Kepa toma el relevo
Sospecho que a Luis Enrique le ha acabado convenciendo la extrema fiabilidad del portero ondarrés
La titularidad de Kepa Arrizabalaga ante Suecia ha hecho explotar un debate que algunos ya propusieron durante el pasado Mundial de Rusia: el del relevo ... en la portería de España. Tras lo visto el martes, una pregunta ha quedado en el aire. ¿La suplencia de De Gea, del que Luis Enrique dijo hace unos meses que era su portero, ha sido algo puntual o es que el seleccionador ha cambiado de opinión? Robert Moreno no quiso aclararlo. El segundo de Luis Enrique se limitó a vincular la titularidad del guardameta de Ondarroa al gran estado de forma que ha mostrado en este final de temporada con el Chelsea. Se trata de un argumento de peso, indudablemente. A nadie se le escapa que Kepa ha estado mucho mejor que De Gea estos últimos meses. El madrileño, de hecho, ha completado una de sus peores temporadas con el Manchester United. ¿Pero es esto una razón suficiente como para justificar el relevo?
El tiempo lo dirá, pero yo apostaría a que el vizcaíno se ha hecho con el puesto, lo que supondría el cumplimiento de una profecía que algunos expertos en Lezama hicieron hace casi quince años. ¿En qué me baso para pensar así? En que intuyo que a Luis Enrique y sus colaboradores les ha impresionado la extrema fiabilidad del ondarrés, superior a su juicio a la que ofrece David de Gea. Le ven como un valor seguro, un tipo frío con un punto de orgullo afilado como un cuchillo y una confianza en sí mismo desbordante. Conociendo a Luis Enrique no me extrañaría que incluso sacara un lectura positiva de la polémica en la que se vio envuelto el exportero del Athletic cuando se negó a salir del campo en la final de la Copa de la Liga desoyendo a su entrenador, Maurizio Sarri.
Kepa es uno de esos porteros que transmite seguridad incluso cuando falla. Los errores, de hecho, no parecen hacerle mella. Si no le resbalan, le falta poco. Otros se vienen abajo y se descentran. Él hace una muesca de disgusto y sigue mirando hacia delante. Kepa es de hielo. Sólo hay que ver cómo se fue del Athletic. Y esto es una gran virtud para competir en el fútbol del élite, donde los sentimientos cuentan poco y acostumbran a ser abandonados en la primera papelera. Se retirará como un portero muy admirado, uno de los mejores del mundo. ¿Querido? Eso ya es otra cosa.
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