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Posverdades pos-ETA

Gernika no puede ser la justificación de ETA porque, si no, cómo se entiende que no surgiera algo similar en el resto de España, donde la represión franquista fue mucho más cruel

Jueves, 10 de mayo 2018, 01:32

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Tras ETA, la batalla ideológica va a girar alrededor de la política de memoria. El eslabón de enganche quedó dispuesto en una de las cartas ... de disolución de la banda -la fechada el 8 de abril pasado-, donde se aludía por dos veces al bombardeo de Gernika, colocándose ahí ETA como heredera de «aquella violencia y aquel lamento». A nadie que conozca mínimamente la historia del nacionalismo vasco le extrañará, por tanto, que nuestro actual Gobierno vasco tenga también a Gernika como epicentro de su política de memoria. La posverdad es la misma en ambos casos: con la ayuda inestimable del mundialmente conocido cuadro de Picasso -donde no aparece la villa foral salvo en el nombre- se transforma Gernika de lo que realmente fue, o sea uno más -y no el mayor ni mucho menos- de los horrendos bombardeos sobre población civil a cargo casi todos del bando nacional, a ser un ataque de España contra Euskal Herria, obviando que Navarra fue el principal baluarte del franquismo en toda España y que Álava se sumó con toda tranquilidad al denominado Alzamiento.

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