Rapero y mártir

Es el caso de Hasél. Su defensora ve una cámara y da un mitin. En lugar de un caso, prepara un martirio. Ayer, tras asegurar que su cliente pena por delitos de opinión, anunció que va a tomar «acciones legales» contra Eduardo Inda y La Sexta porque entienden que han dicho cosas terribles sobre él. Hace muy bien. La libertad de expresión tiene límites que se recogen en el Código Penal.

Por lo demás, Pablo Echenique ya se ha manifestado: no le gusta la violencia en las manifestaciones. Además de con rapidez -apenas llevamos seis o siete días con disturbios-, lo ha hecho con condescendencia, asegurando que «todo el mundo sabe» que a él no le agrada la violencia. Yo creo que eso es verdad, pero que el sofisma 'ad populum' lo utilizase antes gente como Jaume Asens hace pensar en que es algo mejor: argumentario. Ojalá en Podemos diesen un paso más y dijesen que todo el mundo sabe que ellos no creen que España sea un lugar totalitario en el que paradójicamente hay que impedir que los fascistas tomen el poder, mientras es casi imposible que una mujer pise la calle y no sea asesinada por un hombre ante los ojos de un juez que ríe y da vivas al rey. Eso ayudaría a calmar los ánimos. Y a que el país que ellos mismos gobiernan dejase de lado el 'show' perpetuo para centrarse en lo de la pandemia, la brecha salarial y el paro juvenil.

Volviendo a Hasél y antes de que su abogada consiga que lo ejecuten, la idea más reveladora sobre el caso la apuntó ayer el crítico cultural Víctor Lenore: si estos días estuviese pasando en la calle algo que de verdad tuviese que ver con el encarcelamiento injusto de un rapero, las letras del rapero -que hoy nadie conoce- estarían cantándose en cada esquina y cada barricada. Serían himnos.

La existencia de una grabación en la que un capitán de la Guardia Civil le transmitía a un mando del CESID su sospecha de que Mikel Zabalza había muerto torturado en Intxaurrondo llegó en los noventa a los periódicos y a la Audiencia Nacional en el proceso contra Rodríguez Galindo. Lo que nunca habíamos hecho era escuchar el documento: dos servidores públicos comentando el asesinato de un hombre como quien comenta algo que ha salido mal en el trabajo. Ahora el diario 'Público' ha desvelado la grabación, aparecida durante la preparación del documental 'Non dago Mikel?'. Resulta estremecedor oír a un funcionario público refiriéndose a alguien que «se queda en el interrogatorio». Mikel Zabalza era un joven que en plena democracia salió de su casa detenido por la Guardia Civil y apareció muerto en un río. Cuando su madre fue a Intxaurrondo a preguntar por él, le dijeron que buscase en objetos perdidos.

La Unión Europea va a incrementar las sanciones contra Rusia por el asunto Navalni. Es fácil imaginar al Alto Representante Borrell como a Clint Eastwood en la película aquella, saliendo con el esmoquin blanco a que le pegue un tipo más joven y más alto porque «hay que pelear cuando uno cree que hay que hacerlo». Al menos, esta vez le acompañan todos los ministros de Exteriores de la Unión. González Laya cree que con Rusia hay que hacer tres cosas: reaccionar, contener y cooperar. Si se fijan, cada una es más difícil que la anterior.