Financiar la innovación tiene consecuencias

Que nuestro gasto sobre el PIB haya superado tiempo atrás el 2,10% es importante. Marcarnos el objetivo del 3% de aquí a cinco años, fundamental. Para ello, también lo es disponer del acceso a la mejor financiación posible. El sector financiero en nada se parece al de hace algo más de una década. Ha pasado de contar con unas 55 entidades a apenas una decena. Hoy este proceso sigue copando titulares y presencia comunicativa. Fusiones para ganar tamaño y rentabilidad siempre equilibradas con evitar el deterioro de la competencia. La opinión de los supervisores.

La desintermediación bancaria y esta concentración financiera impulsaron tiempo atrás la financiación alternativa en España, aunque sigue lejos de países como EE UU o algunos europeos. El ecosistema financiero hoy ya no es el que fue. Y no hace tanto de aquello. La revolución tecnológica, la digitalización y las plataformas son palancas que, en esta misma línea, a su manera también están redefiniendo el acceso al crédito. En definitiva, el sector cambia muy rápido y las empresas deben estar a la última.

Este 2025, por su parte, trae cambios e incertidumbre en los mercados, las relaciones comerciales y las empresas. Y no necesariamente por este orden. Por eso, para las y los empresarios resulta imprescindible conocer y aprovechar todas las soluciones de financiación que tienen a su alcance.

No solo eso. Con la reducción de la inflación y los tipos de interés podría acelerarse su inversión empresarial. Y por si esto fuera poco, las perspectivas también apuntan a que, en los presupuestos de la mayoría de las empresas, las pymes, se está produciendo un aumento de recursos para innovación. Inversiones en tecnología y campos como la inteligencia artificial y la sostenibilidad. Adaptación en tiempos de cambio.

En este contexto de transformaciones aceleradas, identificar opciones y dar con la solución financiera adecuada será decisivo para mantener el crecimiento y la resiliencia empresarial. Acertar con la decisión.

He tenido la oportunidad de revisar el Informe de Competitividad Regional, diciembre 2024, del Colegio de Economistas de España. Se basa en siete ejes: entorno económico, mercado laboral, capital humano, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación. Según este trabajo, Euskadi cuenta con un PIB per cápita un 126% superior a la media. Una tasa de paro del 7,7%, un 63,5% de la media del conjunto de España. Días atrás conocíamos, por el contrario, que el paro repuntaba en el conjunto de la comunidad. En este caso, según la EPA que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El cualquier caso, todos ellos en conjunto son datos reveladores y otro más que añado, también muy significativo. Contamos con una de las menores brechas respecto al promedio europeo en gasto en I+D. Solo 5 décimas por debajo de la media. Estas cifras, junto con otras en conjunto, hacen que seamos un País Vasco muy competitivo.

Es un sólido punto de partida para avanzar este año. Sin embargo, para seguir siendo líderes en competitividad necesitamos siempre mejorar. Para ello, debemos dotar a las empresas de todas las alternativas financieras posibles y seguir fomentando un ecosistema de innovación robusto. Apostar por ello no es una opción. Es una necesidad para afrontar los retos del presente y construir un futuro más competitivo.

Alineados con esta realidad y como entidad financiera nacida de las empresas, trabajamos permanentemente en ello. Recientemente, se ha lanzado por segunda vez una nueva opción de financiación alternativa, con garantía Elkargi y en colaboración con la Diputación Foral de Bizkaia y Solventis. Lo hacemos convencidos de que la diversificación financiera aumenta la competitividad de la pyme.

Los proyectos de innovación tecnológica con alto potencial de retorno a largo plazo siempre justifican la inversión. Más si son al mejor precio, como es el caso. Invertir en innovación es diferenciarse. Es buscar crecimiento y rentabilidad. También es eficiencia operativa, adaptabilidad y, por supuesto, atracción de talento.

Financiar la innovación tiene estas consecuencias. Por eso, aquellas que acierten con el binomio financiación e innovación serán vanguardia. Referentes.