De Mariano a Marianne
Amedrentar al joven y señalar al viejo: es la estrategia de la brecha
Mientras Mariano Rajoy invita a ahorrar en planes privados de pensiones, la comisaria europea Marianne Tyssen presenta un informe donde se alerta de la caída ... continuada de los ingresos familiares en España. Eso es tener el don de la oportunidad. Entre Marianne y Mariano se abre un sarcástico abismo de realidad que no impide al PP avanzar en su política de desmantelamiento del estado del bienestar. «La reforma que acabo de anunciar», dijo Rajoy refiriéndose al rescate de los planes de pensiones a partir de los diez años, «intenta incentivar ese ahorro, apela a la responsabilidad individual y da más garantías y libertad al ahorrador». Fantástico. Nos fijamos poco en la dimensión psicológica de las medidas relacionadas con la economía; en la psicopolítica, como la ha llamado Byung-Chul Han. Si lo hiciéramos nos daríamos cuenta de que a veces no van destinadas a mejorar las cosas ni a resolver situaciones, sino a crear estados de opinión favorables a otras medidas más duras que vendrán después. Es de ilusos suponer que el problema de las pensiones se va a solucionar fomentando el ahorro de quienes no tienen de dónde ahorrar. Pero sí cabe desplazar las culpas hacia ellos, como ha hecho Rajoy al referirse a la responsabilidad individual de los ahorradores en (im)potencia. Se lo dice a unas generaciones marcadas por la precariedad, que no llegan fin de mes, que en muchos casos ni saben siquiera qué es un trabajo que merezca tal nombre. Y lo hace siguiendo una hoja de ruta conocida que empezó a trazar la siempre prodigiosa Celia Villalobos al insistir en que hay gente que cobra pensiones durante más tiempo que el trabajado en el resto de su vida. Es el mejor momento para soltar ‘boutades’, ahora que aún quedan lejos las siguientes elecciones y todos los partidos son conscientes de que tarde o temprano el problema de las pensiones les estallará en las narices. Amedrentar al joven y señalar al viejo: es la estrategia de la brecha, la misma que al principio de la crisis enfrentó a desempleados con trabajadores y a temporales en la incertidumbre con funcionarios de nómina segura. En la agenda neoliberal contra el sistema de pensiones no solo hay recortes, sino también edadismo. Vayan acostumbrándose a esta caza de la gente mayor, porque solo acaba de empezar. Y a la del joven, y a la de cualquier irresponsable que no tenga la precaución de contratar un plan de pensiones privado gracias a esos sueldazos propiciados por la reforma laboral. Dentro de poco la exigencia de una vejez digna será tan delictiva como no haber podido llenar la hucha antes de la jubilación. Ya que el desastre parece irremediable, empecemos a repartir culpas entre la gente para que no nos pida cuentas. Y de paso allanemos el camino a la banca, siempre dispuesta a ofrecernos nuevos productos que nos conduzcan a la felicidad.
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