La Ley del Plató
El excomisario Villarejo amenaza con contarlo todo sobre Ana Rosa Quintana
Ayer el tribunal que juzga el caso 'Tándem' autorizó al excomisario Villarejo a declarar solo por las mañanas. Según sus abogados, Villarejo llegaba a la ... tarde en una situación de «cansancio extremo». Ha sorprendido que la magistrada tomase la decisión rápidamente, pero se olvida el factor clave: el cansancio extremo que Villarejo debe de causarle al tribunal. El excomisario es lo nunca visto: una olla rápida de la conspiración. Hierven en su interior el complot y los nombres comprometedores. A través de una válvula de seguridad cada vez más defectuosa, se escapa un discurso estridente que siempre es ofensivo y combina la furia y el sainete, lo siniestro y lo patético, lo castizo y lo criminal.
Ayer Villarejo amenazó con «contar todo» sobre Ana Rosa Quintana y su «maridito», que «fabrica» facturas, a menos de que alguien «ponga un poco de cordura», porque si no cada uno tendrá que «aguantar su vela». Todo esto llegó después de que el marido de Ana Rosa Quintana reconociese que le pagó veinte mil euros a Villarejo para extorsionar a un antiguo socio con un vídeo. «Una pantomima», respondió el excomisario, que antes había hablado, qué sé yo, de Felipe González o de una 'Operación Gamba' contra la reina Letizia que no se llamaba así por el marisco, sino por el ajedrez, que es un juego propio de estrategas y señores de la guerra.
«Me voy a meter en la cama», aseguró ayer Villarejo cuando la juez le autorizó a no ir por la tarde. Y, solo leyendo las crónicas de lo acontecido en la sala, sientes tú también ganas de acostarte. De hacerlo, concretamente, en el exilio. Es que, después de explicar lo de grabar a gente con drogas y prostitutas, Villarejo, expolicía, se indignó: «Es un acto canallesco». Pero no se refería a lo de espiar y extorsionar, sino a que el marido de Ana Rosa les había implicado a él y a un hijo en lo del vídeo. Si se fijan, el argumento es muy de tertulia del 'cuore' de Ana Rosa. Villarejo es un poco así: como espía, queda más cerca de Belén Esteban que de James Bond. Por supuesto, que alguien cometa la ignominia de mentarte a un hijo te autoriza a ti a cometer las mayores ignominias. Es una ley severa, como del Antiguo Testamento: la Ley del Plató. Así que puede que Villarejo cumpla su amenaza y, ahora sí, lo cuente todo.
REINO UNIDO
Trae tu priva
Les supongo a los líderes la mayor responsabilidad y sé que saben que tienen problemas cuando el caso en el que se ven envueltos adquiere nombre propio. O sea, que Boris Johnson pudo querer esquivar el asunto de las fiestecillas durante el confinamiento hasta que lo vio en las portadas: 'Partygate'. El último episodio, una invitación en mayo de 2020 para juntar a cien personas en los jardines del Número 10. Lo que allí llaman una 'BYOB party'. Cada cual lleva su priva. Lo que llevan los medios es la cuenta y por ahora son nueve los encuentros irregulares detectados en el entorno del 'premier' durante el confinamiento. Y siete las veces que Johnson lo ha negado todo. En la convocatoria de esta última fiesta se alude al buen tiempo. Y eso subraya la indignación ciudadana. Condenados a vivir bajo las nubes, a los ingleses les tocó en 2020 meterse en casa durante una de las primaveras más soleadas de su historia.
TRANSPLANTE
Hermano cerdo
El corazón de un cerdo modificado genéticamente late desde el viernes en el pecho de David Bennett. Al no poder recibir un transplante usual, el hombre asumió el riesgo como quien «dispara en la oscuridad». Pues parece que ha hecho diana y eso abre un futuro promisorio para la medicina. Pero impone también el debate cultural. Va mi propuesta: por cada estatua de un conquistador que se derribe, debería alzarse otra de un donante porcino. Y esta leyenda sobre el mármol: hermano cerdo, incansable benefactor de la humanidad.
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