilla. Cómo imaginar que la actualidad de China llegaría a interesarnos tanto, sobre todo por la parte de Vitoria, Madrid, La Rioja y Labastida. Pues ya lo ven. En la zona cero del coronavirus el presidente chino dijo que tienen la epidemia «básicamente contenida». Daban ganas de responderle con un hurra. Yo hasta envié a su nombre mensajes telepáticos al Comité Central. «Que no me entere yo que te dicen que eres peor que Mao Zedong y Deng Xiaoping, Xi Jinping -proyecté-. Tú siempre con la cabeza muy alta».
Por más que China se parezca poco a un país europeo, lo que se ha hecho allí con el coronavirus aporta información importante. Con esfuerzo, la situación se controla. Es una buena noticia. En los próximos días veremos cómo se suceden otras por aquí: las altas de gente que supera la enfermedad sin problemas, quedándose en casa y viendo muchas series.
También continuarán llegando malas noticias, pero la inquietud tiene un lado útil: funciona como acicate. Y lo que ocurre es fácil de entender: cada uno de nosotros es un posible vector de transmisión de la epidemia. Si todo el mundo no puede optar por el teletrabajo o la misantropía, todo el mundo puede cumplir las indicaciones sanitarias y manejarse con la mayor prudencia posible. Se trata de evitar la multiplicación de los contagios y de facilitar la respuesta del sistema de salud. Porque hay que responder al coronavirus y porque sigue habiendo infartos, accidentes, niños que vienen al mundo y ciclos de quimioterapia que no pueden esperar. En los hospitales se acumula el trabajo serio y los profesionales sanitarios responden como suelen, con el máximo compromiso. Su ejemplo debería funcionarnos al resto como lo de Nelson en Trafalgar: «Se espera que todo el mundo cumpla con su deber». Esta vez basta con lavarse las manos, controlarse la temperatura, ver más allá de las propias narices y no reunirse con otros 3.500 idiotas disfrazados de pitufos para entrar en el Guinness. Sucedió este fin de semana en un pueblo de la Bretaña francesa.
PUTIN
Objetivo 2036
La cosmonauta Tereshkova tomó ayer la palabra en la Duma estatal. Siempre quise comenzar así cualquier cosa. Pero es que es verdad: Valentina Tereshkova -general de la fuerza aérea, ingeniera espacial, orden de Lenin y primera mujer en el espacio- pidió ayer la palabra en el parlamento ruso y propuso suprimir la limitación constitucional de mandatos para el presidente del país. «¡Hombre!», vino a decir Vladimir Putin cuando le preguntaron poco después, haciendo ver que le pillaba todo por sorpresa, pero que no sonaba mal el asunto. «Para Rusia es necesario tener un presidente fuerte», añadió. Ojalá lo hiciese como pensando en voz alta. El malabarismo constitucional para perpetuarse en el poder es la jugada infalible en el repertorio del líder providencial obligado a mantener las apariencias democráticas. Dicho y hecho. Aspirando a la reelección en 2024, Putin podría gobernar Rusia hasta 2036.
5-A
Preelectoral
Da hasta un poco de apuro ver a los partidos vascos moviéndose estos días en clave preelectoral. No saben qué hacer, los pobres. Ellos que tenían previsto que a estas alturas fuese todo un cruce de declaraciones, desafíos y golpes maestros. Sin embargo, el coronavirus se ha comido las elecciones del 5 de abril. Su protagonismo se reduce a una posibilidad preocupante: una jornada electoral en la que mucha gente -gente que además puede responder a perfiles sociológicos concretos- podría abstenerse de ir a votar por un factor sobrevenido.
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