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Novela negra

Lo preocupante es que en esta Europa deprimida y acobardada se están creciendo los perdonavidas y provocadores

Sábado, 4 de agosto 2018, 00:32

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En verano me apetece leer novela negra. De hecho, solo leo novela negra en vacaciones: sea en verano o en navidad. Ahora estoy leyendo una de John Le Carré. Es un autor del que he leído unas cuantas, me parece un maestro: tanto por el atractivo y complejidad de las tramas, como (sobretodo) por la profundidad psicológica de los personajes y por la sutileza de los diálogos. La novela que estoy leyendo ahora se publicó en 1995 y dice: «Tenemos ahora el peor gobierno, los dirigentes más grises y el electorado más iluso de todos los tiempos». Se refiere a Inglaterra, pero también a Europa en general. Es lo que tiene Le Carré: te hace pensar. Y lo que yo pensé es que eso que escribió hace más de 23 años lo podía haber escrito igual hace tres días. La sensación de que los dirigentes políticos son cada vez más mediocres, más tornadizos e inseguros, más zafios e incultos y están más dispuestos a dejarse manipular y a decir una cosa distinta cada vez que abren la boca ante un micrófono, lejos de atenuarse, se acrecienta de año en año: va a más: se convierte en lo normal. Hasta el punto de que nos acostumbramos a ello. Pero, ¿es normal? Decía Bauman que en la actualidad vivimos en un mundo en el que las certezas han sido abolidas. Si es así, ¿no hay nada a lo que aferrarse? Que los líderes políticos sean cada vez más mediocres correlaciona directamente con la segunda parte de la frase, donde dice que el electorado es cada vez más iluso. No sé si iluso es la mejor palabra para definirnos como electorado (a nivel personal nadie lo admitiría), pero los constantes sondeos de intención de voto no reflejan sino incertidumbre y volubilidad. Nunca hay un líder que apruebe. Y todos parece que anden dando palos de ciego para obtener un poco de aceptación y algunos aplausos. Lo veo ahora en Casado: esa ansiedad. Ensayando declaraciones xenófobas, como a ver qué pasa.

Lo preocupante es que en esta nueva Europa deprimida y acobardada se están creciendo los provocadores y los perdonavidas de un estilo que recuerda otros tiempos. ¿Han visto a Matteo Salvini, el nuevo hombre duro de Italia? De joven era comunista. Luego defendía la separación entre el Norte rico y el Sur pobre. Ahora es viceprimer ministro, amigo de Berlusconi. Dice admirar a Trump y a Putin. Y se hace fotos con Wilders y Le Pen. Dice cosas como: «Se va a acabar la buena vida para los inmigrantes». Tiene hijos de madres diferentes, pero se proclama católico y quiere legalizar la prostitución. Y en el último sondeo, su política basada en el lema 'Los italianos primero', ha obtenido un apoyo del 72%. ¿Cuánto va a durar? Lo preocupante es que nuestros jóvenes y despistados líderes de la derecha española se fascinen con él y lo vean como un modelo a seguir. Por cierto, Casado ha empezado muy nervioso, ¿no? ¿Eh?

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