Sacar a Donald
Furgón de cola ·
Malos tiempos para Trump: se anuncia el 'impeachment' y le dejan sin redes socialesLa jornada de hoy en la Cámara de Representantes de Washington comienza con los demócratas presentando un proyecto de 'impeachment' contra el presidente de la ... nación. Es probable que Nancy Pelosi se tome el primer café en el despacho mirando por la ventana a la Casa Blanca y oliendo a napalm como Robert Duvall en la playa aquella vietnamita. Luego Pelosi mirará su silla, recordando. Y otra vez hacia la Casa Blanca, apretando más los dientes.
Que no estalle una guerra que Trump pueda utilizar, como todo, a su favor es la razón que aporta el Partido Republicano para oponerse a la destitución del presidente a nueve días del cambio de Administración. Los demócratas lo ven desde otro ángulo: de prosperar, el 'impeachment' impediría su reelección en 2024.
Lo voy a dejar aquí como un 'post-it', para que no se olvide: Donald Trump alentó la semana pasada un asalto al Capitolio que terminó con cinco muertos.
Y ahora sigamos. Los últimos días de Trump en la Casa Blanca los veremos pronto hechos ficción en HBO, dentro del género 'autócrata pirado en un búnker'. El presidente está cada vez más solo y acorralado y su trayectoria indica que presume de guerrero, pero es solo un jugador de ventaja. A ese respecto, no es menor la ventaja que le han quitado las grandes tecnológicas al cortarle el acceso a sus redes sociales. Facebook y Twitter entienden ahora que Trump utilizaba de un modo peligroso sus canales. La ejemplaridad del movimiento empresarial hace pensar en Al Capone tomando medidas al saber que uno de sus sicarios no trató de usted a la última persona a la que tiroteó.
El veto en redes a Trump ha sido tomado por sus partidarios más exaltados, Santiago Abascal incluido, como la enésima prueba de una conspiración comunista, globalista y puede que también un tanto reptiliana. Es bastante gracioso, pero parece que hay quien quiere creer que el presidente de Estados Unidos queda «silenciado» como cualquier adolescente si le quitas Twitter. También lo es que quienes más se indignan ahora por semejante ataque tiránico a la libertad de expresión sean los mismos que festejaban como una muestra de audacia que Trump, líder de la democracia en el mundo libre, utilizase las redes sociales sobre todo para hacer una cosa: mentir.
España
Frío fanático
Que, tras diez meses de pandemia, el país estaba loco por cambiar un rato de tema lo demuestra el hecho de que incluso quienes no vivimos en Madrid hayamos dedicado medio fin de semana a la gran nevada que ha caído en la capital. Lo inquietante ha sido comprobar cómo el país le aplicaba a la nieve el mismo esquema mental que a la pandemia, centrándose en la guerra entre Gobierno y Comunidad, riñendo a la gente que tiraba bolas o sacaba el trineo e interpretando lo de coger una pala y quitar nieve como un acto solidario o como desesperación por el abandono institucional según la propia obsesión o ideología, valga la redundancia. Creo que habrá que cambiar el lema de Moncloa: salimos más fanáticos. Con lo fácil que habría sido partir de que en invierno nieva y de que eso es bonito y problemático. O pensar que sería raro que España manejase la nieve como Noruega. Y entender que, teniendo brazos y una pala, tampoco es disparatado bajar con un vecino a despejar algo la calle. Tras la gran nevada, bajan las temperaturas, llega el hielo y será peor. El frío ni siquiera es bonito. Solo es frío.
Parlamentos
Excepcional
La pandemia de coronavirus es una situación excepcional y los gobiernos se ven obligados a tomar decisiones costosas atendiendo a una realidad dramática y cambiante. ¿Se ha adaptado en consecuencia la labor de fiscalización y contrapeso que deben ejercer los parlamentos? Más bien no. Si la normalidad es nueva, el calendario legislativo es el de siempre, largos periodos inhábiles incluidos, como si tampoco hubiese que exagerar. En ocasiones llega a deslizarse el argumento de la eficacia para justificar esta situación. Como si no fuese eficaz responder a lo excepcional por infrecuente con lo excepcional por virtuoso: los gobiernos explicándose más y las oposiciones postergando el desgaste del rival para centrarse en respaldar las políticas que les parecen acertadas y en rectificar y mejorar aquellas que les parecen erróneas. Bueno, a ver si en la próxima pandemia tenemos más suerte. Es que esta nos ha pillado en mal momento: veías aquí o allá una sesión de control normalita y entendías que el gran éxito democrático consistía en que al menos no llegaban a las manos.
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