El monstruo
Los norteamericanos se jactan de haber vencido al fascismo, pero ahí sigue
Cada cierto tiempo, pero últimamente más, salen a la luz escenas grabadas de brutalidad policial en Estados Unidos que acaban recorriendo las pantallas de los ... informativos de todo el mundo y asqueando a los espectadores de los cinco continentes. La semana pasada vimos la muerte por asfixia de un hombre llamado Daniel Prude, esposado, desnudo sobre el asfalto y con una bolsa en la cabeza al que rodeaban unos cuantos policías. Una escena por desgracia bastante parecida a la ya mediática muerte de George Floyd mientras suplicaba tirado en el suelo junto a un coche con la rodilla del policía presionando con fuerza su cuello durante un tiempo infinito. Me recordó aquella famosa frase de George Orwell en su novela '1984'. Algunos libros pueden ser muy peligrosos, sobre todo si eres un muchacho sensible y los lees a edad temprana. Y digo peligrosos, en sentido positivo, creo, porque se te meten en la cabeza, se agazapan ahí, en algún recoveco oscuro, y ya no te libras de ellos nunca.
Es lo que me pasa a mí, entre otros, con este '1984', un libro escrito en 1949 que yo leí en 1978. Tenía menos de 20 años y me impresionó tanto que aún no me he atrevido a releerlo, pero conservo desde entonces el mismo ejemplar de amarillentas páginas profusamente subrayadas. Hoy lo he cogido para buscar la frase, que en realidad me sé de memoria, pero que quería citar con exactitud, y al abrir la tapa he visto junto al título una nota escrita a lápiz hace más de cuarenta años (como previendo este día) que decía: página 202. Así que he ido directamente a la página 202 sabiendo que allí iba a encontrar lo que buscaba. La cita exacta dice: «Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano… incesantemente». Algunos lectores, sin duda, conocerán ya esta frase, pero estoy seguro de que los que la hayan leído por primera vez se habrán sentido impactados por ella y probablemente les cueste olvidarla.
Los norteamericanos suelen jactarse a veces de haber vencido al fascismo, pero de un tiempo a esta parte, paradójicamente, son ellos los que nos proporcionan algunas de las imágenes más espantosas de ese monstruo que, al parecer, sigue vivo. Porque, al parecer, el fascismo no muere. Siempre está (y estará) ahí. No creo que en la actualidad vivamos sometidos por totalitarismos militaristas como el que describe Orwell en su terrible distopía, aquello tuvo su momento y cada época se reconoce sobre todo en un lenguaje y en una estética propia anclada en el tiempo. Pero ojo, el monstruo sigue ahí, no crean lo contrario.
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