Logo acondicionado
San Ignacio ·
El diputado general recibe a la sociedad vizcaínaExiste una larga polémica acerca de cuál es el lugar más caluroso del planeta. La disputa tradicional está entre el Valle de la Muerte, en ... California, y el desierto libio de Azizia. Siempre ha resultado incomprensible que se excluyese de la competición al que ha sido tradicionalmente uno de los rincones más asfixiantes, extremos y aterradores de la Tierra: el Palacio foral de la Gran Vía llegada la recepción de San Ignacio. Se han alcanzado allí unas temperaturas altísimas y unas condiciones inhumanas, dramáticas, comburentes, avivadas por los muros del edificio, los cientos de invitados que acuden a la llamada del diputado general y el discurso político que este propina, invariablemente, antes del cóctel.
Ayer, sin embargo, el calor no fue en la recepción de San Ignacio, como otras veces, mortal de necesidad. Y eso que estaba la provincia en alerta naranja. Pero ni siquiera tuvieron que repartirse en el Palacio foral los clásicos abanicos con el logo de la Diputación. Cuántos recuerdos. Provocaban esos abanicos un insinuante aleteo de telas. Junto a las pieles perladas y las entonaciones lánguidas, exhaustas, transformaban el escenario de la recepción en algo inesperado y racial: la Bizkaia de Merimée.
Me hablan de unos aparatos de ventilación junto a la ventanas. No seré yo quien se pierda en pequeñeces llegado el momento del análisis político: Agripa levantó el Panteón y Rementeria venció al calor en San Ignacio. O al menos lo ha reducido bastante. Quizá se refería a eso ayer el diputado general cuando dijo en su discurso que él «necesita estos espacios y los agradece». ¿No ven ahí una forma discreta de referirse a que al fin estaba corriendo algo de aire?
«Compartir es uno, pero también es otros», dijo además Rementeria, dando a entender en mi opinión que el airecillo estaba siendo tan agradable que a él hasta se le volaban los lexemas.
Por lo demás, el gran anuncio de la recepción de San Ignacio -que es más un encuentro cordial de fin de curso que la batalla de Gettysburg- fue un cambio de logo y lema. En el símbolo de la Diputación. La hoja de roble, ya saben. Donde ponía «Bizkaia goazen» pondrá «Bizkaia egiten». O sea, que del «vamos» edificante se pasa al «haciendo» propositivo. El diputado general lo explicó como si tuviese mucha importancia. Y no fuese lo del calor el gran éxito de la jornada y puede que del mandato.
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