En nombre de EA, no
No vamos a permitir que se siga mancillando la trayectoria ética de Eusko Alkartasuna en defensa de todos los derechos humanos
esther larrañaga galdos
Lunes, 7 de junio 2021, 23:42
La agresión sufrida por Iñaki García Calvo en Gasteiz ha puesto de manifiesto nuevamente la fragilidad de los consensos políticos y las dificultades a la ... hora de hacer lecturas compartidas sobre hechos que nunca debieron suceder y considerábamos superados. Condenar, denunciar o rechazar una acción intolerable como la sufrida por el exedil popular ha vuelto a generar una tormenta política interesada de la que pensábamos se había aprendido a escapar.
Una actuación aislada de unos intolerantes ha removido la agenda política y tapado momentáneamente las vergüenzas de algunos aflorando las de otros. Si verdaderamente existe voluntad de denunciar y estar enfrente de hechos como los ocurridos en Gasteiz, ¿no hay término adecuado y aceptado por todos para decirlo? Este debate no es nuevo y la utilización política que se realiza con el mismo tampoco, por lo que resulta todavía más difícil de entender la torpeza a la hora de caer en el mismo. Y es incomprensible para las que suscribimos que venga de la persona de Eba Blanco.
En una rueda de prensa de EH Bildu, asistimos atónitas a las palabras de la secretaria general en funciones de EA; una sucesión de piruetas lingüísticas lejos de la trayectoria ética y política de la formación a la que representa en la coalición, para justificar la no adhesión a una declaración institucional de condena de unos hechos intolerables que no debieron ocurrir. Ni ahora en 2021, ni nunca. Lejos de enmendar la torpeza, se repitió en el Parlamento vasco. Decir que el objetivo de la declaración institucional es «humillar y hacer pasar por el aro a EH Bildu» por el hecho de utilizar la palabra condena es asumir unos postulados ajenos totalmente a la trayectoria de EA.
No vamos a permitir que se siga mancillando la trayectoria ética y el bagaje de EA en la defensa de todos los derechos humanos para todas las personas y en la condena firme y unánime de su vulneración; venga de donde venga y la plantee quien la plantee. Nuestro partido condenó siempre todas y cada una de las vulneraciones de derechos humanos; EA nunca ha sido impedimento en ninguna institución para llegar a acuerdos de condena y, sobre todo, en EA estamos comprometidos con la memoria de todas las víctimas, sin excepciones. Estamos con las víctimas de ETA, por supuesto, y también con las del GAL o de los grupos de extrema derecha, pero no nos olvidamos de las de otro tipo de terrorismo, de esa violencia ilegítima que en este país han practicado las Fuerzas de Seguridad del Estado.
En esta polémica en torno a las declaraciones institucionales de repulsa, la cuestión no debe centrarse en ver quién conjuga mejor o peor el verbo condenar, el verdadero debate es entre quienes defendemos la memoria y la dignidad de todas las víctimas sin excepción y quienes se limitan a defender únicamente a unas víctimas. El debate terminológico desvía la atención de lo nuclear y EA nunca lo ha hecho. Eso es lo que nos diferencia a unos y a otros, que mientras unos vemos y reconocemos a todas las víctimas y condenamos todas y cada una de las vulneraciones de derechos humanos, otros se pierden en el debate terminológico ante la negativa a abordar el ideológico.
Estas y otras cuestiones similares deberían haber sido objeto de examen por la afiliación de EA que este mismo fin de semana debería haber celebrado su XIII Congreso Nacional ordinario, para, entre otros, ratificar este principio democrático que llevamos en nuestro ADN y redefinir, entre todas y todos, el rumbo del partido. Sin embargo, como ocurrió con la petición que realizamos meses atrás más de 600 afiliadas y afiliados para que se celebrara nuestro congreso con anterioridad al de EH Bildu, la dirección, presidida en funciones por Eba Blanco, da la callada por respuesta. ¿Hasta cuándo? La pandemia no puede seguir ejerciendo de excusa perfecta para perpetuase ilegítimamente en una dirección para la que no ha sido elegida por la afiliación y que los juzgados le han negado hasta en tres ocasiones.
La ejecutiva que preside Eba Blanco hace gala de un filibusterismo político incomprensible e intolerable al que alguien debe poner freno. Es tan simple como aceptar y reconocer lo que los y las afiliadas decidamos. El congreso de EH Bildu ya se ha celebrado y Blanco ha sido pieza clave en esa dirección dócil que EH Bildu exigía para seguir desdibujando a EA en la coalición, pero no vamos a permitir que se desdibujen también nuestros principios democráticos. Estos van con nosotras y son intransferibles.
Firman también: Mirentxu Oiarzabal (exparlamentaria de Nafarroa), Miriam Barrio (concejala de Muskiz), Pili García Palacios (concejala de Orozko), Arantza Arranz (concejala en Arrazua-Ubarrundia), Begotxu Olaizola (concejala de Zarauz), Blanca Ugarte (miembro coordinadora de Gasteiz),Helena Santesteban (fue alcaldesa de Bera y parlamentaria de Nafarroa) e Ikerne Badiola Garciandia (ex diputada foral de Gipuzkoa), todas afiliadas de eusko alkartasuna
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