Didáctica del delito
La universidad vasca favorece que la ciencia criminológica omita la existencia de los policías
La Criminología es la ciencia social que estudia las causas y circunstancias del delito, el modo de combatirlo y las características de delincuentes y víctimas. ... La Universidad del País Vasco es una institución de enseñanza superior que ofrece un grado en Criminología. También una en la que, para analizar cómo funciona lo del crimen en el mundo real, se impide, como es lógico, el testimonio de un grupo humano concreto e inadmisible: los policías.
Sucedió el miércoles en la Facultad de Derecho del campus de la UPV/EHU de San Sebastián. Se había organizado allí una actividad que contaba con la participación de dos ertzainas y lo que se organizó finalmente fue el escrache. Fuera policía de la universidad. No ha sido la primera vez que agentes de la Ertzaintza son invitados a participar en actividades del grado de Criminología y se encuentran con que algunos alumnos se interponen y con que la Universidad rinde con suavidad el templo de la inteligencia. También es verdad que hoy dejas que participe un policía en el grado de Criminología y mañana tienes a un empresario hablándoles a los alumnos de Administración y Dirección de Empresas y pasado a un juez respondiendo las preguntas de los alumnos de Derecho. Así es como comienzan a hundirse las civilizaciones.
Lo que sí es posible en la Universidad del País Vasco es que la exjefa de ETA la charla magistral no la dé en un máster de excelencia criminal sino en uno sobre bienestar en el contexto europeo. Sucedió hace dos veranos y no hubo el menor escrache porque la sociedad vasca presenta una complejidad extrema: todo en ella es justo lo que parece. Ahora se ha montado un lío vistosísimo porque el Departamento de Seguridad comienza a informar (curioso momento) del «ámbito geográfico» (curioso concepto) del que provienen los delincuentes detenidos. Y como un resorte salta la posibilidad extrañamente virtuosa de que una sociedad abierta y madura no crea que lo correcto es exigirle al Gobierno rigor, transparencia y contextualización en la comunicación de los datos que recaba con todo detalle, sino que los oculte por motivos estrictamente relacionados, como lo de la Criminología sin policías, y como todo en general, con el fascismo.
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LOUVRE
Hipótesis Lupin
«Hay un punto débil en el Louvre», ha revelado la presidenta del museo parisino después de que el domingo dos ladrones subieran a plena luz del día con un montacargas desde la calle a la galería de Apolo para robar joyas valoradas en ochenta y ocho millones de euros. «Es su vigilancia exterior». Dan ganas de aplaudir. Pocas cosas tranquilizan más que un diagnóstico bien hecho. La vigilancia exterior. Cierto que van conociéndose detalles del robo y parece que los vigilantes interiores del museo lo que hicieron al ver a los ladrones abriendo vitrinas con radiales fue esconderse y grabar con el móvil. Se dice que también pusieron a salvo a los visitantes. Imagino que la otra opción era lanzárselos a los delincuentes. Tirar turistas a dar. Incluso cuando bajaban por el montacargas. Lanzarles visitantes desde las ventanas. Las primeras imágenes de los cacos en su huida no muestran tanto a unos profesionales fríos e imperturbables como a unos tipos nerviosos. Decae la hipótesis Lupin, y es normal: los delincuentes nunca son como los de las películas. Incluso los más efectivos son demasiado humanos. De hecho, lo de dejarse la corona de diamantes de la emperatriz Eugenia ya no parece tan raro. Claro que se les cayó.
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